¿Por qué negarnos a producir en serie, ¡genios!?

“…Genio, también es la capacidad mental extraordinaria o la persona dotada con dicha facultad. Un genio en este sentido, es alguien especial y fuera de lo común, con un talento o una habilidad que no puede ser imitada”. (https://definicion.de › genio)  

Sin entrar en la polémica de que los talentosos y los genios "nacen o se hacen", hay que considerar que estas personas con habilidades extraordinarias, requieren sumarle años de arduo trabajo (estudio – educación). Por lo tanto, tendríamos que aceptar que cuánto más calidad educativa se tiene en los diferentes países de la región, más posibilidades hay de sumar genialidades en la innovación, tecnología y desarrollo de estos territorios.

Según tengo entendido, la escuela y en general la educación, desde su origen pasó por tres etapas pedagógicas: 1.- Memorista (el maestro es el centro), 2.- Intelectualista (el libro es el centro) 3.- Vitalista (el estudiante es el centro).  Luego   en el siglo XX, la pedagogía fue la encargada de darle un sentido científico al proceso de educación escolar  y sin duda potencializó sustancialmente el proceso de aprendizaje. Nace la escuela nueva, se recurre a metodologías activo participativas y se disminuyó el uso de la lengua, la tiza y el pizarrón y, el estudiante es más protagonista en la construcción de su propio saber.  

En 1980 Leslie Hart, pionera de la Neuropedagogía (una ciencia que busca mejorar el aprendizaje al conocer qué sucede en el cerebro mientras se estudia), emite la siguiente máxima: “enseñar sin saber cómo funciona el cerebro, sería como hacer un guante sin haber visto nunca una mano”. Así, con otros científicos y pensadores como ella, se va articulando el enfoque neuropedagógico.

Este nuevo enfoque surgió en los años 80 con la neurodidáctica y tiene en cuenta el material más rico acumulado en pedagogía, psicología y neurociencia. Se rige en sí en como aprende el cerebro.  

Según información de diferentes estudios científicos, factores cómo la sorpresa, la motivación, la emoción, el deporte, la novedad, o el trabajo en equipo, son ingredientes indispensables para favorecer y fomentar el aprendizaje y conocimiento. Estos estudios dan cuenta que una clase vibrante de emociones y de entusiasmo, faculta buena atención, misma que genera buena memorización, fluye el razonamiento lógico y perduran los recuerdos; todo, gestionado activamente por el profesor.  

En la actualidad y luego de casi tres años de habérsenos caído la casa vieja que teníamos por estructura educativa; Estado, profesores, estudiantes y padres de familia, estamos aprendiendo a manejar otras herramientas (medios tecnológicos) y estamos empezado a recorrer el andar educacional de diferente manera. Ahora nos estamos dando cuenta cuánto podemos aprovechar este momento para producir en serie ¡genios!; personas inventivas, competentes, intrépidas, tesoneras, triunfadoras, disciplinadas (científicamente hablando), solidarias, éticas y de alta talla moral.  

Desmitifiquemos el concepto de genio, seguros que poniendo en juego personal a plenitud nuestro cerebro (pensamiento), nuestra alma, nuestro espíritu y nuestra fuerza y voluntad; todos podemos ser mejores personas intelectivas, con mayores habilidades y destrezas, con mayor capacidad y competencias. Seríamos una sociedad genial.  

Aplicando este nuevo enfoque neuropedagógico, potenciaríamos el proceso de aprendizaje y elevaríamos el rendimiento educativo. Para conocer más de las virtudes de la neurociencia aplicada a la educación, puede ser una buena opción los curso/talleres “Como aprende el cerebro” que se realizan bajo la tuición técnica y legal de la Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho” de Tarija. Entonces, si las condiciones están virtualmente dadas ¿Por qué negarnos a producir en serie, ¡genios!?  

 


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