¡Educación de calidad!   

Calidad es la superioridad o excelencia de algo o de alguien; se refiere a la capacidad que posee un objeto o servicio para satisfacer necesidades según determinados parámetros; cumpliendo requisitos de cualidad. Calidad no significa un lujo ni un costo mayor, sino, simplemente, es la satisfacción plena de las necesidades y expectativas del cliente. En educación, el cliente sería el estudiante, los padres de familia y la sociedad en general.   

Educación de calidad es aquella que forma mejores personas con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen sus deberes y conviven en paz (habilidades blandas) y simultáneamente son competentes en ciencias puras, habilidades técnicas o artísticas (habilidades duras). En definitiva, calidad educativa se refleja en una persona con saberes y experticia que genera oportunidades legítimas de progreso y prosperidad, paz y felicidad para sí y para la colectividad; es decir, satisface los tres derechos del ser humano (derecho al progreso, derecho a la paz y derecho a la felicidad).   

Para hacer una educación de calidad se requiere estudiantes sanos y motivados; docentes competentes que utilicen métodos pedagógicos activo-participativos, que manejen con solvencia diferentes medios de aprendizaje, programas de estudio con contenidos relevantes, una buena administración (un director especializado en Administración Educativa), y que sepa generar y distribuir, asignar, manejar recursos (humanos, financieros, tiempo, etc.). Que existan entornos educativos seguros, sanos e integrados con niveles bien definidos de rendimiento académico (nunca menos del 80%).   

El objetivo de la calidad educativa es garantizar una educción inclusiva, equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos; que los estudiantes sepan aprender y consiguientemente sepan empoderarse como personas, para llevar y tener una vida saludable, digna y sostenible.   

Educación de calidad es inducir, activar, crear conocimientos y no simplemente memorizar saberes expuestos por el profesor; es decir, es incitar a los estudiantes a preguntar, preguntar y preguntarse lo que quisieran saber. Se debe considerar al cerebro del estudiante una antorcha a encender y no un recipiente a llenar; en educación de calidad el estudiante debe investigar, descubrir, crear nuevos conocimientos; o sea, se debe desarrollar cerebros y no sólo ejercitar la memoria. El profesor debe ser facilitador, impulsor, guía y evaluador del aprendizaje y aplicar la mayéutica socrática.   

En la época que vivimos se requieren recursos humanos bien calificados en “conocimientos académicos, científicos, técnicos, artísticos y tecnológicos; con valores destrezas y capacidades; con competencias para analizar, sintetizar, resolver problemas, tomar decisiones, manejar información, cuidarse y cuidar el medio ambiente; que sepan comunicarse y negociar; que tengan actitudes y comportamientos de tolerancia a la diversidad; que tengan capacidad de trabajar en equipo y adaptarse a las circunstancias” (Foros I-II-III  Educación para todos - No 4 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible).   

Teniendo definido el norte al que debemos arribar, los involucrados en la empresa educativa, a la cabeza de las autoridades del Ministerio de Educación, deben participar activa y positivamente creando sinergia que nos conlleve impajaritablemente al producto definido y para ello, aplicar mecanismos de evaluación que garanticen el producto de calidad que se busca. En Bolivia debería actuar el Observatorio Plurinacional de calidad Educativa (OPCE).   

A nivel internacional existe El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes PISA (por sus siglas en inglés), que evalúa la calidad educativa a cuyos servicios Bolivia no accede por voluntad propia. En este Sistema PISA se evalúa lectura-escritura, matemáticas y ciencias; asignaturas básicas propulsoras a la mayor extensión y dimensión de conocimientos, destrezas y competencias.  

Para garantizar la calidad de la educación es necesario no sólo usar el pizarrón, la tiza y la explicación, propio de la educción tradicional, con la que no pone en funcionamiento la totalidad del ser humano en su conjunto para lograr su propio saber; por lo que es muy urgente y necesario echar mano a cuanto medio tecnológico facilite el aprendizaje para tener una educación competitiva e integral igual a cualquier país del mundo, sin auto subestimación alguna. Los padres de familia deben acompañar y controlar el buen uso de los medios tecnológicos para evitar daños hasta irreversibles.   

La calidad de un sistema educativo es la cualidad que resulta de la integración de las dimensiones de pertinencia, relevancia, eficacia interna, eficacia externa, impacto, suficiencia, eficiencia y equidad en la sociedad de un país.  


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