Lo que no te mata evoluciona e intenta de nuevo
El caso es sencillo: te aquejas de un malestar en el estómago o la garganta, acudes al médico, quien te receta un antibiótico. Lo tomas durante unos días y te sientes mejor. Tal vez ni siquiera hayas visitado a un médico y lo hayas adquirido directamente en una farmacia. Esta práctica, en parte, es responsable de la muerte de más de medio millón de personas en las Américas. ¿Cómo es posible que un medicamento tan común y probado como un antibiótico pueda ocasionar fallecimientos?
Un antibiótico tiene la capacidad de eliminar ciertos microorganismos, y los humanos lo utilizamos con el fin de combatir infecciones. Sin embargo, cada vez que empleamos un antibiótico, algunos microorganismos evolucionan y logran sobrevivir. Estos se vuelven resistentes al antibiótico y, en algún momento, logran escapar. Al no tener competencia, ya que los demás microorganismos han sido eliminados, tienen vía libre para reproducirse. Aunque este fenómeno ocurre con una baja probabilidad, de vez en cuando sucede y provoca un aumento en la población de estos "resistentes". Como consecuencia, la próxima vez que comes, tocas, respiras o te haces una herida, hay una mayor probabilidad de que te infectes con un microorganismo resistente a los efectos del antibiótico.
Es muy probable que se trate de un desarrollo que no podamos detener, pero sí podemos ralentizar. El primer paso es evitar el uso innecesario de antibióticos. A menudo los utilizamos cuando no son requeridos, como por ejemplo en infecciones de origen viral, como la gripe, el resfriado, el covid-19 u otros virus, contra los cuales los antibióticos resultan ineficaces. No completar un tratamiento con antibióticos también aumenta el riesgo. Además, la liberación de antibióticos no utilizados en el medio ambiente como basura provoca el mismo efecto.
Los expertos de todo el mundo están dedicados a la búsqueda de nuevos métodos para combatir los microorganismos resistentes, aunque esto implica una inversión de tiempo y recursos considerable. Para optimizar recursos, ganar tiempo y disminuir las pérdidas humanas, es fundamental que seamos conscientes en el uso de antibióticos.