Cuán importante es tener una formación personal integral
La formación integral de las personas es el logro de saberes, habilidades y destrezas para convivir con su entorno en concordancia con una personalidad reflexiva, crítica y responsable como sujeto social. Busca desarrollar capacidades, valores y actitudes que velen por su trayectoria en un proceso continuo, permanente y participativo, para en el futuro enfrentar con éxito los problemas de la vida.
La formación integral, pretende que el estudiante logre en el proceso educativo y de la vida en general, contar con conocimientos, aptitudes, dotes, cualidades y virtudes que favorezcan su personalidad para la satisfacción de sus necesidades y para su plena realización como ser humano.
Formación personal integral implica referirse a todo el desempeño de una persona; es decir, a sus conocimientos científico-académicos y técnicos o habilidades duras y de sus acciones-actitudes como persona o habilidades blandas.
Las habilidades duras se adquieren a través de la formación/adquisición de conocimientos de acuerdo a planes y programas de estudio desarrollados en instituciones educativas de manera sistemática en ciclos aprobados de manera progresiva y que dotan de un perfil de competencias que acrediten su desempeño eficiente para un fin (profesión u ocupación) determinado.
Las habilidades blandas, en cambio, son rasgos de la personalidad que facilitan la interacción social y el logro de tareas interpersonales específicas. Habilidades blandas son competencias, aptitudes y actitudes con las que cuenta una persona para actuar en la vida y que no dependen de conocimientos previos.
En la práctica, contar con amplias y sabias habilidades duras, sin contar con significativas habilidades blandas, el profesional o, trabajador, consorte, miembro de una familia y de la sociedad no logra la relevancia, éxito y satisfacción requerida por él, ni para la función o rol que le toca cumplir en la vida diaria. Las habilidades blandas son actitudes no técnicas científicas que se pueden fortalecer con herramientas proporcionadas en cursos o clases y que influyen preponderantemente en el rendimiento del trabajo o en el rol que toca cumplir a cada uno.
Entre las habilidades blandas puedo enunciar las siguientes:
• Ser comunicativo, saber escuchar y dialogar para tener buenas relaciones interpersonales.
• Tener un buen grado de liderazgo y saber motivar a sus interlocutores.
• Saber trabajar en equipo para hacer más fácil el logro del éxito en sus diferentes propósitos y objetivos.
• Ser flexible/resiliente para adaptarse a los cambios necesarios.
• Tener buena voluntad.
• Ser ético, laborioso, solidario y activo.
• Ser habilidoso en negociar y tomar acuerdos en bien de sí y del otro u otros.
• Aceptar críticas constructivas y sugerencias.
• Ser respetuoso, amable, probo, serio, equilibrado, optimista y positivista, evitando ser criticón y problemático.
• Construir relaciones positivas y conectarse fácilmente con los demás.
A diferencia de las habilidades duras que se evalúan periódica y sistemáticamente a lo largo de la realización de estudios en el ciclo escolar o en cursos de formación profesional hasta el logro de su aprobación/certificación final; las habilidades blandas se las va evaluando a lo largo de la vida y también requieren su evaluación constante que van determinando cuanto bien se las contiene o conlleva por su bien de cada persona, de la familia, de su centro laboral y de la sociedad a la que pertenece.
Para cubrir el ámbito integral en el proceso de formación y a lo largo de todo el proceso educativo, tanto en habilidades duras como en habilidades blandas; ambas deben ser consideradas de igual importancia y tener la posibilidad de su adquisición, desarrollo y fortalecimiento de manera simultánea.