Impuesto a las grandes fortunas: ¿política económica o política de Robin Hood?

A pocos días de haberse cumplido los primeros 100 días del Gobierno del presidente Arce Catacora, es momento de evaluar algunas políticas económicas que implemento hasta ahora, con la finalidad de lograr una Reactivación Económica Nacional. Entre ellas está, la tan cuestionada política fiscal de crear un nuevo impuesto en el país, con el objetivo de dinamizar la demanda agregada, generar recursos para el Estado y buscar la redistribución equitativa de la riqueza en la sociedad, según lo aseverado por el Gobierno del MAS. Es por ello que el 28 de diciembre de 2020 se promulgo la Ley 1347 “Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF)”, más su reglamento a través del D.S. 4436 (30/12/2020) que establece que el mismo es de dominio tributario nacional y con vigencia desde el 2020; para dar cumplimiento a este gravamen el SIN emitió la Resolución Normativa de Directorio (RND) Nº 102100000001, donde se indica que se pagara a marzo de cada gestión este impuesto de forma indefinida.

Veamos de manera resumida las principales características de este nuevo impuesto, según lo que especifica su ley y decreto reglamentario puesto en vigencia. ¿A quienes afecta? A las personas que posean un Patrimonio Neto Superior a los Bs. 30 millones, lo cual según estimaciones representa el 0,01% de la población. ¿Quiénes están libres del mismo? Las empresas unipersonales, empresas públicas, sociedades comerciales, sociedades cooperativas, sociedades anónimas mixtas y toda otra persona jurídica. ¿Se pagará doble tributación? El pago de los Impuestos a las Utilidades de las Empresas (profesiones liberales u oficios independientes), Bienes Inmuebles y Vehículos Automotores se van a descontar del monto que se pague por el IGF, es decir se imputaran a cuenta del mismo. ¿Cuál es la alícuota del IGF? De Bs. 30 a 40 millones, el 1,4% de Bs. 40 a 50 millones, el 1,9%, más de Bs. 50 millones, el 2,4%, se tendrán descuentos de Bs. 150, 350 y 600 mil para cada segmento respectivamente; además se descontará el 15% por el pago adelantado. ¿Qué es lo que no se contempla como patrimonio para este impuesto? No se tomará en cuenta el valor de los bienes muebles y de uso doméstico ni los saldos de pago por préstamos obtenidos en el sistema financiero regulado por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI). ¿Cuáles son las sanciones por incumplimiento de pago? Serán sancionados con una multa equivalente al 200% del tributo omitido y en ejecución tributaria perderán el carácter reservado de la información.

Antes de continuar con el análisis del IGF en Bolivia, es interesante conocer el Ranking de Países que más y menos pagan impuestos en el planeta, elaborado por el Banco Mundial, en función a la Tasa Impuestos Total como % de Ganancias, América del Sur ocupa cuatro lugares en el Top 10 de los países que más impuestos cobran como proporción de las ganancias de las empresas; a saber, Argentina (106%), Bolivia (83,7%), Colombia (69,8%) y Brasil (69%). Esto quiere decir que en nuestro país un empresario formal de cada 100 dólares que gana, 83,7 dólares se van en impuestos y tributos al Estado. Es por ello, que en países como los de nuestra región, debido a la elevada presión fiscal, existe mucha economía informal o en negro, dando lugar que las empresas e inversiones migren a otros países más rentables.

Finalmente veamos lo positivo y lo negativo de los Impuestos a la Riquezas o Fortunas de forma general, para posteriormente ir al caso en específico del que se aplicara en nuestro país. Entre lo positivo: 1) Podría dar lugar a una equidad al Sistema Fiscal o Impositivo de un país, ya que en América Latina y el Caribe el 50% de los tributos son de consumo, o sea seas rico o pobre pagas lo mismo en tu IVA, por ejemplo. 2) Aumenta los ingresos del Estado, siempre y cuando se recaude un monto importante de recursos por su gravamen. 3) Puede generar un crecimiento económico a corto plazo mediante la dinamización de la Demanda Agregada, pero como se dijo anteriormente depende mucho del volumen de su recaudación impositiva. 4) Posiblemente traiga una reducción de la desigualdad social o redistribución de la riqueza, bajo el concepto que el que tiene más debe pagar más impuestos. Lo negativo seria: 1) Genera una fuga de capitales a otros países donde las inversiones podrían ser mas rentables. 2) Una mayor presión fiscal es siempre un detonante para recaudar menos impuestos ya que se fomenta al crecimiento de la economía informal. 3) La valoración del patrimonio o riqueza de la población es fluctuante, esto puede dar lugar a que la inflación sea usada como herramienta para recaudar mas en impuestos. 4) La posibilidad de una doble tributación a bienes o capitales que fueron gravados anteriormente.

La implementación de estos impuestos jamás tendrá los mismos resultados en países en vías de desarrollo, con un régimen impositivo deficiente, un crecimiento económico inestable y un nivel de inversiones volátil. Por ello considero que la aplicación del Impuesto a las Grandes Fortunas tendrá más costos que beneficios para el país, ya que provocará que la inversión nacional y extranjera migre a otros lados, puede desalentar la generación de plus valía en el aparato industrial, la reactivación o crecimiento económico seria mucho mas lento, puede producirse más desempleo y menos niveles de ingresos a nivel nacional. Si el Gobierno busca realmente una equidad fiscal o social, pues debería cobrar impuestos a los grandes millonarios que no son legales o están en negro, además de destinar claramente todo lo que se recaude con nuestros impuestos; más equitativo seria tal vez que se aplique un impuesto la renta o al ingreso, ahí me pregunto ¿Quién quien quisiera ser realmente servidor público?

Finalmente, si consideramos que esta medida económica solo afectara a 152 personas, con un estimado de recaudación anual de Bs. 100 millones o de $us. 14,5 millones o el 0,0035% del PIB, veo mucho “sacrificio” para “poco resultado”, donde al final de cuentas perderá la economía nacional sobre todo por fomentar mas a la informalidad, se reducirá las recaudaciones impositivas y sobre todo los capitales buscaran rumbos mejores. ¿No sería mejor reajustar profundamente nuestro sistema impositivo para incentivar economías formales y productivas donde el que más se esfuerzo, gane más y no sea un crimen ser rico a costa de su propio riesgo financiero?


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