¡Qué bueno sería incrementar influenceres pedagógicos!

Denominaremos influencer a la persona/profesional que por su sapiencia y personalidad cuenta con mucha credibilidad sobre un tema o temas concretos, y que por ser un prescriptor, puede influir con sus conocimientos y poder demostrable, en comportamientos muy deseables de otras personas a favor de una causa; él puede ser un profesor, por ejemplo, que pregona y trabaja por postulados de calidad.

Visto desde esta perspectiva, los profesores son influenciadores por sus conocimientos, prestigio y presencia en determinados ámbitos en los que sus opiniones pueden influir en el comportamiento y desempeño de otras, muchas.

Podríamos citar como tales al Prof. Humberto Quezada Arce, Elizardo Pérez Ruiz, Luis Carrasco Salinas, Francisco José Quiroga Laime, por ejemplo, por citar algunos, que se destacaron como profesionales docentes y plantearon nuevas ideas y paradigmas para mejorar la calidad de la educación en Bolivia.

Estos son algunos y que rebasan los límites del conocimiento común, planteando nuevas ideas, nuevos paradigmas y creatividades que destacan la importancia de hacer algo diferente a lo tradicional y a lo rutinario. De hecho, sólo son algunos, mientras la inmensa masa en general adopta la cómoda postura de cumplir con las normas y acciones tradicionales y que realizan su trabajo haciendo lo más cómodo y fácil posible, más como un modus vivendi que como una obra redentora.

Cito sólo algunos profesores como: Humberto Quezada Arce que se distinguió con el Condigo de la Educación Boliviana, el Prof. Elizardo Pérez Ruiz con su modelo de escuela ayllu – escuela productiva – educación bilingüe, Luis –Carrasco Salinas como director de la Normal Rural “Juan Misael Saracho” de Canasmoro con su Pedagogía del Aucalo o Francisco José Quiroga Laime con su Plan Nacional de Desarrollo Educativo y Gualberto Paredes con la Pedagogía Contemporánea. Los cinco rebasaron las esferas nacionales y realizaron obra pedagógica concreta en nuestro territorio.

Como los anteriores quijotes seguro que hubo y hay muchos; pero que son menospreciados incomprendidos mal tratados y hasta perseguidos por considerarlos locos, dado que generan nuevas ideas y plantean cambios y otras formas de cumplir mejor la función del sistema educativo de Bolivia. Mucho se aprecia a los llunkos, a los obedientes y sumisos que a todo dicen sí, pero no hacen un esfuerzo por realizar mejor su trabajo, con tal de, quedar bien con los supuestos jefes y más que autoridades de educación, esbirros o ejecutor de órdenes de otros aplicando sanciones. Estos son secuaces, paniaguados, vasallos, sicarios y seguilones a pie juntillas de los supuestos jefes inmediato superiores.

Cuando fui director general de Educación Rural, en una entrevista que tuve en el palacio de Gobierno al señor Presidente Sánchez de Lozada, le dije que la educación no está mal por falta de licenciados, sino por falta de profesores de verdad. Con esta frase lo que planteaba era que lo que había que incrementar era influenceres en cantidades suficientes para que la inmensa mayoría de profesores sean profesionales de mucha iniciativa, creatividad, esmero y voluntad por ser los mejores promotores del aprendizaje, los mejores guías/orientadores, motivadores y animadores en la construcción propia de su saber y no simples instructores, transmisores de contenidos académicos extraídos de enciclopedias académicas y que se las debe memorizar y repetir como papa gayos cutos, para el logro de las notas de aprobación requeridas.

Dignos profesores bolivianos; saquemos a relucir nuestra entrega, nuestra vocación de servicio por un elevado desarrollo humano en los que los estudiantes sobre todo aprendan a aprender usando todos los medios y recursos tecnológicos,  aprendan a hacer, y sean ciertamente personas capaces de decidir lo mejor para bien suyo, para bien de su familia, para bien de la sociedad y finalmente de la patria de todos nosotros; no lo hagamos por el suelo y si, por patriotismo, al que el gobierno debe recompensar pagando salarios justos para vivir dignamente. Que el docente por ser de alta talla gane lo que corresponde a quienes forman el más importante recurso que requiere el desarrollo del país, como son los recursos humanos. Convirtámonos todos en influenceres, como la mejor estrategia para mejorar la calidad de la educación del país.

Es necesario que los bolivianos aprendamos a desaprender lo negativo en nuestras vidas que se nos haya hecho un hábito y que afectan nuestra integridad, al ser actitudes que las vamos transmitiendo de generación en generación y que afectan a nuestra sociedad.


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