Desastre sanitario

El 26 de diciembre de 2004, un violento sismo de magnitud 9,3 agitó el fondo marino a lo largo de la isla de Sumatra y desencadenó un tsunami de más de 30 metros de alto. En total, dejó más de 220.000 víctimas en los países bañados por el Océano Índico, incluidos Tailanda, India y Sri Lanka. El impacto se sintió incluso en África oriental.

A finales de diciembre de 2019, Wuhan, China se convirtió en el epicentro de un brote de neumonía de etiología desconocida que no cedía ante tratamientos actualmente utilizados. En pocos días los contagios aumentaron exponencialmente, no solo en China Continental sino también en diferentes países. El agente causal fue identificado, un nuevo coronavirus (2019-nCoV) posteriormente clasificado como SARS-CoV2 causante de la enfermedad COVID-19, declarada por la Organización Mundial de Salud como pandemia. Pero cuando parecía que la oleada se había apaciguado, un año después la aparición de un segundo embate del virus parece desencadenar un nuevo incremento de contagios que se repite en varios países del mundo, causando un número de muertes que sigue en ascenso.

El violento sismo en Indonesia guarda similitud con el desastre sanitario iniciado en China, pues en ambos un suceso desencadenó otro de gran magnitud. Tanto en el primer como en el segundo acontecimiento, el tiempo transcurrido desde la detección del fenomeno (terremoto) hasta el momento de su efecto (la ola del tsunami) que golpea un objetivo (la costa), no sirvió para alertar a la población.

En países desarrollados como en subdesarrollados, se ignoro la realidad de que un terremoto antecede a un tsunami. Y si bien en el caso del fenómeno natural no se puede predecir o calcular el momento en que ocurrirá, con la primera aparición del coronavirus la comunidad científica pudo percibir aproximadamente cuando sucedería la siguiente embestida.

Se emitieron las alertas tempranas, pero no tuvieron eco en los oídos de la población, no se oyeron las advertencias y no se tomaron en la gran mayoría las medidas para la prevención. En casos extremos aparecieron colectivos antivacuna o líderes de países (Ej. Trump y Bolsonaro) los que instaron a no parar sus economías a causa de la enfermedad. Solo el tiempo determinará la magnitud de la catástrofe humanitaria y los daños económicos en el Mundo.

El 17 de diciembre de 2020 se cuantifican 1.5 M de muertes por covid-19 a nivel global, superando en el millón a las víctimas de la Gripe Asiática (1957-1958), Gripe Rusa (1880-1890), Gripe de Hong Kong (1968-1970), Cólera (1817-1923), Gripe Porcina (2009-2010) y Fiebre amarilla (1800), etc.


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