Bloquear a Bolivia, un disparo a su frágil economía

El 22 de enero del presente año se ha iniciado un bloqueo de carreteras a nivel nacional por parte de los seguidores y aliados del expresidente Evo Morales, los denominados “ala “evista” del partido político del MAS, exigiendo la renuncia de los magistrados auto prorrogados y nuevas elecciones judiciales. Si bien el pasado 2 de febrero, hubo un acuerdo político que dio satisfacción parcial a las demandas hechas, dándose un cuarto intermedio a las medidas de presión, donde se anuncio el levantamiento de los bloqueos en el país, aún continúan de manera intensa los mismos en Cochabamba, bastión y bunker de Morales y de los sectores sociales que lo apoyan.

Nuestro país se ha caracterizado por confundir la libertad con el libertinaje, donde el derecho de manifestarse o exigir algo está por encima del derecho del colectivo. Sin importar la línea ideológica o política, en Bolivia es un derecho bloquear, ya que es permitido por los gobiernos de turno, a pesar de que hay normas que prohíben y sancionan este accionar. Todos son conscientes del daño económico, pero igual se bloquea, igual se lo permite. La economía siempre estuvo por debajo de la política.

¿Cuánto es el daño económico por este bloqueo? El último reporte del gobierno nacional indicaba que era de $us. 832 millones, luego daban otros datos de que era de $us. 75 millones por día, considerando estos datos, en ya 14 días de esta medida, el país perdió más de mil millones de dólares. Si consideramos que el PIB de Bolivia el 2022, el ultimo oficial, fue de $us. 44.315 millones, hasta la fecha se han perdido alrededor del 2% de nuestro PIB.

Si consideramos que nuestra economía es altamente informal, es decir más del 80% de la misma, el daño económico podría ser mayor. Como la informalidad no da factura, no tiene registros oficiales ni maneja su dinero en la banca privada, no se puede contabilizar verazmente sus pérdidas. Sin duda, igualmente fueron perjudicados, todos directa o indirectamente. El sector publico y privado, formales e informales, productores y consumidores, el mercado en su conjunto, la economía en todos sus sectores, bloqueadores y bloqueados, Bolivia entera.

¿Cómo afecta a nuestra economía? Un país que bloquea no crece, se empobrece. Si analizamos que nuestra economía no se ha recuperado plenamente de los efectos de la pandemia y que presenta problemas estructurales de índole fiscal, sobre todo por un gasto publico elevado, que genero un déficit fiscal de 11 años seguidos y el consumo casi total de sus RIN, lo que menos necesita son bloqueos, que paralizan su economía, limitan la entrada de divisas, más todo lo contrario le producen pérdidas millonarias.

El bloquear carreteras es ponerse la soga al cuello, es nuestro caso, ponerse piedras en el camino. El crecimiento económico el 2023 no será superior al 3%, para este 2024 el gobierno plateo una meta del 3,71%, muy optimista; sin embargo, el Banco Mundial y el FMI indicaron que Bolivia crecería en un 1,5% y 1,8% respectivamente. Con este tipo de medidas y perdidas económicas, con seguridad limitarán nuestro crecimiento este año; hay posibilidades reales que crezcamos menos a las proyecciones, no estamos sumando sino restando a nuestro país. Si la tendencia sigue, tendremos uno de los crecimientos económicos más bajos de Bolivia en el Siglo XXI.

¿Cuáles son los daños colaterales? El bloquear no solo disminuye o limita la producción y la comercialización de bienes y servicios que requiere nuestra economía, nuestro mercado interno y nuestro mercado externo, aún más debilitado, reflejado en un 2023 con un saldo comercial negativo general.

También ahuyenta la inversión privada, nacional y extranjera, esto se traduce en menos divisas para nuestra economía, lo cual se refleja en simples datos observados. Según el BCB, al 3er trimestre de 2023, nuestra Balanza Cambiaria presento un déficit por $us. 436,9 millones. Nuestra Balanza de Pagos, en su cuenta corriente, presento la cifra negativa de $us. 457 millones, signos de mayor salida que entrada de divisas, lo cual agrava la escasez de dólares para públicos y privados.

¿A alguien le atrae invertir en Bolivia? Por todo lo anteriormente explicado, más la incertidumbre que generaran los conflictos sociales y políticos que derivan en paros y bloqueos, la respuesta es NO. Si sumamos la inseguridad jurídica y económica que ofrece el país a los inversores, para ellos es mejor llevar sus capitales a otros países. Esto se refleja en que la Inversión Extranjera Directa Recibida (neta) hasta septiembre del año pasado fue de $us. -8,2 millones; la DESINVERSIÓN de $us.328,7 millones.

Si al combo, le añadimos que nuestro país es uno de los de mayor presión fiscal de la región, es decir con mayores impuestos, se hace menos atractivo invertir. El Banco Mundial hizo un estudio donde estableció que, en Bolivia de cada 100 dólares de utilidad, 87 se iban en pago de impuestos y tributos. Por lo tanto, es otra razón para no invertir aquí, además no hay incentivos ni seguridad para hacerlo.

¿Por qué debemos pagar justos por pecadores? Sin duda este bloqueo, fue por intereses políticos y personales, no por algo que beneficie al país, mas todo lo contrario, genero un daño económico importante y que nos vean con mas desconfianza a nivel internacional. Sin embargo, hasta ahora, nadie esta encarcelado ni pagando por los delitos cometidos, ni menos reponiendo las perdidas ocasionadas por los bloqueos de carreteras.

¿Quién se hará responsable de esto? A pesar de que la CPE habla de la libre transitabilidad, esto queda solo en el papel. El gobierno nacional actúa de cierta manera de cómplice al no hacer cumplir las leyes y aplicar las sanciones. Se bloquea, se daña y luego se levanta la medida, y aquí no paso nada. Pero hay una perdida millonaria, un daño económico irreversible y pérdida de 4 vidas humanas, pero no se habla de sanciones ni de cárcel mucho menos. Hay que aplicar lo que indica la norma o sino una elaborar una específica, donde obligue al gobierno a no permitir bloquear caminos o carreteras, donde se sancione a bloqueadores y organizadores, quienes hasta donde se sabe financiaron los bloqueos, se decomisó Bs. 3,4 millones para este fin. Estos deberían pagar todo el daño económico hecho al Estado y al sector privado, así se cortaría esta insana forma de protesta. El derecho de uno acaba donde empieza del otro. No debemos dispararnos a sí mismos, los bloqueos eso hacen a nuestra economía.

 

*es Pdte. Colegio Departamental de Economistas de Tarija


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