Brechas educativas

Tanto el informe de la sociedad civil a la “Situación de la educación en Bolivia” de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) como el realizado por el Observatorio Plurinacional de Calidad Educativa (OPCE) exponen serias deficiencias en el desempeño educativo de nuestros estudiantes.

Mientras la CBDE alerta las discrepancias entre colegios fiscales, de convenio y privados, y el porcentaje de abandono en el área rural de estudios secundarios (87 por ciento finaliza la secundaria en la ciudad, en contraste en el área rural, donde apenas el 64 por ciento sale bachiller) el estudio “Análisis del diagnóstico preliminar de secundaria 2023” de la OPCE, indica que solamente 43 estudiantes de cada 100 comprenden lo que leen, lo cual se refleja en su desempeño en escritura, donde tan solo 20% de los estudiantes pueden redactar un texto coherente, 2 de cada 10. La CBDE, además, alerta que una cuarta parte de los estudiantes que ingresan a secundaria no termina su escolarización.

Ambos estudios concluyen que las brechas socioeconómicas tienden a perpetuarse en el sistema educativo, en lugar de reducirse (siendo que la educación debería constituirse una oportunidad para reducir brechas y ofrecer mayores oportunidades a los estudiantes). Las brechas entre lo urbano y lo rural y entre colegios fiscales y privados no solo no se reducen, sino que tienden a perpetuarse y ampliarse con el tiempo.

También preocupa la diglosia (cuando un idioma indígena se habla en casa y se precisa aprender a leer y escribir en castellano) y el poco acceso al libro dentro del sistema educativo. “La dotación de libros de lectura a escuelas es un aspecto clave a ser tomado en cuenta, ya que se ha evidenciado que es una limitante para estudiantes de nivel socioeconómico bajo” es una de las conclusiones del informe de la OPCE.

Ante la ausencia de un Plan Lector Nacional (el último es de 1935) y de iniciativas estatales para dotar de libros a las bibliotecas de aula, adecuadas en temática y extensión para cada rango lector, desde primaria hasta secundaria, le queda a la sociedad civil buscar reparar esa brecha con campañas de lectura y esfuerzos de los padres de familia para suplir esta carencia en el hogar, misma que incidirá en el desarrollo comunicativo de sus hijos e hijas.

El hábito lector comienza por casa, y quienes han formado este hábito en primaria pueden enfrentarse con mayores herramientas a las exigencias de lectura en secundaria.

La prueba diagnóstica de la OPCE fue aplicada a 3.600 estudiantes de sexto de secundaria en 2023, con una muestra de 152 unidades educativas en todo el país de las cuales 118 eran públicas, 15 de convenio y 19 privadas.

El estudio de la CBDE comienza por el acceso a educación inicial, pasando por primaria, secundaria, los estudios universitarios y abarca también la Educación Técnica de Adultos, por lo que se recomienda su lectura exhaustiva para comprender mejor las brechas que aún persisten en nuestro sistema educativo.

 


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