¡Eureka!

La lectura tiene una importancia insustituible en el proceso de desarrollo y maduración de los niños. A pesar del mundo tecnológico en el que vivimos, la lectura sigue siendo el medio imposible de sustituir para el aprendizaje, para el desarrollo de la inteligencia, para la adquisición de la cultura y para la educación de la voluntad. Cuanto mejor se sabe leer, cuanto más se gusta leer; más alto es el nivel de comprensión que tiene la persona para el aprendizaje y el rendimiento.  

“La lectura es un hábito que puede mejorar las condiciones sociales y humanas de cualquier lector, el leer permite pensar con reflexión y desarrollar los aspectos cognitivos del cerebro, lo que ayuda a ejercitar todas las células y estar siempre activos para cualquier actividad que se realice en la vida cotidiana” (Marisela Vital Carrillo). 

La lectura es un instrumento tan importante y de tan fácil acceso a toda persona que sabe leer y escribir con solvencia, para teóricamente evitar estar en la masiva población analfabeta. La alfabetización es, en esencia, la acción de liberación del pensamiento, del sentimiento y de la actitud del ser humano; por eso se dice que la educación es el primer derecho de la persona, después del derecho a la vida. 

Leer es contar con una herramienta para el desarrollo integral de la persona; es decir que la lectura desarrolla su inteligencia, su espíritu, su alma, su cuerpo u organismo físico, su sentimiento social, afectivo, su amor por la vida, su visión, sus sueños y, al ser tan importante, es el hábito imprescindible a desarrollar en el ser humano. Esto quiere decir que además de integrar las letras en diferentes palabras hay que conformar frases y conceptos, hay que crear narrativas que al ser motivadas por necesidades, inquietudes, desafíos, creación de futuros para el mejor vivir; deben, a su vez, orientar a uno mismo, al grupo, a la sociedad y al mundo hacia estados superiores de vida en general.

“La lectura sirve al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje; mejora la expresión oral y escrita; aumenta el vocabulario; mejora la ortografía; mejora las relaciones y contactos entre personas, facilita la exposición del pensamiento; insta a pensar; es una herramienta de trabajo intelectual; aumenta el bagaje cultural; proporciona información; amplia el horizonte del individuo al ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres en el tiempo y el espacio; estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica y, despierta aficiones e intereses” (Beatriz Alonzo).

Al inaugurar la tercera versión de la “Campaña Bolivia Lee” el año 2016, el entonces Vice Ministro de educación Alternativa y Especial, Noel Aguirre refirió: En el país, 95 de cada 100 habitantes no tienen el hábito de la lectura,  les cuesta leer.  Aseguró además que los niños leen, pero muy raros lo hacen por hábito. La Mayoría de los pequeños leen porque eso se les exige en las escuelas. Con respecto a los mayores de 45 años, Aguirre aseguró que este grupo etario ha desarrollado mayores capacidades de lectura porque además la mayoría vive en las ciudades; sin embargo los mayores de 65 años tienen menos hábitos de lectura”.(Diario Página Siete, viernes 28 de marzo de 2016/Verónica Zapata - La Paz).  

Yo diría que la mayor pobreza de la población boliviana es esta, la poquísima capacidad y hábito de lectura; porque: si algo se lee, algo se aprende; si nada se lee, nada se aprende”. Como que estamos con los ojos vendados, toda vez que 9,5 de cada 10 habitantes vivimos, virtualmente, sin haber logrado saber leer y/o tener el hábito de la lectura (solo el 5% son lectores). Esta tremenda y triste pobreza genera el conjunto de pobrezas que nos aqueja y en definitiva nuestra triste situación económica, social, política, etc., al ocupar en desarrollo uno de los últimos lugares entre los países en el contexto latinoamericano.  

Por esta triste y grave situación no corresponde culpar, particularmente a lo que hoy hace o no hace la escuela; ya que, esta es una sumatoria acumulada de la negación a la inmensa mayoría de la población boliviana al derecho a una educación pública, bilingüe-bicultural, de calidad para todos y para toda la vida.  

Se sabe que el amor a la lectura hay que estimularlo, inclusive desde el vientre de la madre como estimulación temprana, se debe leer en voz alta revistas, textos acariciando con la mano al o la niñ@. Luego, como los niños aprenden lo que ven y lo viven, los padres siempre deben leer junto a sus hijos; estimularlos, ayudarles a que crezca su deseo y amor por la lectura.   

Para reducir tamaña brecha (95%) de desamor, de carencia del hábito a la lectura; en Bolivia se debe realizar de suma urgencia una campaña masiva, sostenida y de larga duración por el derecho y obligación a la lectura siguiendo la brillante iniciativa del ex viceministro Aguirre. Así, (eureka) habiendo encontrado la causa principal de nuestra pobreza, empezaríamos a construir nuestra riqueza, nuestra grandeza. 


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