De una educación de castas a una educación de masas

Esta es revolucionaria (transformativa) frase de diversos países de américa latina, contenida en el Código de la Educación Boliviana del 20 de enero de 1955. 

Para hablar del Código de Educación es inevitable recordar que la Revolución del 9 de abril de 1952, tal como lo refiere cuanto sabemos de la historia, dispuso cuatro medidas trascendentales de cambio en la realidad socioeconómica de nuestro país:

a) Hasta las elecciones de mayo de 1951, sólo sufragaban los hombres y, además sólo los que sabían leer y escribir. El 21 de julio de 1952 se dispuso el voto universal, con el que se estableció que todos los hombres, sepan o no leer y escribir, votaran y además votarían las mujeres. 

b) Hasta el 31 de octubre de 1952 eran dueños de las tres principales minas de estaño de Bolivia: Patiño, Hoschild y Aramayo; mismas que al ser nacionalizadas pasaron a ser propiedad del Estado, con la creación de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBL)

c) Hasta el 3 de agosto de 1953 la tierra era de los latifundistas feudales; es decir, de grandes propietarios que sometían bajo servidumbre al campesino; desde entonces “la tierra es de quien la trabaja” como decía la célebre frase con la que se dispone el Decreto Ley de Reforma Agraria.

d) Hasta el 20 de enero de 1955 la educación era de castas; mientras que las grandes masas no tenían acceso a ella, como lo demuestra el censo de 1950 en el que la población de 5 a 14 años de edad, era más del 72% analfabeta. 

Con las tres primeras medidas trascendentales, como quien dice: “si se quiere saber qué hombre debemos formar, primero se debe saber qué sociedad queremos tener” y es en este contexto que se instituye El Código de la Educación Boliviana, para formar al hombre boliviano de esa época; por lo que, se establecen las siguientes bases respecto a la educación:

1.- “Es universal, gratuita y obligatoria, porque son postulados democráticos básicos y porque el individuo, por el hecho de nacer, tiene derecho a igualdad de oportunidades a la cultura”.

2.- “Es democrática y única, porque ofrece iguales oportunidades de educación común a la totalidad de la población sin hacer diferencia alguna...» (CE, Art. 1o., 2) y 3)).

Simultáneamente se creó Educación Fundamental, para el área rural, misma que contenía cinco componentes: Salud, Hogar, Economía, Recreaciones y Conocimientos Básicos.

Hoy al recordar 66 años de tan trascendental medida de justicia social – humana y además ser la necesidad fundamental para el desarrollo de las naciones, de las sociedades y de la humanidad entera; al ser una tarea y derecho sine qua non para la vida y para el desarrollo de la misma; ¿Estarían cumplidas las dos bases contenidas en el Código de la Educación Boliviana?

En un análisis somero nos damos cuenta que Bolivia no tiene educción universal y gratuita; toda vez que, hay educación para todo bolsillo y para toda posibilidad, entre los diferentes estrados de cada una de las clasificaciones que se tiene: educación fiscal, educación por convenio y educación privada.

Que es obligatoria, de alguna manera sí; aunque si no deben haber alumnos reprobados, queda en duda la calidad educativa; tampoco se cumple cuanto reza que: “el individuo, por el hecho de nacer, tiene derecho a igualdad de oportunidades a la cultura”; pues, de haber sido así, en 66 años de educación no sería un secreto a voces la crisis que atravesamos en el ámbito general, desnudada por la pandemia del coronavirus.

También no es cierto que es democrática, única, que ofrece igualdad de oportunidades de educación común a la totalidad de la población sin hacer diferencia alguna, cuando las diferencias están a la vista.

Normalmente un proyecto educativo, para su logro, tarda alrededor de 20 años y si en nuestro país a los 66 años seguimos en buscas de un paradigma con el que podamos tener la educación que nos debemos merecer como eje central de desarrollo a escala humana; es para preocuparnos e identificar sus causas del fracaso. 

Las causas pueden ser varias; pero, en lo fundamental es que para Bolivia la educación siempre fue, nada más que, un aparato ideológico del Estado y nunca fue Política de Estado, fue política del gobierno de turno.

Además con las varias reformas y contra reformas; parecería que finalmente para no estar yendo y viniendo, más bien hemos decidido quedarnos ahí nomás, con el modelo prusiano de 1794: El maestro que memoriza textos y los trasvasija a la cabeza de los estudiantes que a su vez memorizan y repiten como saber propio.


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