Reivindicando el propósito de la educación

La educación influye determinantemente en la formación y progreso de las personas y sociedades, al proveer conocimientos, desarrollar el espíritu, la cultura y los valores dentro de las condiciones y características del ser humano. 

Para reivindicar el mayor propósito de la educación es necesario tener en cuenta que sus objetivos deben ser:

a). - Desarrollar las capacidades académicas, personales, interpersonales y de transformación social; o sea, desarrollar la mente como aparato constructor del conocimiento, la persona en forma integral en lo físico, en lo intelectual, emocional, ético/moral y en lo social, para actuar en grupo/en sociedad; actuar entre personas en consiguiente trasformación colectiva.

b). - Lograr comprender la realidad física, social y espiritual de la persona (estudiante); que cada ser humano sea consciente de lo que en si es física, espiritual y socialmente.

c). - Que la persona humana tenga una motivación basada en un compromiso con principios y derechos: El respeto, igualdad, justicia, libertad, ciudadanía, equidad, seguridad, etc.

d.- Que la persona tenga un sentido de identidad equilibrada en un mundo multicultural; Que se identifique, se ubique precisamente como quien es, lo que debe significar para sí mismo y lo que sería para los demás en un grupo social, en una cultura.

Ahora bien, el aparato de la educción es la escuela y el maestro es su operador, es agente del proceso educativo. Entre aparato y operador a veces solamente informan e instruyen; lo que es la característica de la escuela desde su origen, la escuela tradicional; pero, la escuela – maestro, si prefiere, EDUCA; es decir informa y forma integralmente al ser humano o por lo contrario educastra, si simplemente instruye y memoriza mecánicamente saberes ajenos.

Educar, es, considerar al estudiante el sujeto de la educación, al que el profesor le ayuda, le facilita a descubrirse a sí mismo: ¿Quién es?, ¿Qué atesora en sus entrañas en talentos (inteligencias múltiples) ?, ¿Qué habilidades/aptitudes tiene? ¿Qué considera como futuro?, etc. y a partir de sus condiciones innatas, desarrollar y potencializar todas sus cualidades/aptitudes.

Educar motiva a que el estudiante toma la iniciativa de aprender/saber autónomamente abundando en preguntas, hipótesis e iniciativas; su participación es activa en la construcción de sus propios conocimientos.

Educastrar, en cambio, viene a ser tomar al estudiante como masa en bruto y moldearlo como quiera la escuela/profesor, desconociendo y sin tomar en cuenta individualidad y cualidades. Se le obliga a memorizar lo que se le dice por verdad, repitiendo a pie juntillas, cuanto se quiere que aprenda; poco se estimula la creatividad, la curiosidad, el ingenio. Educastrar es considerar al estudiante más un objeto de la educación que el sujeto o artífice de su propia formación.

Se afirma que la educación es el primer derecho del ser humano después del derecho a la vida y que la educación debe desarrollar - enaltecer en la persona humana, principalmente, la libertad, misma que se concentra en los tres enunciados siguiente: 1.- La libertad de pensamiento. 2.- La libertad de sentimiento 3.- La libertad de actitud, de acción.

Debido a los intereses contrapuestos entre grupos humanos, en la práctica y durante toda la historia ha primado/prima los criterios: a).- “La educación es el aparato ideológico del Estado” b.- “Para saber qué hombre debemos formar, primero se debe saber que sociedad queremos tener” y ahí surgen dos extremos  de intereses político partidarios; unos en la lógica de la explotación del hombre por el hombre y hoy, otros, porque: “Se saque la plata del bolsillo de los ricos y se la meta al bolsillo de los pobres”. En esta controversia de posturas, en vez de educar se pretende adoctrinar.      

Así es como la educación se encuentra atrapada; como arma de doble filo, disque, para explotar o para liberar; pero de una manera muy egoísta, al no velar por el bien común. Ahí estamos agitando palmas por acomodarnos a la izquierda o a la derecha, lo que hasta ahora solo ha servido para enriquecimiento de las cúpulas gobernantes, desconociendo la esencialidad de las libertades fundamentales del ser humano referidas líneas antes.

Entonces, resulta que también la educación requiere ser liberada. Si para liberar al hombre se requiere un buen grado/nivel de formación, de capacidad y competencia intelectiva; para liberar a la educación se requiere potencializarla y liberarla del partido político que la patrocina (el gobierno de turno) y, pasar a ser una POLÍTICA DE ESTADO, con la participación de la ciudadanía en general, para decidir lo mejor que interese a todos.

Si queremos liberar a la educación, habrá que aplicar a plenitud los propósitos que santamente tiene, enunciados en principio, que daría como resultado una ciudadanía culta, competente y muy humana para potenciar sus resultados en bien de la sociedad en general y de la Patria Boliviana.


Más del autor