Chile: La izquierda va por más

Este domingo 21 de noviembre se realizará la elección presidencial, de diputados, senadores y consejeros regionales. Sin duda, lo que más concita la atención es quién ganará el voto popular para la primera magistratura del país trasandino. A la fecha, son 15 millones de electores, la mitad de ellos aun indecisos que deben elegir al sucesor de Sebastián Piñera entre varios candidatos ubicados ideológicamente desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha. La mayoría de los análisis políticos – electorales coinciden en que será una de las elecciones más inciertas en los 31 años de democracia tras la finalización de dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

A días de la elección ninguno de los competidores sobrepasa el 30% de intención de voto de acuerdo a las últimas encuestas, por tanto, la elección presidencial podría considerarse abierta y competitiva. En todo caso, los dos candidatos mejor ubicados son: por la izquierda, Gabriel Boric, candidato de la alianza Apruebo Dignidad apoyado por el Frente Amplio y el Partido Comunista, uno de los artífices de la vitoria en el Plebiscito Nacional de octubre de 2020 que permitió la redacción de una nueva Constitución Política y que ahora ofrece una “revolución” acorde al resultado del proceso constituyente inaugurado en julio pasado y presidido por Elisa Loncon, académica de origen indígena mapuche.

En contraposición, por la derecha, el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, ex diputado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), defensor de ideas conservadoras y religiosas, quien propugna recuperar el orden y la estabilidad política y social perdida luego de las movilizaciones sociales de 2019 y que aún continúan particularmente en la región Sur, la cual fue militarizada en varias ocasiones. Más atrás y sin posibilidades reales aparecen Franco Parisi, candidato del Partido de la Gente y Yasna Provoste, del Partido Demócrata Cristiano.

Gabriel Boric sorprende. Diputado nacional por el Partido Convergencia Social, es el aspirante presidencial más joven en la historia con sólo 35 años. En su carrera política destaca que en 2012 fue electo presidente de la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, reemplazando a la icónica Camila Vallejo, otrora líder estudiantil, hoy diputada nacional por el Partido Comunista. El ascenso meteórico de Boric demuestra una emergencia social y sobre todo un recambio generacional en la política del país vecino. Al frente, Kast se resiste a la juventud, reivindica a la dictadura de Pinochet y burdamente ha intentado actuar como el presidente brasileño Jair Bolsonaro o como el ex presidente estadounidense Donald Trump, apelando al populismo de derecha.

Si bien Boric concentra mayoritariamente la intención de voto de los jóvenes de 18 a 30 años estrechamente vinculados con las demandas sociales que pusieron al gobierno de Piñera contra las cuerdas en 2019, Kast tiene apoyo de las personas mayores a los 60 años y de partidos políticos conservadores que esperan que el ejecutivo gobierne con más fortaleza. Más allá de las candidaturas se debe considerar que hace 9 años el voto es voluntario, por ende, la participación electoral ha sido relativamente baja. En ese contexto, se vislumbra la segunda vuelta a realizarse el 19 de diciembre.

El panorama es muy complejo. Por un lado, la situación económica revela que el país tiene una inflación que podría superar el 6% en 2021. Por otro, la situación social ha deslegitimado a los partidos políticos históricos del centro, tanto de derecha como de izquierda, y sobre todo el gobierno de Piñera que gobierna a punta de estados de excepción.

Con seguridad la prueba de fuego del futuro gobierno será validar e implementar la Constitución Política que elabora la Convención Constituyente, aparte de resolver problemáticas sociales no atendidas como el acceso a la vivienda, a la educación y la salud pública, la modificación del sistema de pensiones que pertenece a fondos privados, la reducción de la violencia de las fuerzas policiales, las demandas de las naciones indígenas que piden respeto a sus territorios, la crisis migratoria que afecta a las zonas fronterizas, entre otras.

Todo indica que la elección en Chile será muy ajustada este domingo y se resolverá en segunda vuelta. Silenciosamente, sus vecinos Argentina, Bolivia y Perú, que hace poco giraron a proyectos políticos de izquierda democrática y progresista, esperan atentos el resultado. Boric promete y la izquierda va por más, los resultados positivos obtenidos en los últimos procesos electorales generan esperanza.


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