La ratio y la calidad educativa

La cantidad de estudiantes por profesor es significativamente determinante para la calidad de aprendizaje de un curso, porque debemos tomar en cuenta que: “cada cerebro funciona de manera diferente, no hay un cerebro igual que otro, por eso cada niño es y aprende de forma distinta” (John Medina). Esto implica que, a menor cantidad de alumnos, más posibilidades de atención individualizada del profesor, y por tanto más facilitación a los estudiantes en su aprendizaje.

Son muchos los investigadores y pedagogos que han tratado el tema y entre ellos Malcolm Gladwel, que asegura que” cuanto menor sea la ratio profesor-alumno, mayor es el éxito académico”. También hay quienes observan que tener menos de 20 estudiantes es contraproducente porque se pierde la riqueza de opiniones en clase.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), refiere que el número de alumnos no es la única variable que mejoraría la calidad de la educación, sino que además las horas que trabajan los profesores y lo que ganan sería determinante en el aprovechamiento pedagógico, como se ha demostrado en los últimos 10 años en los países que participan de esta institución

La reducción del número de entre 7 a 10 alumnos por aula a edades tempranas tendría efectos positivos a largo plazo. “También se comprobó que la reducción de alumnos por aula beneficiaba especialmente a aquellos grupos sociales menos favorecidos, a clases en los que había estudiantes con problemas de conducta, al dar la oportunidad al profesor para atender mejor a aquellos que más necesitaban” (OCDE).

Lo más sorprendente del informe de la OCDE, concretamente del TALIS (Teaching and Learning International Survey), es que, independientemente del número de alumnos por clase, la falta de profesores bien cualificados es uno de los temas más preocupantes en determinados países.

De hecho, el informe PISA (Programme for International Student Assessment), sugiere que los países que priorizan el alto nivel de formación del profesorado, sobre el número de alumnos por clase, obtienen mejores resultados que aquellos que no.

En EEUU en 1980, Student Teacher Achievement Ratio (STAR) realizó un estudio, en el que los alumnos y profesores eran asignados a grupos de unos 15 estudiantes y a otra clase de 22. Cuatro años después, esta reducción de 7 alumnos en clase demostró que aquellos estudiantes que habían formado parte del grupo de 15, tenían mejores resultados que aquellos que habían formado parte del de 22. En otras palabras, el grupo de menor alumnado había avanzado 3 meses más de clases que los otros. 

Luego de conocer esta información, qué tendríamos que decir nosotros respecto a nuestra realidad con una ratio de 1/30, 1/40, por curso y de 1/115 a muchos más estudiantes por profesor de materia. ¿Tendríamos que consolarnos diciendo que: para el pobre no puede ser, sino, ¿una pobre educación? y, “seguir haciendo lo mismo esperando resultados diferentes”

Está claro que debemos disminuir la ratio sobre todo en los primeros cursos; cualificar el nivel profesional de los docentes, pagarles salarios de acuerdo a su status profesional; idearnos como crear la joya de la corona del país. Tenemos que definir la ratio apropiada para potencializar el rendimiento educativo y generar las posibilidades para que Bolivia pueda aprovechar su riqueza natural y su riqueza cultural, que son tan exuberantes. Todo esto, para que, con una buena calidad de educación pública para todas, para todos y para toda la vida; se alcance un desarrollo productivo, económico y social que es posible y meritorio.

Que “MORIR ANTES QUE ESCLAVO VIVIR”, no signifique demostrar cuan valientes somos tirándonos peña abajo, demostrando una falsa valentía.

Tanto que hablamos de cambio; es hora de empezar a cambiar y cambiar para el bien de todos, no sólo para los que están de turno en el gobierno, y para ello debemos comenzar con cambiar muy juiciosamente, primero, la educación por ser la vanguardia del desarrollo de un Estado.

Demostremos nuestra capacidad y voluntad por hacer evidente que: “La educación es el vestido de gala con el que se asiste a la fiesta de la vida” (Miguel Rojas); no dejemos de considerar que: “La educción es el arma más poderosa para cambiar el mundo” (Nelson Mandela) y como decía Pitágoras: “Eduquemos al niño para no castigar al hombre”. Construyamos una nación próspera; construyamos la familia boliviana.


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