La crisis económica 2020 se ve en las calles, las esperanzas en las proyecciones 2021

Luis Fernando Romero Torrejón

Sin lugar a dudas este año 2020 quedará en la historia del mundo, sobre todo en la de nuestra región empobrecida. Antes de la pandemia, América Latina y el Caribe, ya mostraba un bajo crecimiento económico, la CEPAL señala que entre 2014 y 2019, el crecimiento fue, en promedio, de 0,3%. En 2019, en específico, fue de 0,1%, este año 2020 fue de -7,7%; ahora se espera que para el 2021 la tasa de crecimiento económico (PIB) sea de 3,7% aproximadamente, lo cual dependerá mucho de las políticas económicas que implementen cada gobierno y de cómo evolucione la pandemia.

En el caso de Bolivia, según la CEPAL, el crecimiento económico de esta gestión fue de -8%, con una contracción menos severa a la presentada en países como Venezuela (-30%), Perú (-12,9%), Panamá (-11%), Argentina (-10,5%), Ecuador y México (-9%). Según estimaciones de esta organización nuestro país, el 2021 tendrá una tasa del crecimiento del PIB del 5,1%, según el FMI será del 5,6%; según proyecciones del BCB y del MEFP de Bolivia la misma alcanzaría una cifra del 4,8%, en términos de PIB seria por un monto de Bs. 284.255 millones ($us. 41.437 millones). Respecto a la inflación se espera que la gestión 2021 cierre con 3,1%; aunque actualmente el IPC de noviembre refleja un acumulado de 0,45%, por lo tanto, por la coyuntura de fiestas de fin de año estará alrededor del 1% como máximo, solo habrá un alza de precios estacional. En cuanto al Déficit Fiscal se espera cerrar el año venidero con un valor de -9,74% sobre el PIB, sin embargo, por sus últimas medidas económicas estimo que será un poco mayor a lo proyectado. Según el Ministro de Economía, no se devaluará la moneda a corto plazo y se mantendrá la estabilidad cambiaria.

 

El Gobierno Nacional estima tener una Inversión Pública, en el 2021, por unos $us. 4.011 millones, una de las más bajas en los últimos años; igual proyecta tener un Gasto Corriente por un monto de Bs. 47.841 millones (56,8% del Presupuesto Consolidado de Gasto), sin embargo, el mismo no presenta un gran descenso respecto a otras gestiones, más aún considerando esta coyuntura de crisis. Sin duda tener una política fuerte en Inversión Pública, sobre todo en los Sectores de Infraestructura y Productivo, es clave para reactivar la economía y sacar a la misma de proceso sostenido de contracción; sin embargo, la misma debe ser austera en el gasto, optimizadora de recursos e inteligente en la forma de en qué, cómo y cuándo invertir. No podemos financiar actividades, sectores o rubros que no tengan mucha rentabilidad o impacto social y económico, o seguir destinando recursos hacia empresas nacionales que están a pérdida o con problemas serios de operación; la coyuntura de baja de ingresos fiscales y la estabilidad del mismo nivel elevado gasto público obliga al Gobierno a hacer una evaluación inmediata de su PGE 2021, creo que estamos a tiempo de reorientar algunas metas y mejorar las políticas económicas, si es que realmente se busca a corto y mediano plazo mejorar de forma objetiva y sostenible nuestros indicadores económicos y sociales principales del país.

Según el último informe del INE, tenemos un IGAE acumulado, de enero a octubre, de -9,56%, donde las actividades económicas más golpeadas son de Minerales Metálicos y No Metálicos (-33,25%), Construcción (-32,06%) y Transporte y Almacenamiento (-18,28%); las que tuvieron un crecimiento fueron las actividades de Servicios de Administración Pública (1,58%), Agropecuaria (2,14%) y Comunicaciones (5,58%). Aunque el indicador sigue siendo negativo y preocupante, presenta una relativa mejoría en relación a los meses precedentes; cada rubro, sector y actividad económica, dada sus características y condiciones propias, fue afectado de diferente forma y grado, por las medidas de cuarentena sanitaria y la paralización económica, por varios meses, del aparato productivo nacional, lo cual contrajo la demanda y oferta agregada, pero esta última tardara más en recuperarse.

A cierre de este 2020, la mayor parte de nuestros indicadores económicos nacionales están en números rojos o negativos, el Programa Financiero 2020 del BCB y Ministerio de Economía, estiman cerrar la gestión con una tasa de crecimiento económico del -8,4%, una inflación del 1,1% y un Déficit Fiscal del -12,3% (Bs. 32.402 millones). En estos casi dos meses de Gobierno, se vio claramente que se está aplicando a corto plazo unas políticas económicas expansivas en lo fiscal y monetario; en lo primero se está buscando recaudar más en impuestos, con la creación de nuevos y con las reformas o innovaciones en otros, además de tener una mayor inversión pública este 2021, con la finalidad de dinamizar la demanda interna y generar un efecto multiplicador en la economía que genere un mayor nivel de ingresos y empleo, sobre todo a través de la Construcción Pública. En cuanto a lo monetario se inyecto recientemente a la economía mediante transferencias de recursos al sector de rentas, a entidades del nivel nacional, pago de aguinaldos, sueldos y salarios, bonos sociales, alrededor de Bs. 9 mil millones; lo cual sin lugar dudas reactivara la economía, sin embargo si bien se potencia la demanda agregada, dada la coyuntura financiera de las familias, un volumen importante del consumo interno se destinara a bienes de contrabando, en desmedro de la producción local.

Es por esto que el sector empresarial privado, pide más fideicomisos y préstamos blandos por parte del Estado para reactivar efectivamente su economía. Es decir, que las medidas sean para todas las empresas sin importar su tamaño o tipo, recursos para capital de operación y pago de obligaciones que les permitan ser sostenibles a corto y mediano plazo; el sector industrial y productivo privado es clave para la economía, ya que generan importantes ingresos tributarios y fuentes de empleo masivos de calidad con niveles de ingreso aceptables. El Gobierno Nacional, debe adoptar políticas económicas sensatas, prudentes y objetivas que reactiven y recuperen ambos brazos vitales de la economía nacional, demanda y oferta agreda; el solo incentivar o dinamizar un solo factor de esta ecuación, hará que la reactivación económica sea coyuntural e insostenible.

Actualmente, en las calles se ve la crisis que estamos viviendo, un gran crecimiento en la economía informal, más vendedores que compradores circulando, mucha gente pidiendo limosna, sin dudas la pobreza ahora tiene cara de niños y ancianos. Hay que tener esperanzas sobre que vendrán días mejores para nuestro país, pero no solo depende del análisis frio de números o cifras, sino también de la voluntad política de nuestras autoridades y de las medidas que tomen para gobernar para todos, fuera de lineamientos ideológicos de partido. Solo queda despedirme, deseando de corazón que todos tengan unas felices fiestas de fin de año, ¡unidos en familia y con mucha fe en nuestro Señor Jesús!

 


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