¡Feliz cumpleaños Bolivia! Te regalamos muchos discursos, pero poca reactivación

Este pasado 6 de agosto, nuestra amada y querida patria Bolivia soplo su velita número 196, un cumpleaños muy atípico, en medio de una pandemia, que trajo consigo mucho dolor a las familias bolivianas, la cual develo las grandes carencias de nuestro sistema de salud y sobre todo la fragilidad de nuestra economía boliviana. Pero creo, o al menos a la gran mayoría, le interesa saber cómo esta nuestra economía nacional, principalmente después de haber recibido tan gran duro golpe, sobre todo la gestión pasada, por parte de pandemia; donde lastimosamente el “gobierno transitorio” no aplico las mejores políticas gubernamentales para poder frenar los efectos negativos, de fuera y dentro del país, generados por esta crisis mundial.

Pasamos de “Guatemala a Guatepeor”, si consideramos que en los últimos años nuestra economía iba en franco decrecimiento, principalmente por la caída de los recursos generados en nuestras principales fuentes de ingresos fiscales, es de decir de las empresas estratégicas, impuestos nacionales y venta de materias primas (hidrocarburos, minerales); pasamos del 2019 de tener una tasa de crecimiento interanual del PIB en 2,22% a -11,11% (junio 2020), donde en el PIB Real  descendió de 2,20% a -8,20% (noviembre 2020). Obviamente esto fue gravísimo para todos los sectores económicos, sean formales o no, públicos o privados, algo que no se había visto ni en los años 80; pero sería insensato echar toda la culpa al gobierno de la Sra. Añez, esto es consecuencia de una crisis internacional, donde Bolivia no era ajena a sus impactos desfavorables, de hecho nuestro país ya venía resbalando hacia abajo rumbo el despeñadero de la “depresión económica”, quedando cerca al filo del abismo, lo único que hizo el virus fue darle el “empujoncito final”.

Todo esto fue aprovechado por el actual Gobierno para echar toda la culpa de esta crisis a su predecesor, “todo lo anterior fue pesimamente hecho, ahora todo es excelente”, según su versión del cuento; se nota la tendencia política de indicar que hay una verdadera “reactivación económica”, obviamente los números serán positivos si comparamos una economía que se levanta con una que estaba en “terapia intensiva” el año pasado. Además, muchos expertos opinan que son rebotes estadísticos y que nuestra economía mejora, al menos en ingresos por exportaciones, porque los mercados internacionales también están mejorando, hay más demanda de nuestros productos a buenos precios, también creció la demanda interna pero no así la oferta nacional, se están cobrando ya los impuestos a las empresas, así que no todo es gracias a los “capos” que nos gobiernan.

A todo esto, el Gobierno “estimo” que en este 1er cuatrimestre 2021 tuvimos un crecimiento económico acumulado del 5,3% (según el IGAE), gracias al mayor dinamismo de actividades económicas tales como la minería, construcción e hidrocarburos. Según varios organismos internacionales (CEPAL, BM, FMI) nuestra economía será una de las que tendrá mayor crecimiento en la región, por ej. el Gobierno proyectó una tasa del 4,4% para nuestro PIB; para lograr esta meta se centrará en una fuerte inversión pública, que para este 2021 se presupuesto $us. 4.011 millones. Sin embargo, hasta la fecha no se invirtió mas que el 25%, dada cierta iliquidez del TGN, tampoco se colocaron los bonos soberanos en el mercado internacional por $us. 3.000 millones tal como se planifico. Actualmente, de cierta manera, estamos financiando el funcionamiento del Estado con una mayor deuda pública, tanto externa e interna, que representan el 57,1% del PIB; sin embargo, no se descarta endeudarse mas para tener fondos para llegar a esa meta de crecimiento que dependerá mas de como evolucione el contexto internacional dada la gran dependencia de nuestra economía.

Si bien las exportaciones sumaron $us. 4.956 millones hasta junio, teniendo un saldo comercial de $us. 832 millones, hay que ver el trasfondo; un 76% de nuestras exportaciones son “tradicionales” (minerales e hidrocarburos) y un 24% “no tradicionales” (soya, carne, madera, otros), además que la variación, comparando el 1er semestre 2021 con el 2020, fue más en valor, 54%, que, en volumen, 22%. Esto quiere decir que estos datos están altamente influenciados por la mejora de los precios internacionales de lo que exportamos, donde nuestro país aún es muy dependiente de la venta de materias primas sin valor agregado.

Revisando otros indicadores macroeconómicos, hasta el 30 de julio, nuestras RIN tenían un valor de $us. 4.746 millones y el BCB una deuda interna por $us. 529 millones. La tasa de desocupación urbana, al 2do trimestre 2021 fue de 7,6%, en la población de 16 a 28 años, del 12,2%, denotando que los jóvenes les cuesta mucho tener estabilidad laboral. El IPC, a julio, fue del 0,15%, y la acumulada de este año de apenas 0,44%. El IGAE de la construcción nacional, enero a abril, creció en 18,1%, hay 376 mil personas empleadas en este sector tan importante. Respecto a los hidrocarburos su IGAE, hasta abril creció en 11,1%, sin embargo, desde el 2014 la producción de gas natural y petróleo condensado esta en franca caída; no por nada el gobierno invertirá $us. 1.400 millones para exploración y búsqueda de 5 TCF’s.

Si bien este gobierno hizo varias cosas dentro de sus políticas económicas para tratar de reactivar al país y dinamizar a la mayoría de los sectores, se enfoco mas en medidas que alientan al consumismo, de contrabando lastimosamente. El hecho que no tenga concertación con el sector privado es una mala señal, como tampoco la creación de impuestos para tapar sus huecos fiscales dada una falta de liquidez nacional. En concreto, no se analizo todo lo deseado, pero algo que es real es que nuestra economía se recupero muy poco y que tardara unos años para estar como antes de la pandemia; pero tampoco podemos tapar el sol con un dedo y pensar que porque todos estemos vacunados vamos a volver esa época de grandes recursos. Mas allá de los informes y discursos no se evidencia una “reactivación económica real”, como digo “el mejor indicador de como esta nuestra economía, es la calle”, donde se va mucha informalidad, desempleo, subempleo, gran contrabando, poco circulante de dinero y bajas expectativas de inversión. Tal vez nuestra oportunidad de desarrollo se “esfumo como el gas”, pero como dicen, lo ultimo que se pierde es la esperanza. ¡Viva mi amada Bolivia!


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