Cuando el problema no es Oruro

Un bloque de chunchos tarijeños del baile de los Tobas participó del Carnaval de Oruro. La vestimenta era una variación bastante precisa de la vestimenta del chuncho promesante de San Roque en Tarija. Los chunchos, la iglesia, la oficina de salvaguardia y todas las autoridades tarijeñas ya mandaron sus cartas de reclamo al Ministerio de Culturas enfatizando su molestia, recordándoles de que la fiesta de San Roque y el baile de los chunchos es un patrimonio cultural de Tarija reconocido a nivel mundial por la UNESCO.

¿Pero qué me dirían si les dijese que el problema no es tanto de los chunchos de Oruro, sino de nuestra propia gestión patrimonial? Porque si se ponen a pensar: ¿qué han hecho los Orureños para ganarse nuestro desprecio súbito? Han bailado una danza cultural que ya bailaban los abuelos de sus abuelos y con la misma ropa de siempre; la única diferencia parece ser que le han puesto el nombre de “Tarijeños” a sus turbantes.

Tal vez los chunchos tengan razón y sea bueno haber mandado las cartas para dejar constancia del conflicto. Pero el problema es que no necesariamente tienen razón, y mucho me temo que ni el Ministerio ni la misma UNESCO puedan hacer algo. Las cartas están bien para comenzar, pero no creo que resuelvan nada o casi nada, y más bien pienso que pueden complicar el asunto. Porque resulta que el baile de los chunchos es un patrimonio compartido. Tal vez podríamos hablar de un sentido de preeminencia, pero eso es más complejo de lo que podríamos pensar, porque no es que no sabíamos que había chunchos en otros lados y que los chunchos de Oruro se llamaban “chunchos tarijeños”. El problema es que los tarijeños hacemos oídos sordos cuando queremos y nos inventamos historias cuando nos conviene. Los tarijeños tenemos un problema con nuestro propio pasado y esa es una pésima política patrimonial.

Mi consejo sincero es que la mejor manera de resolver este impase es que los chunchos de Tarija hablen con los chunchos de Oruro y traten de encontrar una solución consensuada. Porque como nosotros, ellos también van a defender su cultura. Ese es precisamente el asunto: estamos hablando de nuestra identidad, de su identidad; y cuando a alguien le tocan su identidad saltan chispas. No creo que esté mal de que los chunchos de San Roque tomen cartas en el asunto, pero si les recomiendo que piensen bien lo que van a hacer. Y también creo que es importante que alguien les diga que pueden resolver las cosas a las buenas, sin pelearse.


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