Factores  que inciden en la extinción de las lenguas originarias en Bolivia

Desde la llegada de los españoles en el año de 1492,  en América Latina no se conocía el español como lengua de uso cotidiano. El pueblo indígena, se encontraba en pleno auge, los quechuas, ya sabían escribir y leer a través de los Kipus, sabían componer, poesías de diferentes especies líricas, supieron cultivar el teatro dejándonos un legado como es Ollantay, donde se puede apreciar la riqueza literaria de pueblos nativos.

Durante el periodo republicano, la primera constitución política del Estado, no reconoce ninguna lengua originaria. De ahí que la homogenización de las lenguas es una realidad categorial que formó parte de la neocolonización. Recién, a partir de la los años 90 nace la idea de la interculturalidad. En América Latina en general, se da una mirada a las culturas milenarias de los pueblos que forman parte de los marcos legales y jurídicos de muchas naciones.

Desde esta perspectiva podemos señalar que la colonización lingüística es una imposición categorial donde la sobrevaloración de la lengua española por encima de las lenguas originarias es una realidad que aún persiste. El primero es la escolarización del castellano de niños, niñas y jóvenes indígenas y la otra es la migración campo ciudad.

Hoy en día desde la promulgación de la Constitución Política del Estado Plurinacional, la Ley Avelino Siñani Elizardo Pérez, la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación y otras normas que tienen como base, la descolonización que pretenden cerrar esta etapa oscura de la historia

En la Constitución Política del Estado Plurinacional señala: “son idiomas oficiales del Estado  el castellano y todos los idiomas de las naciones pueblos  indígenas originarios…

Teniendo como fines y funciones esenciales del Estado… Construir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin discriminación…  Esta es la base jurídica sobre la que se pretende construir la nueva sociedad, una realidad que pretende revertir todo lo que se vivió en el periodo colonial, sepultando la discriminación, la marginación, el etnocidio. Lo que se pretende es transformar la realidad colonial y neocolonial.

Si bien estos son los avances;  por otra parte la juventud boliviana no logra aún sobrellevar y superar la herencia neocolonial y los abarates de las políticas hegemónicas y capitalistas que arrastran hacia la extinción de las lenguas. Para ello utiliza las redes sociales, los medios de comunicación,  los avances de la ciencia y la tecnología.  

La globalización es uno de los factores fundamentales para la extinción de las lenguas. Este fenómeno conlleva un conjunto de elementos como la ciencia positivista, la homogenización de una solo lengua, la discriminación, la transculturación, la negación, etc. Aspectos que intervienen para que muchos hablantes de lenguas originarios prescindan de la necesidad y pretendan revitalizar  y profundizar su identidad cultural.

Otro de los factores elementales para la desaparición de las lenguas es la falta de conciencia en los hablantes nativos que poco o nada  enseñan a sus hijos la lengua originaria. Este hecho es algo negativo ya que es el momento en que se extingue la lengua. Cuando una familia no transmite o enseña a sus hijos una lengua, se da el fenómeno de la extinción o desaparición.

Asimismo ocurre con la negación y la vergüenza hablar una lengua indígena para no ser apuntado con el dedo acusador  de la discriminación. O simplemente por el hecho de pensar del que dirán. La vergüenza, el temor que anida  en los corazones de muchos hablantes indígenas que mistifican  las representaciones idealizándolos, convirtiéndolo en un prejuicio estereotipado, generando un imaginario de que los blancos son civilizados, doctos, letrados y asumen su ignorancia , su inferioridad,  con respecto a los civilizados. (Harguindeguy*, 1999)

La identificación colonial del pasado nefasto, genera la despersonalización con un imaginario de un opresor que es proporcional con la nostalgia del periodo colonial y  neocolonial,  por otra parte el temor de ser rechazado por el grupo, es uno de los factores que el hablante indígena tiene en su contra. Es difícil salir de este  esquema de la colonización históricamente impuesto y naturalizado de generación en generación que  se arrastra  hasta nuestros días. Esta realidad es frecuente en contextos citadinos y urbanos dado a la convivencia interétnica que confluye en dichos espacios. (Harguindeguy*, 1999)

Por ello es menester partir de la concienciación e implementación de políticas educativas que motiven la práctica del habla y comunicación en idioma originario, partir desde los fortalecimientos socioculturales de los pueblos indígenas originarios y campesinos.


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