Agatha Christie: maestra de la investigación

Desde que el ser humano existe, las preguntas sobre las motivaciones de su comportamiento han sido parte de su cotidianidad. ¿Qué nos hace actuar cómo lo hacemos? ¿Qué nos lleva a enamorarnos? ¿Qué nos conduce a lo contrario? ¿Por qué somos capaces de alcanzar las acciones más loables y cometer los actos más perversos?

El desarrollo de la ciencia se ha basado en responder esas interrogantes y otras que se construyen con el devenir de la humanidad. Para ello, la investigación empírica ha sido el principal recurso. Sin embargo, también hay escritores que contribuyen a la práctica investigativa y a la resolución de preguntas complejas, desde relatos ficcionales. Un gran ejemplo es Agatha Christie.

El pasado 15 de septiembre se conmemoraron 131 años de su nacimiento. Varios medios recordaron esa fecha, pues Christie es una mujer digna de destacar. No sólo por ser la segunda autora más leída en habla inglesa —después de William Shakespeare—, o por tener una prolífica obra, leída alrededor del mundo, sino por la capacidad para entender a las personas y su accionar a través de sus fascinantes historias de misterio policial. ¿Cómo logra esto último Agatha Christie?

Para responder esta pregunta, John Curran, autor de Agatha Christie. Los cuadernos secretos y dos novelas inéditas de Poirot (2010) ofrece una serie de pautas, que pueden ser útiles para los investigadores científicos, o para quien quiera profundizar su comprensión sobre la realidad.

Inicialmente, el título de la obra da el primer recurso clave a la hora de investigar: la necesidad de contar con un cuaderno, o varios, que permitan materializar las ideas de quien investiga.

En el caso de Christie, impresiona leer la manera en la cual apunta las características fundamentales de sus relatos —escenarios, personajes, acciones, detalles a ser valorados, entre otros—. Por lo mismo, Curran indica que “estos cuadernos son un material literario de primerísima magnitud y de valor incalculable”.

En aquellos, se revela la capacidad de Christie para considerar distintas respuestas a las preguntas de sus misterios policiales. Esto da cuenta de que Christie asumía el compromiso del investigador —sea Hércules Poirot o miss Marple— para dejar abiertas todas las posibilidades de resolución, hasta que encontrara aquélla que fuera pertinente.

Este es el segundo elemento que cabe replicar de la autora de Asesinato en el Orient Express (1934): la capacidad de dejar abiertas distintas opciones para responder a una pregunta compleja, como suelen ser las que se formulan sobre el comportamiento humano y colectivo. Nada está resuelto de antemano.

Al respecto, Curran indica que “cuando (Christie) se ha decidido por una trama, a menudo medita a fondo sobre los intríngulis y las posibilidades de una variación”. Por ejemplo, en el cuaderno de Un gato en el palomar (1959) la autora apunta: “¿Qué contiene la carta?”; mientras que, en la planificación de Misterio en el Caribe (1964), cuestiona “¿qué fármaco emplea...?”. Incluso, en las notas de La muerte visita al dentista (1940) insiste en la pregunta clave “¿¿Por qué?? “¿¿Por qué??”

 

Precisamente, son las preguntas de la autora en su proceso de construcción literaria, el tercer punto a considerar. En el último cuaderno mencionado, Christie enlista en toda una hoja “¿Quién? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuál?”.

Según Curran, “la esencia de la ficción detectivesca destilada en seis palabras”, que bien podría replicarse en “la esencia” de la tarea investigativa sobre el comportamiento humano y social.

Para responder a esas interrogantes, la escritora inglesa desarrolló las respuestas con base en un principio fundamental: el “juego limpio (…), a lo largo de su trayectoria, Christie se especializó en dar a sus lectores las pistas necesarias para llegar a la solución del crimen”.

Esto revela cómo la prolífica autora no sólo entendía la importancia de construir y transmitir las implicaciones empíricas —las pistas— para dar respuestas a una pregunta investigativa, sino su confianza en la capacidad interpretativa de sus lectores.

Por todo lo mencionado, Agatha Christie siempre será una maestra de la investigación y un ejemplo para comprender el complejo comportamiento humano y social.

*La autora es investigadora y profesora en estudios sociales y de la comunicación


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