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Dotarnos de una buena educación, camino a la constante superación

Sólo es declarativo el Art. 77 I. de la Constitución Política del Estado, cuando dice: “La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado” porque en concordancia, no se le da la atención que merece ni se le asigna el presupuesto que debería corresponder, sólo se asigna el 10.8%; siendo los padres de familia quienes tienen que pagar Bs. 32 millones al año para cubrir la falta de ítems.

La matrícula total del país es de 2.922.758 estudiantes y de ellos 332.049 (11,36%) son estudiantes de los colegios particulares; por lo que, el Gobierno Nacional sólo financia a 2.590.7009 (88,64%). Para las clases virtuales, más del 30 – 40% de los estudiantes no cuentan con un teléfono celular, siquiera, y en general no se cuenta con un servicio estable de internet. ¿Cómo entonces se cumple con lo establecido en la Ley de leyes? ¿Cómo se quiere tener una buena educación para tod@s? Se dice que la educación es lo más importante para el desarrollo y la vida de un país; pero, poco se hace, como está demostrado en lo que acabo de referir (“miente, miente, miente; que algo te crearán”).

Nadie en el mundo duda que educación – desarrollo humano, está en la primera categoría como inversión; porque, como dice el Dr. Celso Charuri: “Es el hombre el que hace al mundo y no el mundo el que hace al hombre” pero en Bolivia se le da mayor importancia al trabajo politiquero que político; porque política es igual a Educación, escrita con mayúsculas, lo que implica que la educación debe ser una política de Estado y no de un partido político del gobierno de turno.

Si “Quien bien siembre, bien cosecha”; pues, tenemos precisamente lo que sembramos y no se produce precisamente un nivel y calidad de educación que podríamos tener, si quisiéramos. Un buen nivel y calidad de educación sería beneficioso/útil a todos los bolivianos en vez producir cebo y pláceme del trabajo, disque, político de los militantes de las organizaciones, llamadas, políticas de los gobiernos de turno. “Nada es casual, todo es causal”.

Siguiendo esta línea, ya es hora de darle la prioridad que merece la educación; es importante modernizar nuestro sistema educativo en general hacia el país desarrollado o por lo menos en desarrollo que debemos tener; porque mientras sigamos dependiendo de la economía extractiva y no produzcamos valor, no agreguemos valor a nuestras materias primas, no evitemos de constituir empresas improductivas, no superemos la poca capacidad de gestión y producción, no dejemos de despilfarrar el poco dinero que tenemos, seguiremos en lo mismo y es triste el futuro que les espera a las futuras generaciones.

Parangonando a Albert Einstein, no podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Debemos proponernos el cambio verdadero, el cambio objetivo que lo vivamos y disfrutemos todos; el cambio que nos sirva para construir el bien común, que nos movilice a todos los bolivianos, sin discriminación alguna, a ser una fuerza sinérgica que, acabe con la falta de calidad de nuestra educación y vía ella, con la pobreza en general. Prioricemos los objetivos, las acciones que nos unan en vez de poner siempre los ojos en las controversias que nos diviertan en peleas vicentinas que lejos de mejorar nuestra calidad y condiciones de vida, nos causa malestar y más pobreza.

Da mucha pena y hasta vergüenza saber que, según el ranking de la Unesco, Bolivia, de los 16 países de Latinoamérica, ocupa justo el puesto No 16 en calidad educativa y esto sucede por negligencia en enmarcarnos en las decisiones certeras nutriéndonos con las tantas experiencias vividas y con las que existen en varios países del mundo. 

Bolivia tiene un capital y experiencia/capacidad suficiente para asumir un paradigma educativo que nos ponga en la órbita de cuanto es tan necesario y deseado, como ser: Según el INNE, 179.689 maestros, todos hoy con mucha experiencia, además de la experiencia en la modalidad presencial, en la modalidad virtual y a distancia; con una buena base en cantidad de medios tecnológicos que tienen los 2.922.758 estudiantes; un magisterio organizado y que clama  por contar con las condiciones necesarias, para hacer lo que sabe hacer con excelencia, si cuenta con los recursos y medios necesarios (salarios justos, infraestructura apropiada y suficiente, medios tecnológicos necesarios/que faltan, material de bioseguridad, ítems suficientes).

¿Que nos falta?: visión de desarrollo, voluntad política, integración de acciones entre Estado, profesores, padres de familia, estudiantes, prensa y sociedad civil, para que todos jalemos la carreta en la misma dirección. ¡Que la educación sea realmente la primer función y responsabilidad financiera del Estado!; si primero debe ser la educación, implica no gastar el dinero que sobre; ¡pues, primero debe ser todo lo que necesita la educación y luego por orden de prioridades, los aspectos/rubros que sigan! Al dotarnos de una buena educación, como derecho y deber de tod@s l@s bolivian@s, de seguro tendremos constante superación y dejaremos la tonada de resignación que somos: ¡subdesarrollados – pobres!


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