¿Qué patria quisiéramos?

Nuestra amada patria Bolivia, nació a la vida independiente con un pensamiento dialéctico, como cualquier nación para desarrollar su grandeza de manera autónoma, con soberanía, con poder y capacidad de ser el máximo crisol de bienestar, protección y progreso a todo cuanto existe en su territorio.

¿Quiénes fueron, quienes somos y quienes seremos los protagonistas del pasado, presente y futuro de nuestra patria Bolivia, sino sus recursos humanos (niños, jóvenes, adultos, adultos mayores y adultos de larga vida) que la habitamos? Los recursos humanos somos el capital más importante de una nación, como dice Charuri “Es el hombre el que hace al mundo y no el mundo el que hace al hombre” y los que debemos generar riqueza, ciencia, tecnología, y calidad de vida y, para ello, todos tenemos que tener el mismo afán, la misma entereza y fortaleza por hacer la vida digna que nos merecemos.

Este es nuestro permanente desafío de todos los estantes y habitantes de Bolivia que, organizados para gobernarnos, debemos ser humanos, sinceros, transparentes, honestos, resilientes, progresistas, solidarios, amables, fraternos, tenaces/persistentes, generosos, valientes, unidos y visionarios cuando menos para ser con creces, el ser más privilegiado de la vida.

Debemos desterrar el odio, la venganza, la corrupción, el feminicidio, la violencia, el orgullo excesivo, la vanidad, el autoritarismo y ampliar el espacio en nuestra alma, en nuestro espíritu, en nuestra mente, en nuestro corazón y voluntad por el bien común, por el bien de todos y para toda la vida.

Si “la educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” (Paulo Freire), máxima que nos insta a que en nuestra Bolivia haya un real cambio cualitativo - cuantitativo; es necesario dotarnos de una educación pública de calidad para todos de 0 a siempre; cuanto nos cueste este emprendimiento no importa; porque, es lo primero que tenemos que lograr como arma/herramienta de cambio hacia una mediana igualdad, una férrea unidad y fuerza sinérgica por el progreso constante e ininterrumpido de la patria toda.

Dejemos el chauvinismo o patriotismo hipócrita y falso, dejemos de endulzarnos la boca con rimbombantes discursos, vistiéndonos elegantes para aparentar, en muchos casos, autoridad ante un triste autoritarismo, embanderando calles y avenidas con la rojo amarillo y verde de la bandera nacional o con los multicolores de la wipala que, en todo caso significan la sangre, el coraje/valor de nuestros antepasados, la riqueza de nuestro suelo y la esperanza de días mejores.

Desde el Imperio Incaico la educción era clasista, una era la educación para los gobernantes y otra para los gobernados y en periodos insurreccionales como con la revolución de abril de 1952, fue redentora aunque para dotar de escuelas a millares de estudiantes que no tenían escuela se tuvo que improvisar docentes, lo que le restó la calidad tecnocientífica y científica y, por el contrario tuvo alta dosis de adoctrinante más que de contar con la esencial misión que debe cumplir la educación, como la liberación del pensamiento, la liberación del sentimiento y la liberación de la actitud/acción del ser humano.

Tengo la impresión que la gallina de los huevos de oro de los politiqueros es la ignorancia si aplicamos la lógica que aprovechándose de la falta de ser cerebro pensante se nos embauca con dádivas como lluchos de coca, arroz, azúcar, fideo, trago y fiestas para conseguir nuestro voto que los unja a gobernantes (Hay honrosísimas excepciones desde luego), y claro, eso no se podría hacer con personas meridianamente educadas/formadas como gente – gente.

Alguna vez, voté en el cuarto obscuro custodiado por dos soldados, en él solo había la papeleta oficialista; he sido destinado de maestro a escuelas lejanas; he requerido hasta de garantía personal del director de núcleo que me requería para trabajar con él; he sido perseguido; pasé años de ostracismo, fui encarcelado y secuestrado; viví con mi esposa en una cueva en las colinas de Sella, en Jarcacancha (rio Pilaya); pasé cesante por años, etc. etc., todo por no pensar igual que los dueños del pasanacu. Siempre fui político, al comprender que EDUCACIÓN es igual a POLITICA, escrita con mayúsculas, por ser gestión por el bien de todos. Trataron de convertirme en oficialista cuando Director General de Educación Rural y al no poder me destituyeron al 1 año y 7 días de ejercicio del cargo.

La PATRIA requiere dejar para siempre este pasado oprobioso y requiere que el educador sea el profesional de mayor coeficiente intelectual, ser el profesional con el más alto nivel salarial como Alemania, donde la ministra Angela Merkel, cuando le preguntaron porque gasta tanto en educación, ella contesto “porque los ignorantes nos cuestan muy caro”.

Hagamos de verdad que la educción sea la primera función del Estado y propulsemos la construcción autónoma del conocimiento y no nos auto menospreciarnos, diciendo que no somos, Japón, Suiza, Sigapur, Alemania, etc. cuando somos tan igual o mejor que ellos, tenemos las condiciones suficientes para construir nuestro propio paraíso terrenal. ¿A quién no le gustaría tener esta PATRIA? ¡Hagámosla!


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