El optimismo: un valor agregado del capital humano

Optimismo es una tendencia de ánimo para ver las cosas en su aspecto más favorable; como tal, se manifiesta en una actitud que valora positivamente una determinada circunstancia que vive la persona, para enfrentar los obstáculos que se le presentaren al trazarse un objetivo.  

El optimismo es un valor humano; es decir, es el significado que se le da a un propósito y consiguientemente cuánto vale la persona en su medio social en el que vive. En este sentido es la fuerza de voluntad que se genera en el espíritu mismo de la persona, para enfrentar las dificultades. El optimismo induce al ser humano a ser perseverante, a ser positivo, a confiar en su capacidad y posibilidades de lograr lo que se propone.  

La persona optimista inclina su pensamiento, su energía, su actitud, su aptitud, su entereza en dirección a que SÍ, es posible lo que busca o buscará; está seguro que todo va a salir bien. El optimismo induce al individuo a ponerle cabeza, garra/ganas, a perseverar y mismo, a lograr lo que quiere.  

Ser optimista, es ser positivo y para ser más optimista/más positivo, sería aconsejable hacer lo siguiente: Autoevaluarnos como persona, identificando fortalezas y debilidades para tomar decisiones respecto a cómo superar las debilidades; predisponerse a tener siempre un buen sentido del humor; organizar su vida personal estableciendo y cumpliendo horarios; rodeándose de personas positas y de las que se puede aprender; charlar positiva y optimistamente con uno mismo; estar siempre dispuesto a mirar el lado más favorable de las cosas y esperar los mejores resultados. Se dice que el optimismo es antídoto de la depresión y del bajo rendimiento. A la persona positiva le gusta estar pensando siempre en lo bueno, no le gusta perder el tiempo pensando en lo malo.  

Las personas optimistas tienen más éxito en sus tareas, sean estas: estudio, trabajo, relaciones humanas, inclusive salud. Enaltecen su individualidad, consideran los fracasos como oportunidades de crecimiento, son sinceras consigo mismo, son realistas, se auto valoran convenientemente, disfrutan el presente, luchan por lo que quieren y se autoestiman optimistamente.  

Autoestimarse es quererse, valorarse a sí mismo como persona; lo que posibilita sentirse segura, confiada de lo que es y de lo que puede; la autoestima hace que la persona sea positiva, segura de tener el éxito que busca, tener buenos resultados en cualquier emprendimiento; ve con más objetivismo/realismo cuanto se propone y busca. 

El gran propósito de la educación debe ser formar personas, mujeres y hombres de talante humano, caracterizadas por una buena disposición, buen humor, genio, temple y carácter; personalidades optimistas, positivas y de elevada autoestima; con conocimientos científicos, técnicos y artísticos, como fuere su inclinación, su preferencia, su inteligencia; con valores humanos, ética y moral a toda prueba, que heredamos de nuestras culturas ancestrales.  

Para el logro de este gran propósito, en la educación deben confluir los padres de familia/la familia, la escuela, el estudiantado (coeducación) y la sociedad en general. En todo caso primero hacerse gente y luego buen profesional y no pretender primero ser buen profesional y luego gente, algo ilógico. Quien fue formado para barrabás siempre será primero y sobre todo, barrabás. 

En verdad que los bolivianos, mujeres y hombres hemos sido y somos personas/personalidades optimistas y de talante integral, por demás demostrado a lo largo de 333 años de sometimiento colonialista, y de 196 años de vida republicana; pese a todos l@s avatares/vicisitudes y pese a nuestro enclaustramiento, nos hemos sobrepuesto y hemos avanzado. 

Es triste escuchar personas subvalorándonos como bolivianos en general, no estimándonos/no queriéndonos y creer que no nos corresponde sino esta situación de pobreza que vivimos. 

Para salir de este pozo y para que luzcan nuestras virtudes; es necesario que en el ámbito educativo (escuela-familia-sociedad), se estimule el desarrollo del optimismo, del positivismo, de la autoestima, del realismo y de la objetividad; pues, todos los bolivianos estamos convocados a mejorar/elevar nuestra calidad de persona y consiguientemente nuestra condición y calidad de vida; sobre dotándonos sagradamente de este valor humano, “de optimismo”.  

 


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