Colombia tiene esperanza

La República de Colombia afrontará la elección más complicada de las últimas décadas el próximo domingo 29 de mayo. En el escenario electoral destaca la figura de Gustavo Petro, ex miembro de la guerrilla del M-19 desmovilizada en 1990, ex parlamentario y exalcalde de Bogotá, quien, junto a Francia Márquez, componen la dupla del Pacto Histórico, la candidatura presidencial de izquierda y progresista que lleva marcada ventaja en la intención de voto sobre la candidatura del exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, popularmente conocido como "Fico", quien representa al Equipo por Colombia.

 

Sorprende la candidata vicepresidencial Francia Márquez Mina, mujer afrocolombiana, quien fuera trabajadora del hogar y activista del medio ambiente que (re)significa la lucha de poblaciones subalternas como los afrocolombianos, naciones indígenas, campesinos, pobres y excluidos, población LGTBI, activistas sociales, entre otros, que se ven representados en ella. Márquez logró un gran resultado en las elecciones primarias (obtuvo 757.000 votos y se convirtió en la tercera aspirante más votada, por detrás de Petro y Gutiérrez, en la derecha) y fue elegida por Gustavo Petro para que le acompañe como su “vicepresidenciable” del Pacto Histórico y sin duda alguna, ha contribuido significativamente al crecimiento de la imagen política del otrora guerrillero. Su capacidad de movilización social es considerada como un verdadero fenómeno político. La contribución de Márquez a la campaña no estuvo exenta de polémicas debido a los debates que abrió sobre el racismo, clasismo, patriarcado, discriminación y la lucha de clases en un país con clases sociales claramente segmentadas y estratificadas. Además, la prensa nacional como extranjera tiene una fijación con ella lo que le permite difundir su potente mensaje de esperanza.

 

Márquez es acusada de pasar de activista a ser una política radical que sólo busca la polarización y el divisionismo, pero aquello está alejado de la realidad. Ella encarna las luchas populares, es considerada como una defensora social a la que la clase política tradicional no sabe como encarar ni contener. Por eso, igual que Petro, viene sufriendo ataques de toda índole incluso algunos que amenazan su seguridad física. Francia Márquez es una outsider de la política y ha logrado un espacio político y mediático que no cederá ante la presión conservadora. No puede abandonar la lucha de las mujeres y de los pueblos indígenas y originarios históricamente marginados que subsisten en la Colombia profunda, la resistencia de su pueblo afrocolombiano y la de los activistas sociales asesinados por fuerzas paramilitares sirvientes de los terratenientes y la de los colectivos sociales que desean salir de la periferia para tomar el poder para el pueblo.

 

Tras una serie de ataques políticos desde los medios de comunicación controlados por la derecha para desgastar la imagen de Gustavo Petro, el Pacto Histórico ha remarcado que no sólo es Petro, sino la conjunción de cientos de organizaciones sociales con demandas políticas, económicas y sociales por demás justas que expresan el malestar de millones de personas en condiciones de vida sumamente difíciles debido a la marcada exclusión que condena al alrededor del 40 % de la población colombiana.

 

Colombia está agotada. El aumento de la inseguridad pública, masacres, desplazamiento interno, asesinatos extrajudiciales, violencia generalizada, problemas económicos recurrentes, la presión fiscal sobre la ciudadanía, el proceso de paz para desmovilizar a las FARC y ELN saboteado por el gobierno de Duque, la desconfianza creciente en el Congreso, la Fiscalía General y el Defensor del Pueblo, la corrupción escandalosa, la agudización de la polarización política entre otros factores hacen de esta elección un momento trascendental para el cambio.

 

Resultaría muy extraño que Petro-Márquez no ganen la elección a finales de mayo. El apoyo popular con el que cuentan seguramente se verá reflejado una vez más en las urnas. Petro avanza en su campaña con pies de plomo, muy medido en sus alocuciones y planteamientos político - electorales, asesorado en sus discursos y alianzas, evitando así caer en provocaciones, ataques e insultos de parte de los demás contendientes. Según encuestas recientes, el binomio del Pacto Histórico estaría cerca de alcanzar el 40% de votación frente al binomio de Gutiérrez-Lara Bonilla, que sólo llegaría al 25%. La victoria del Pacto Histórico es posible, justa y necesaria para una Colombia más humana, con alegría y esperanza. ¡Ese pueblo de gente hermosa puede!


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