Pedagogía critica

Se dice que los estudiantes, como resultado de una educación activo participativa (después de la aplicación de la escuela tradicional del siglo XVIII), deben ser sujetos críticos; esto, contraponiéndose a los resultados del memorismo a pie juntillas, enlatador de saberes ajenos y renuente a la creatividad y al pensamiento propio.  

En el modelo educativo tradicional y arcaico, la instrucción que no pasaba de ser eso y que se llamó educación, se realiza aún, mediante el uso de textos usados como verdaderos catecismos conformados por preguntas y respuestas, como la cartilla de un catálogo.  

Por eso, en la pretensión de ampliar sus bases sustentables de la pedagogía crítica, les transmito lo inherente a su contextura y a la importancia de buscar estos resultados en la línea de formar seres humanos inventivos y futuristas.  

La pedagogía crítica (nominada por Horkheimer) surge como resultado de los trabajos de la teoría crítica durante las décadas de los ochenta y los noventa; fue el producto de la influencia de varios estudiosos de la escuela de Frankfurt, entre ellos; Adorno, Marcuse, Fromm y Benjamín. Peter McLaren (Toronto, 2 de agosto de 1948).  

La pedagogía crítica ve la educación, como se la debe ver, como una práctica política social y cultural, a la vez que se plantea como objetivos centrales el cuestionamiento a la postura autoritaria del maestro como dueño del saber, lo que resulta incompatible a la vida en democracia, al desconocer las diferencias individuales y la forma como cada uno ve la realidad con sus propios ojos; de manera que no se imponga una férrea subordinación al saber ajeno, que virtualmente cierra toda posibilidad al criterio razonable de cada estudiante. La Pedagogía crítica, en general se fundamenta en dos ejes trasversales: un cuestionamiento permanente respecto a las formas de subordinación y, el reconocimiento al pensamiento divergente.  

La pedagogía crítica centra su atención en la construcción de un lenguaje y un discurso pedagógico dialéctico dado en relaciones sociales participativas, comunitarias y democráticas, mediante acciones y prácticas liberadoras. Es una propuesta de aprendizaje - enseñanza que incentiva el cuestionamiento de lo que se estudia; tiene como intención ser una práctica ética y política, a la vez que propicia que los estudiantes se interroguen acerca de las prácticas sociales en las que participan  

En este contexto, el docente debe formarse como pedagogo para facilitar y acompañar la formación integral, la humanización y el desarrollo del hombre, reconociendo sus necesidades vitales, materiales, espirituales y antropológicas, mientras que el estudiante debe ser el constructor consciente y crítico de su propio conocimiento, ante la abundante información, toda vez que es un sujeto social reflexivo que al interactuar con otros y aportar sus propios conocimientos, es capaz de rebasar y transformar, a través de su labor constructiva, lo que le ofrece su medio ambiente.  

Ahora bien, la evaluación crítica es una forma estructurada de leer los artículos científicos, lo que permite extraer las características clave de los mismos que constituye uno de los elementos centrales de la Medicina Basada en la Evidencia. Para su aplicación, es decir para evaluar la pedagogía crítica, se utiliza el entorno como camino pedagógico, hacia escenarios socioculturales en donde se generan procesos de transformación. Si la evaluación es crítica deberá tener la mira en el presente y el futuro de la comunidad, la región, el país y el mundo.  

La pedagogía crítica promueve el diálogo y motiva a los estudiantes a que aprendan a desarrollar el pensamiento reflexivo e interactivo, los cuales puedan interpretar y desarrollar dentro y fuera del aula de clase, logrando así resultados eficientes en sociedad.  

La pedagogía crítica centra su atención en la construcción de un lenguaje y un discurso pedagógico dialéctico (teoría y práctica) dado en relaciones sociales participativas, comunitarias y democráticas, mediante acciones y prácticas liberadoras.  

Freire a través de su propuesta de pedagogía crítica, invita a los actores del proceso educativo a formar sujetos críticos y reflexivos, con conciencia colectiva de cambio, de transformación; a que se parta de su práctica concreta, se vaya a la teoría y se vuelva a la práctica transformada (Mirabal, 2008).  

La pedagogía crítica es propia de un proceso de aprendizaje – enseñanza democrática, cooperativo, participativo, propositivo y concordante en base a la verdad, la ciencia y la justicia para los tiempos que vivimos, en la búsqueda de una concordancia razonable, científica y pacífica.  


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