El escenario del Bicentenario y la gestión autonómica del territorio

Tenemos dos años por delante para sincerarnos con nosotros mismos. Como parte de la Generación del Bicentenario, corresponde aclarar los espacios en los que se producirá para que las acciones que se realicen, sean útiles y prácticas. Repetiré que el 6 de agosto del año 2025 es mucho más que un hito histórico y se constituye en un momento de quiebre y ruptura.

Necesitamos, por tanto, reconocer algunas condiciones imprescindibles. La primera tiene que ver con los procesos económicos y políticos que se están produciendo en Santa Cruz y que están ocasionando dudas, incertidumbres y susceptibilidades. Quienes vivimos en Santa Cruz no somos marcianos ni gozamos de más o menos capacidades o cualidades que tienen todos los bolivianos, por lo tanto, lo único inteligente que debemos hacer colectivamente y sin soberbia ni prejuicios, es caracterizar las condiciones que llaman la atención y plantearnos si no es Bolivia quien necesita comprender lo que ocurre en Santa Cruz, y no a la inversa. El denominado modelo de desarrollo cruceño no es repetible, y por lo tanto resulta desatinado sostenerlo de esa manera, pues más tiempo tardemos en entender los procesos de desarrollo, de competitividad, economía y migración, más tiempo perderemos en comprender porqué Santa Cruz es una oportunidad que puede ayudar a desarrollar Bolivia.

Debemos aprovechar el Bicentenario para consolidar la Bolivia barroca, mestiza, criolla y turística que tiene una población 60% menor de 30 años, y que vive en ciudades. Este momento es crucial para enfrentar nuestros fantasmas y aceptar, por ejemplo, que los curas pederastas atentan contra nuestra dignidad y no contra la iglesia pues los delitos son personalísimos. Todos conocemos curas que son personas excepcionales y otros no tanto, como todos los humanos. Estoy leyendo un debate confuso sobre el banco FASSIL o lo que ha ocurrido en COTAS que nada tienen que ver con “los cruceños” … son conductas legales o ilegales cometidas por collas o cambas, integrantes de logias o nó, que deben ser investigadas y castigadas si fuesen acciones ilegales. Los vivillos que se llenan de plata con prácticas no muy sanctas son delincuenciales en cualquier lugar del mundo y no son atributos ni cualidades exclusivas de ningún grupo humano en particular.

Entonces, ¿cómo gestionaremos el futuro de las personas que vivimos en esta entelequia denominada Bolivia?

Nuestra propia experiencia y la del mundo mundial, nos enseña que existen categorías que ayudan grandemente, y que ya las venimos ejecutando desde la década del 80, sólo que ahora tenemos mejores conocimientos e instrumentos. La gestión y el ordenamiento del territorio necesita cada vez más de ciudades/estados con capacidad de articular y relacionar territorios mayores. Son nuestras ciudades intermedias, que con su calidad de Nodos de Servicios deben corresponder a las ciudades de los 15 minutos, los territorios de la media hora para cubrir necesidades, y la seguridad alimentaria producida a 50 km a la redonda. A ellas hay que sumarle las Mancomunidades Municipales, la sostenibilidad ambiental y la cohesión social sobre la base del turismo. Resulta tan sencillo el camino recorrido que nuestra inteligencia estará en dejar de inventar el hilo negro y el agua tibia.

Si a esa visión territorial le sumamos el ajuste de las competencias necesarias para dar respuesta a la gente, donde viva, y corregimos los recursos necesarios, menos estupideces cometerían los gobiernos nacionales que quieren hacer todo desde los ministerios, mientras no logran liberarse de la corrupción que alienta el centralismo. La Unión Europea inventó la “media europea” como medida para restablecer equilibrios territoriales, y nosotros lo hicimos con los Fondos de Desarrollo y las ventanillas de oferta con recursos concursables.

Sigamos…


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