¿Cuáles son las claves para repensar en educación? 3/5

La educación es el aparato ideológico del Estado, y bueno, entonces trataríamos de respondernos a ¿Qué Estado queremos formar?; ¿Un Estado con vigencia política o con simples intereses politiqueros? ¿Un Estado productivo – solvente económicamente?, ¿Un Estado democrático en el que exista plena convivencia y horizontalidad entre las 36 nacionalidades (leguas) que tiene Bolivia?; ¿Un Estado en el que siempre se construya y no se destruya?; ¿Un Estado en el que se invierta fundamentalmente en educación y no simplemente se gaste o se derroche dinero en lo superfluo? ¿Un Estado con Unidad en torno a la paz y la armonía? y, cual sea, definir entonces, la educación que queremos por ser, además, la vanguardia del progreso y desarrollo. “Si queremos saber qué hombre/mujer queremos formar, primero debemos saber qué sociedad queremos lograr”.

Como sabemos POLÍTICA: “Es hacer gestión por el bien de todos, y, lamentablemente lo que se hace en nuestro medio es politiquería; porque, se organizan, los llamados partidos u organizaciones políticos, en grupos para llegar a ganar elecciones y una vez en el poder/gobierno, velar preponderantemente por los intereses de sus correligionarios, de sus adláteres; por lo que, entonces, vivimos en la dinámica del consabido pasan acu. Casi siempre, cada gobierno ha creado su paradigma educativo. 

Con este modelo de política, en Bolivia; en formación humana (educación) más se adoctrina que educa, para ampliar/reponer militancia; se instruye en competencias duras/rígidas descuidando las habilidades blandas, que no son, sino, la formación en valores, la capacidad de trabajar en equipo, ser resiliente, aplicar la deontología, prosocialidad; ser optimistas, sagaces, audaces, solidarios, unidos, honestos, etc. etc.

En cultura, debemos recordar que Bolivia sufrió un etnocidio cultural como consecuencia de la colonización española y sin duda se centró en la imposición del castellano/la castellanización y la religión católica, dando muerte a lo ancestral, a lo criollo/originario propio de las 36 Nacionalidades y/o lenguas originarias que aún tiene Bolivia.

Nuestro departamento cuenta hoy con tres lenguas originarias vigentes: wennhayek (hombre nuevo), tápiate y guaraní. Pero también como resultado de las corrientes migratorias internas en nuestro país, hay un elevado porcentaje de familias quechuas y aimaras, sobre todo, y, desde luego niños en edad escolar a los que para que no sufran etnocidio cultural se les debe dar la atención/apoyo escolar necesario y oportuno, si queremos que la futura sociedad tarijeña tenga un buen nivel de calidad educativa, que deje atrás y para siempre la tónica educativa que la educación sí, es también  importante y hay que hacerla, cuando en rigor de verdad, “la educación es el  primer derecho ser humano, después del derecho a la vida”.

Como secretaría de educación del Comité Cívico de Tarija, junto con la misión sueca se formaron en los años 1992/95 a 4 primeros maestros para los wennhayek en Villamontes, donde se instituyó la educación bilingüe bicultural (recuerdo a Dominguina entre ellos). Con la misión sueca se realizó estudios de lingüística, se desarrolló el alfabeto originario e inclusive se transcribió la biblia y tuve el privilegio de entregarles su certificado que les acreditaba como profesores de este centro educativo, cuando ejercía el cargo de Director General de Educción Rural de la República de Bolivia, en el año1995.

En todo caso es necesario desarrollar la cultura de la evaluación para saber ¿qué de lo que hacemos logra los resultados esperados?, ¿nos dan el producto/resultado ideal que perseguimos? y, de esta suerte no seguir como estamos sembrando por sembrar y sin obtener la cosecha esperada. Así propenderemos ser eficientes y evitaremos desangrar nuestra ya paupérrima economía y evitaremos formar una sociedad mendiga, cuando la riqueza natural que aún nos queda es exuberantes y significativa como punto de partida para poner en juego nuestra creatividad y esmero para salir de la pobreza que cada vez nos amenaza más, luego de la jauja que nos produjo la economía extractivista que dicen que por acá pasó y nada quedó de no ser ansiedad y desesperanza.

Bolivia creó el OPCE (Observatorio de Calidad Educativa) en 2010 e inclusive en Tarija había una autoridad dependiente de la gobernación; pro, llama mucho la atención que recién el 9 de enero de 2019, el presidente de la república de entonces anuncia que en el mes de noviembre funcionará a plenitud el OPCE en Bolivia y al parecer con los sucesos que se dieron, que dimanó en la renuncia del gobierno de entonces, no creo que fue posible entrar en la era de la evaluación de la educación en nuestro país.

En el mundo hay el ranking PISA donde asisten varios países como Finlandia, Singapur, Suiza, Suecia, etc.; pero Bolivia quizás no se siente capaz de someterse a tan rigurosa acción y ser evaluada la calidad educativa que se tiene, como cualquier país del mundo, consciente de su capacidad para medirse ante quien sea, sin auto subestimación alguna.


Más del autor