¿La educación será el primer derecho de la gente después del derecho a la vida?

La pandemia del COVD-19 “Sin duda, ha sido una de las mayores alteraciones en la educación, que el mundo haya conocido y ha afectado a más del 90 % de la población estudiantil mundial. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO y el Grupo de Trabajo Docente, cerca de 826 millones de estudiantes no tienen una computadora en casa, 706 millones carecen de internet y 56 millones viven en zonas donde no hay señal telefónica” (Paulette Delgado noviembre 2, 2020)

Para los padres de las familias más pudientes, el mayor problema es, cómo lograr que las clases sean más atractivas e interactivas para sus hijos estudiantes; mientras que, para las familias de escasos recursos económicos, su mayor preocupación es, si la educación llegará a ellos.

 En Bolivia, en una reunión realizada recientemente por la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación; buscando la respuesta a que: ¿existen condiciones para una educación no presencial?; se mencionaron los siguientes datos: área urbana tienen internet el 29%, celular 33% computadora 33%; área rural, tienen internet 6%, celular 21%, computadora 7%. Además, el costo por megas es muy elevado: 4,5 a 5 $US por mega; mientras que en Chile es de 0,70 $US.

Frente a esta situación tan traumática que se veía venir, la Coordinadora de Educación de Calidad Para Todos (ECPT) de Tarija, hizo un estudio respecto a la taza de regulación de Cooperativas, Decreto Supremo No 2762 del 01 de enero 2016 y la Resolución No 01/2016; mediante la cual se asigna a la Asociación Nacional de Cooperativas (AFCOOP), 0,50 Bs. Por cooperativa mayor, que pagamos de servicios y que están registrados en nuestras boletas; mismos que en suma significan alrededor de 180 millones de Bs por año y que no sabemos qué destino y función cumplen y que muy bien podían servir en la emergencia que vivimos, para adquirir algunos dispositivos para ejecutar Educación A Distancia Multimodal (E.A.D.M), para el universo nacional de estudiantes, mediante una nueva Disposición Legal, de parte del Gobierno.

Preocupados por la situación de la educación en plena pandemia del COVID-19, conforme a la Ley No 602 del 14 de noviembre 2014, en Tarija, se conformó la Mesa Educativa, integrada por más de 20 Instituciones y Organizaciones del Estado y de la sociedad civil, involucradas en educación. Desde el inicio, se trabajó la documentación necesaria para gestionar la declaratoria de riesgo y a la vez de emergencia en el rubro, debido a la pandemia, mediante la cual el Estado debe contemplar el 0,15 % en su presupuesto general, para el funcionamiento educativo en el departamento; pero lastimosamente fue rechazado este trámite que sólo Tarija lo hizo, gracias a la voluntad de sus autoridades, líderes y voluntariado, a la cabeza de la Dirección Departamental de Educación.

Algo muy preocupante, por otro lado, es la información que dio el Secretario Ejecutivo de la Federación Departamental de Maestros Rurales de Tarija: que, 10 de los 11 distritos rurales educativos de Tarija, han decidido pasar clases presenciales, debido a que no se cuenta con los dispositivos electrónicos ni les llega hasta ahora los módulos y cartillas anunciadas por el Ministerio de Educación; por lo que ellos, por su consciencia profesional; arriesgarán su vida y por ende estarían arriesgando la vida de los estudiantes y de toda la población en general al retornar a las clases presenciales.

Es admirable ver el coraje de los soldados en combate, que sin las armas necesarias se enfrentan con bravura y patriotismo haciendo, precisamente, patria; la patria de todos, no sólo de los maestros rurales, en este caso, y, de manera particular de los hombres y mujeres del campo.

Al parecer la educación ha perdido su valor, cuyo espíritu legal era: “Toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación” (Art. 17 de C.P.E.); Pero, además con lo que está pasando, viene perdiendo valor la vida misma; sobre todo si es campesina. Así no se trabaja por la igualdad, la unidad y la justicia social.

Es lógico que a tal nivel de educación tal nivel de acción, que demostraría lo que se hizo en educación en Bolivia en sus casi 200 años de vida; pero, de ahí a que sigamos barranca abajo, ahora más como consecuencia de la pandemia; ¡no hay derecho! Hagamos todos lo que debemos hacer por el bien de todos y démosle vuelta a la página haciendo educación de verdad y dejemos de simplemente hacernos la idea de hacer algo que no estamos haciendo. No nos estafemos, no nos engañemos nosotros mismos.

Tampoco se debe centrar todo el protocolo educativo en el uso de algún dispositivo electrónico, que provocaría adicción, en este caso, enfermedad mental, sobre todo con el celular; por lo que, se debe diversificar/alternar los medios del aprendizaje constructivos y tener presente que: “Trabajar es descansar”, o sea cambiar de un medio a otro; estimular a más puertas del aprendizaje (sentidos), hacer un trabajo variado y por consiguientemente, divertido. La revolución del saber/conocimiento, sólo será posible si su ejército (maestros) la concreta con su talante, su vocación y su convicción.

Apliquemos el aprendizaje simulado, la pedagogía del error y la pedagogía activo participativa; mejor si incorporamos la Neuro Pedagogía que en simbiosis con la Psicopedagogía, potenciaría la calidad educativa. Es urgente que los docentes cuanto antes tengan la suficiente preparación para ser facilitadores digitales y que los estudiantes manejen a plenitud sus nuevas herramientas haciéndolo de alguna manera extensivo a alguien de la familia, que asumiría el rol de auxiliador si fuere necesario. Así la educación; sí, sería el primer derecho de la gente, después del derecho a la vida.


Más del autor