¿Docente centrismo o, dicente centrismo?

Los docentes sabemos que la pedagogía es una ciencia social interdisciplinaria que estudia la educación como un fenómeno socio-cultural y requiere conocimientos de otras ciencias como la historia, la psicología y la política. Está enfocada en la investigación y reflexión de las teorías educativas.

En la práctica educativa, en el trabajo de aula, su acción del docente puede estar centrado en él como agente activo, como el que sabe y su misión es transferir sus conocimientos a los dicentes que atienden atenta y pasivamente, memorizan y repiten este supuesto saber que, se da a conocer en evaluaciones periódicas sobre todo cuantitativas, por las que, el profesor les asigna una calificación que le otorga aprobación o reprobación o, por el contrario,  el proceso educativo puede estar centrado en el dicente por su activa participación construyendo sus propios conocimientos y donde el docente tiene el rol de motivar, orientar, facilitar, activar y evaluar en su momento, en la dirección que corresponde.

Soy consciente que, aplicando el dicente centrismo se logra estudiantes más entusiastas, sociales, divertidos, expresivos, críticos, activos, abiertos; pero, además, con esta manera de hacer educación, se activa un mejor desarrollo de cerebros. Para emitir esta afirmación, me apoyo en lo que María Nela Paniagua G. refiere en su artículo: “La neueropedagogía: una nueva forma de hacer educación”, en el que afirma que: “El educador es un modificador cerebral que puede cambiar con su práctica la estructura, la química y la actividad eléctrica” del cerebro.

Llego a esta conclusión, porque, al aplicar el dicente centrismo, el estudiante mediante el uso de diversas metodologías activo participativas y con el uso de algunas, por lo menos, de diversas herramientas de apoyo en la construcción de sus propios conocimientos (Tablet, celulares, computadoras, data shows, gráficos, laboratorios, libros de texto, la palabra, tiza, pizarrón y otros) tiene la oportunidad de tener diferentes experiencias y ponerle juicio de manera íntegra como ser, lo que, en consecuencia, potencializa su educación-formación y claro, su cerebro, se desarrolla más; su saber es más condensado y más duradero en el tiempo. Asumo, además que, la neuropedagogía, en particular, se basa en el conocimiento de cómo funciona el cerebro y aplica las diferentes metodologías activo participativas referidas en anteriores líneas de este párrafo.

El docente centrismo, a mi juicio, aplica plenamente la educación tradicional cuyo epicentro es el memorismo, es un profesor para muchos estudiantes, es decir, este tipo de educación no se adapta plenamente a las necesidades del proceso de aprendizaje, debido a que no todos los dicentes aprenden al mismo ritmo; no se atiende a plenitud las diferencias individuales. Tengo la impresión, además, que el Estado trata de equilibrar su trabajo del docente con el salario que le paga, por lo que también le resulta cómodo, más tranquilo seguir haciendo lo que siempre se hizo desde la escuela prusiana del siglo XVIII. Además, le cuesta menos, al necesitar un aula para pasar clases, un pizarrón y tizas; se evita de mayores costos como las aulas TICs. muebles, laboratorios, bibliotecas, campos deportivos, mayores costos de energía eléctrica y otros implementos que comúnmente son necesarios.

 

A modo de respaldar el contenido de esta lectura, como evidencia adjunto los siguientes tres pasajes que se me dieron caminando con el propósito de superar el modelo de educación tradicional:

1.-Un joven con quien jugábamos básquet, una vez mientras esperábamos el turno, le pregunté ¿Qué profesión tiene? y él me contó, cuando estaba en colegio me gustaba mucho la matemática y, cuando estaba en el tercer curso de secundaria, el profesor nos dio de tarea un problema, el mismo que lo resolví usando mi propia lógica, pero el profesor me dijo que, si bien el resultado está bien, no utilicé el mismo procedimiento que se debe utilizar, por lo que no vale. Fue tanta mi decepción que desde entonces no puse más interés en la materia y me puse a aprender carpintería metálica. Hoy soy eso, soy carpintero metálico.

2.-Evaluando un curso con alumnos de alguna normal, un estudiante se paró y se expresó: Me gusta mucho la interactividad y diversas formas de facilitarnos construir nuestro propio conocimiento, lo que donde estudio, hacen cuatro años que siempre me paso sentado atendiendo lo que explica el profesor y sin poner en juego lo que yo también puedo.

3.-También evaluando otro curso con alumnas de cursos superiores de una normal, varias estudiantes comentaron que estos cursos les parece muy buenos porque se utilizan diferentes maneras, metodologías y medios que ponen en juego lo que podemos cada una para lograr el saber que buscamos; pero, hacer todo el material que acá se utilizó, cuesta  mucho dinero y mucho tiempo, cuando nosotras cada tema lo haríamos en una hora con la ayuda de un pizarrón y una tiza durante el mes y ya tenemos nuestro sueldo ¡completito!.


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