La educación: Pilar fundamental de la igualdad, la paz y el progreso
Sin duda alguna, la educación es el pilar fundamental para evitar las formas de discriminación, toda vez que, es el espacio donde se forman las personas para la sociedad. Pues claro, si todas las personas desde su niñez asisten a una misma educación o sea a un mismo paradigma educativo; todas las personas también recibirán la misma formación académica y personal y, no como están dadas las condiciones en nuestro medio donde existen escuelas para pobres y escuelas para ricos, según el bolsillo y posibilidades de cada quien. En nuestro país coexisten: Educación Fiscal y dentro de ella Educación Rural y Educación Urbana, Educación Privada o Particular y Educación Por Convenio, cada una con sus propias particularidades; de modo que, el producto no es uniforme, no es el miso, sino, diverso. Lo mismo sucede en educación superior donde coexiste educción fiscal y educación privada.
Conforme la anterior descripción de falta de igualdad en el proceso y producto educativo, de hecho se ingresa a la falta de igualdad, por lo que, particularmente puedo abogo que el instrumento fundamental para el logro de la igualdad, es la educación; por lo que, si queremos una sociedad con meridianamente igualdad debe tenerse como base una educación transformadora y de calidad para tod@s y para toda la vida para tener más cerca las mismas posibilidades y las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo personal, económico y social.
Dada la desigualdad, se produce la polarización o características que determinan la aparición de dos o más polos opuestos respecto a cierta propiedad, que divide a la masa humana en general, como es el caso patético de nuestra sociedad boliviana, donde al parecer toda diferencia vale para dividirnos, como ser el color de la piel, si somos campesinos o citadinos, si somos indígenas o criollos, si somos más o menos adinerados, etc. etc. Está demostrado que la unidad se la construye y no se la da por decreto de alguien al mando del poder político (gobierno). La unidad se genera y se autoimpone por gravitación de la propia razón y realidad económica, social y cultural de un pueblo y no se la impone por gusto y capricho de alguien como persona, como grupo iluminado o que se aproveche de la oportunidad.
Si una igual educación puede llevarnos a la igualdad, la igualdad puede ser un factor promotor de la unidad que nos propulse a concentrar nuestra energía y dirigir nuestro pensamiento, nuestras ideas hacia fines, objetivos y metas claras, por el bien de todos, por el progreso y desarrollo del país. Sin que nosotros mismo nos pongamos piedras en el camino, avanzaríamos imbatiblemente al logro de la paz social y el progreso general. Tengamos muy en cuenta que la igualdad genera unidad y ambas – igualdad y unidad- crean progreso, paz y bienestar social. “La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla” lo dice La Constitución Política del Estado en su Art. 77 I, pero, como dice el dicho popular: “del dicho al hecho dista mucho trecho” y ahí nomás zapateamos.
Ahora que se vienen realizando los encuentros distritales y luego las cumbres departamentales que finalizará en la realización del Congreso Plurinacional de Educación en el mes de noviembre próximo (11 al 15/11/2024), es la oportunidad de realizar una evaluación profunda del estado en el que se encuentra la educación en nuestro país y definir un paradigma que ponga en acción efectiva la necesidad de dotarnos de un sistema educativo que ponga fin al atraso en el que nos encontramos según Estudio de UNESCO: Brújula Digital: 03.02.21 y si tomamos en cuenta la relación comparativa con otros países que están en avanzada en el mundo. Si otros países lo pudieron y están pudiendo hacerlo, a nosotros que nos falta de no ser la voluntad y decisión de hacer, si realmente nos interesa la igualdad, la unidad, la paz y el progreso de nuestra Patria.
No aprovechar esta oportunidad de oro: “El Congreso Plurinacional de Educación”, para tomar decisiones que superen las terribles deficiencias que existen como la no dotación del presupuesto necesario para contar con una educación de calidad y que nada tenga que envidiar a nadie, que se cuente a plenitud con la infraestructura física que reúna condiciones pedagógicas, con los medios y recursos tecnológicos necesarios, que se apliquen metodologías interactivas y participativas para la construcción autónoma de conocimientos por los estudiantes, proceso en el cual el profesor fortalezca su responsabilidad de facilitador, guía, impulsor y no mero transmisor de conocimientos o declamador de saberes que los estudiantes están obligados a memorizar como saber propio.
Parafraseando a Alver Einstein, me veo obligado repetir que: “Es de tontos, seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes”.