Venezuela, el mal ejemplo
De un tiempo a esta parte, se ha posicionado entre la ciudadanía a nivel internacional que el “Socialismo del Siglo XXI” - más concretamente los chavistas - hizo de Venezuela uno de los países más pobres de América Latina, luego de que dicho país estaba entre los países más ricos; una de las principales muletillas de varios políticos de oposición expresa que: “la población no quiere al socialismo porque convertirá al país igual que Venezuela”.
La interrogante surge, ¿realmente los socialistas del Siglo XXI no saben administrar los recursos de un país?, la respuesta no puede enmarcarse en un sí o no, se debe analizar más objetivamente, así tenemos que en los periodos de Hugo Chávez la economía venezolana era una de las más fuertes, incluso eran acusados de financiar a partidos y grupos de izquierda en países latinoamericanos, acción que de ninguna manera podía permitir el país del norte, el águila no podía darse el lujo que en su “patio trasero” se formen gobiernos de izquierda.
Con la asunción de Maduro, empezaron las “sanciones financieras internacionales”, bajo el pretexto que en Venezuela no se respetaba la democracia, que se realizó fraude y otras patrañas, estas sanciones consistían en que el gobierno de Maduro no podía utilizar ninguno de sus recursos, ya que sus cuentas bancarias internacionales estaban bloqueadas, tampoco podía utilizar su oro físico que se encuentra en bóvedas de los bancos europeos, sobre todo en Inglaterra.
En este sentido, un país al cual se les cierra las cuentas financieras, convirtiendo sus ingresos en cero, claro que tendrá dificultades muy serias ya que sus gastos seguirán siendo los mismos, es ahí que el Tesoro venezolano recurrió a imprimir papel moneda, pero sin respaldo ni de oro y mucho menos de divisas internacionales y cuando existe impresión de moneda sin respaldo empieza la inflación, en caso venezolano llegando a la cifra record de 1.698.488,2% en la gestión 2018.
Sin embargo, cuando empieza el conflicto entre Ucrania y Rusia, el precio del petróleo se incrementa, superando los $us100 le barril, aspecto que no le conviene a las potencias económicas, en este sentido EE.UU. decide “flexibilizar” las sanciones habilitando algunas cuentas bancarias internacionales y poniendo topes a los montos financieros, aspecto que mejora la economía venezolana y tenemos como un dato significativo que la inflación en 2023 (al mes de septiembre) llego a 159,4%.
El 14 de febrero estalla otro conflicto bélico entre Israel y Palestina, coincidentemente EE.UU. vuelve a “flexibilizar” las sanciones, esta vez aumentando las cuentas financieras y también la utilización del oro físico de Venezuela, en contra parte Venezuela producirá más petróleo para que el precio internacional se mantenga o incluso disminuya, vale decir que las sanciones van en sentido de la conveniencias de las potencias.
No podemos repetir muletillas, como si esta fueran verdades irrefutables, sin analizar el verdadero origen, tomar a Venezuela como un mal ejemplo de la administración gubernamental queda desestimado cuando se analizan las verdaderas causas de porque los gastos venezolanos son mucho mayores a sus ingresos, o mejor dicho cuando este país no contaba con ingresos por las “sanciones internacionales”.
Como se puede apreciar, las sanciones económicas pueden ser igual o más mortíferas que un misil, porque esas sanciones causaron muertes y migración de venezolanos.