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La familia en la educación de los hijos

La familia es la primera escuela/educación de un niño, ya que es ella quien genera costumbres, creencias, valores y la personalidad/carácter de la persona; es en ella que se inicia el proceso de socialización desde el momento de su nacimiento, por la influencia formativa del ambiente familiar.

Los padres de familia tienen la más gravitante influencia en la formación/educación de sus hijos; por lo que es sumamente importante que tengan un buen nivel de educación. Llama la atención que se estudia para todo en diferentes ramas del saber humano; pero, no se estudia para la función más importante de la vida del ser humano; cual es, ser padre/madre; lo que no consiste simplemente en procrear y traer niñ@s a este mundo; sino vivir junto a ellos con la máxima sabiduría, responsabilidad y el buen ejemplo que los niños irán practicándolo por imitación, a los padres.

El niño aprende desde el vientre de su madre, al percibir el cariño y buen trato entre padres; perciben el canto, la música, la alegría o tristeza de la madre; ya empieza a adquirir cariño a ciertas actividades de estimulación temprana como la lectura, las oraciones, el amor entre padres, familia, etc.

Cuando los padres participan en la educación de sus niños, ambos obtienen beneficios, tanto para los padres como para los niños. Al mejorar la autoestima del niño, este ayuda a los padres a desarrollar actitudes positivas hacia la escuela y les proporciona a los padres una mejor comprensión del proceso escolar/educativo.

Cuando los padres muestran interés y se involucran activamente en la educación de sus hijos se producen resultados positivos: una mayor asistencia, menor deserción, mejor actitud y mejor conducta del alumno; una comunicación positiva padre-hijo y mayor apoyo de la comunidad a la escuela; lo que reditúa un mejor rendimiento escolar del estudiante que simultáneamente beneficia a los padres y a toda la familia.

Si los padres se involucran demasiado, sobreprotegen al hijo, disminuyen la independencia y autonomía de sus hijos. Los padres de bajos ingresos, no tuvieron la preparación de una enseñanza formal y además no logran buenos recursos económicos, para crear un ambiente rico de alfabetización/educación. Las relaciones entre las familias de la clase obrera y las escuelas, están caracterizadas por una mayor separación/divorcio de los padres y estos padres creen que los maestros son los responsables de la educación de sus hijos. 

Los niños cuyos padres y madres están altamente involucrados, poseen un gran nivel de ‘capital social’, medido por las actividades que comparten con sus padres, y que los padres tienen altas expectativas educativas para el hijo. La presencia de los padres juntos es muy favorablemente notoria. 

Mientras más interés tengan los padres, les va mejor a sus hijos., son las actitudes que los padres poseen respecto a la educación y a la escuela de sus hijos, las que tienen un efecto decisivo sobre el niño. Si los padres no valoran el aprendizaje, los hijos difícilmente lo harán.

Si los padres poseen actitudes que fomenten la superación, la independencia, la autonomía y los sentimientos de valía, seguramente los hijos, responderán mejor en lo suyo. Respeto al género, al realizar estudios acerca de la participación de los padres, los varones están más desfavorablemente afectados por la madre, que las niñas.

Las madres creen que las niñas son más vulnerables y requieren más atención que el niño; esto se debe a que “las madres perciben a sus hijos e hijas con necesidades diferentes de apoyo”; esto puede deberse a la cultura de la familia, ya que existen familias que consideran que la madre es la responsable de vigilar la educación del hijo, y que los hijos varones deben ser más independientes que las niñas, y una manera de lograrlo es no prestarles tanta atención. Sin embargo, lo ideal es que, tanto el padre como la madre marchen al ritmo individual de cada estudiante varón o mujer.

El rol de los padres de familia en la educación, ahora a distancia, es esencial, ya que ellos ayudarán a que sus hijos asuman el compromiso debido, ante las actividades escolares y serán quienes los supervisarán y orientarán en el uso de las herramientas digitales. Cuando los padres participan en el aprendizaje de sus hijos, se sienten parte del equipo triunfador y por lo general los hijos obtienen mejores calificaciones, se portan mejor, y tienen actitudes más positivas hacia su tarea educativa/formativa y crecen para ser más exitosos en la vida.

 “La calidad de la familia y su educación estará determinada por lo bueno de los padres, al lograr que sus hijos sean lo que ellos habrían querido ser”


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