El globo “desinflado” de la inflación boliviana
En este ultimo informe presidencial, para el aniversario plurinacional, se sostuvieron las metas macroeconómicas para este 2022, inclusive retando a las proyecciones del Banco Mundial y el FMI, pero lo realmente llamativo fue su proyección de inflación, de 3,4% para este año, siendo que el 2021 fue de 2,6%. Pienso que su razón principal, fuera de lo político, es que el Gobierno sabe que este año será más inflacionario que la gestión pasada, no tanto por el contexto local sino por el externo, ya que venimos en un alza generalizada de precios en la mayoría de las economías, sean emergentes o no. ¿Acaso, no les parece raro que, si el 2021 nuestra inflación anual acumulada no llego ni al 1%, ahora de repente nos “lancemos al éxito” con esta cifra mas elevada?
Pero antes de analizar todo lo anterior con un microscopio, veamos cómo iba nuestra inflación antes de estas “predicciones nostradamicas”. Comencemos por el final, el 2021 nuestra inflación acumulada anual fue de 0,97%, con un promedio anual de 0,74%, indicadores realmente muy bajos en comparación con otros años y con otras economías, inclusive de países desarrollados. El 2001 tuvimos una cifra algo similar, con un IPC acumulado anual (índice de precios al consumidor) de 0,92%, pero con un promedio anual más alto, de 1,60% de inflación promedio por mes aproximadamente durante ese año.
Durante este siglo XXI, la economía boliviana, en el año 2009, presento la inflación mas baja, con apenas 0,26% y de esta época, los años con mayores niveles de inflación, fueron el 2007 y 2008, con indicadores del 11,73% y 11,85% respectivamente, lo cual fue por una crisis financiera a nivel mundial principalmente. Durante el 2012-2021 la inflación acumulada anual promedio fue 3,04%, a partir del 2017 la misma comenzó a caer drásticamente, no tanto por las políticas publicas sino sobre todo por el contexto externo, devaluaciones, volatilidad en los mercados financieros y de materias primas y últimamente por la pandemia.
El año 2019, antes que COVID-19 llegue con todo a nuestra nación, la tasa de inflación anual fue de 1,47%, luego el 2020 de 0,67% y el pasado 2021 de 0,90%; sin embargo, es algo raro que nuestra economía, a diferencia del resto del mundo, presente una tendencia deflacionaria, ya que según el gobierno tuvimos una gran recuperación y reactivación económica, con un crecimiento importante del PIB. Sin embargo, es “extraño” que una economía que crezca a ese ritmo baje su nivel de precios de esa manera en vez de subir, ya que se supone que la demanda agregada aumentó, por políticas fiscales y monetarias expansivas, y por ende el consumismo interno, y con una oferta agregada fija o poco movible, a corto plazo, pues debería haber existido más bien una mayor inflación, hasta que la producción nacional llegue a un equilibrio próximo en la economía.
¿Qué es lo que está pasando realmente? Antes analicemos el contexto externo, el cual influye mucho, diría demasiado, en nuestra economía y sin dudas en nuestra “inflación”. ¿Cómo estamos frente a nuestros vecinos? El año 2021, la economía con mayor inflación fue la venezolana, con 686,4%, seguida de Argentina con 50,9%, Brasil con 10,2%, Uruguay con 7,9%, Chile llego al 7,2%, Perú con 7%, Paraguay con 6,8%, Colombia con 5,6%, Ecuador con 1,9% e impresionantemente nuestra Bolivia apenas con 0,90%. El Banco Mundial y el FMI, estimaron que la inflación de América Latina y el Caribe, fue la más alta del mundo el año pasado, con un 12% aproximadamente, se espera que esta gestión se reduzca hasta el 7,8%. Este proceso inflacionario “regional” pues se debió en primer lugar a la contracción económica que genero la pandemia, políticas económicas expansivas posteriores para reactivar y dinamizar las economías nacionales, ayudas económicas de toda índole como los bonos y la devolución de aportes de las AFP’s que aumentaron la demanda interna; de forma “algo” similar ocurrió lo mismo en el resto de los países del mundo, inclusive en las economías avanzadas, todo este combo trajo consigo, de forma global, problemas en las cadenas globales de valor, en las cadenas de suministro y transporte, incremento de los precios de la energía y los alimentos, elevación del coste de vida, escasez de mano de obra en países desarrollados inclusive, lo cual encareció los salarios. No hay que olvidar que la mayoría de las economías, sin importar su condición, hicieron inyecciones “titánicas” de liquidez para el incrementar el gasto público, el consumo de las familias y las transferencias para inversión en las empresas privadas, es decir se “hecho más carbón” para que la Demanda Agregada crezca; a todo esto, con una mayor Oferta Monetaria y una Demanda Interna creciente, pero no así y menos al mismo ritmo la Oferta Agregada, resulto de la mezcla de todos estos componentes un “proceso inflacionario internacional”.
Los desafíos de nuestro país y del resto de la región, es buscar que su economía crezca de manera sostenible, tratar de bajar la inflación, en un contexto con menos recursos para ayudas fiscales, déficits públicos elevados y niveles de deuda publica poco sostenibles. ¿Qué hacer? Pues la teoría indica que se debe subir las tasas de interés, cosa que están haciendo los países de 1er mundo, de tal manera se elevará el costo del dinero, se desincentiva la inversión, el consumo y de tal manera la inflación bajaría, cosa “sencilla” en los papeles. Pero las economías recién se están “recuperando”, subir las tasas de interés no ayudaría a este cometido, por ende, hay que buscar que las políticas publicas que se implementen este año sean muy criteriosas y sensatas, fuera de ideologías improductivas, pero lastimosamente en Bolivia y en la mayoría de los países del cono sur el contexto económico esta muy ligado al político.
Nosotros hemos presentado una inflación “irreal”, debido, sobre todo, a nuestro tipo de cambio fijo, a las devaluaciones continuas de nuestros vecinos y sobre todo al contrabando, que hizo que la presión de precios se vaya fuera de nuestras fronteras. La gran pregunta, es ¿hasta cuándo tendremos esta ilusión de una baja inflación? Después de todo lo analizado, es cuestión de tiempo de que las cosas cambien drásticamente, todo dependerá de que nuestras autoridades nacionales tomen las medidas más acertadas para proteger a nuestra economía, así evitar que el este “globo” se infle de golpe y explote.