Participación de la mujer en la Guerra del Chaco
En este artículo denominado “Participación de la Mujer en la Guerra del Chaco” pretendemos reflexionar por una parte, la historia nacional que no ha sido contada y que merece la atención de la población lectura y por otra el reconocimiento de la labor de la mujer dentro de la sociedad en todos los tiempos e hitos históricos de la realidad boliviana.
Desde inicios de la civilización humana hasta nuestros días, el rol de la mujer en la sociedad ha sido catalogada como un ser inferior al hombre, además de concebir un trato discriminatorio en la relación de sujeto a sujeto. Se creía que no tenían la capacidad de dar su opinión o participar en asuntos públicos, por lo que se pensaba que la mujer debía dedicarse únicamente a la labor doméstica y a la crianza de sus hijos, incluso se les prohibía la oportunidad de tener educación.
Y es así que durante la guerra del Chaco librada entre 1932 a 1935, fue un ejemplo claro de la participación de la mujer y su valentía, fortaleza, heroísmo que las cuales, no dudaron en acompañar a los combatientes de la guerra, peso al sufrimiento que consigo trajo, por las circunstancias y desventajas que tenían hombres y mujeres como las inclemencias del tiempo el tener que encargarse de sus hijos al margen de suministrar alimentos y agua para los hombres que se encontraban combatiendo al frente del enemigo Paraguayo; ofrendaron sus vidas por la defensa del territorio boliviano y que a pesar de su sacrificio en las actualidad podemos observar con tristeza que calles, plazas y monumentos, son homenajeados solo a los hombres y no así a la participación también de las mujeres valientes en la cruenta batalla de la Guerra del Chaco siendo conflicto bélico funesto para la nación donde esposas, madres, hijas, enfermeras y otras valientes mujeres, tuvieron un rol fundamental para la supervivencia de las tropas bolivianas.
Posterior a la guerra, las mujeres sobrevivientes ya no fueron las mismas, su visión del mundo había cambiado con su partición, por lo que se las pasó a denominaron las “madrinas de la guerra” por el entonces gobierno de turno Daniel Salamanca Urey en mérito de haber contribuido al cuidado y protección de los hombres caído en la batalla, principalmente en la batalla de los 20 días por el Fortín “Boquerón” donde los Paraguayos obtuvieron lamentablemente la victoria; así como también la creación de instituciones benéficas a favor de los huérfanos de la guerra y también el reconocimiento de haber sido las portavoces para que los paraguayos puedan devolver a los prisioneros bolivianos.