"Bono contra el hambre, pero no contra la pobreza"

Hace pocos días atrás, el Gobierno de Arce Catacora, anuncio el pago del Bono contra el Hambre, por un monto de Bs. 1.000,00 (Un mil bolivianos 00/100), el cual se empezaría a cancelarse desde este próximo mes de diciembre. Por lo tanto, se pondrá en vigencia la Ley 1330, promulgada el 16/09/20, más su D.S. Reglamentario 4392 (13/11/20), el cual estipula que personas serán beneficiadas de forma efectiva, vigencia del bono, forma de pago, etc. Según el Ministro de Economía y Finanzas Públicas, el mismo seria cobrado por aproximadamente 4 millones de ciudadanos, lo cual significaría, al Estado, un gasto de casi 4,1 mil millones de bolivianos, cuyos fondos serian de préstamos externos con el BID y Banco Mundial.

 

Pero, ¿realmente esto es bueno para nuestra economía? Creo que a nadie le caería mal este bono, sobre todo a la gente más necesitada, pero desde un punto de vista económico, su efecto equivaldría al de prender un fosforo, cuya lumbre se apagaría muy pronto. Me explico, sin duda se va inyectar liquidez a la economía, se dinamizará la demanda interna y habrá más circulante en varios sectores, sobre todo en el terciario o comercial; pero el mismo tendrá un efecto muy corto y coyuntural, ya que es una medida paliativa, que no solucionara realmente nuestra crisis ni reactivara la economía a fondo. Esto es por el simple hecho que el destino del bono es de libre disponibilidad, quiere decir que cada beneficiario lo podrá gastar en lo que sea, alimentos, bebidas, medicamentos, ropa, actividades sociales, en lo que se imagine; sin embargo, si consideramos que ¾ de lo que consumimos o compramos son de bienes importados y sobre todo de contrabando, se fomentaría más este tipo de comercio ilegal e informal, dañando a la industria y producción local.

 

Un planteamiento personal y de varios economistas, es que se debería dar un bono en especie al 100% o al menos en un 50%, una especie de canasta de alimentos y/o víveres con bienes de producción nacional y local; así de esta forma se apoyaría a la producción nacional, estarías dinamizando demanda y oferta agregada, permitirías realmente un efecto multiplicador en la economía nacional, ya que el dinero no se fugaría al exterior por el contrabando. Además, fomentarías “la compra y el consumo de lo nuestro”, permitiendo que las empresas locales de alimentos, bebidas, sector agropecuario, otros, puedan recuperarse de forma efectiva, lo cual significaría que estos compraran insumos a otras empresas nacionales, contrataran más personal o al menos no despedirán al que tienen. En otras palabras, se direccionaría el destino de los bonos a comprar bienes “Made in Bolivia”, se reactivaría realmente la economía de forma general, cuidarías tus finanzas públicas, ya que nuestros ingresos fiscales cayeron notablemente, por lo que debemos ser más austeros y eficientes en su gasto. Lo ideal sería dar el valor total del bono en productos nacionales, con el apoyo de Gobernaciones y Municipios para la compra de bienes producidos en cada región o localidad del país, obviamente esto tomaría más tiempo y se corre el riesgo de hechos de corrupción, pero sería más equitativo y más dinamizador para la economía local, el efecto multiplicador y la reactivación sería más profunda y por mayor tiempo, el esfuerzo realmente valdría la pena para todos.

 

Algo que no puedo dejar pasar, es analizar si realmente hay los fondos para dar viabilidad financiera a este beneficio social, en teoría sí; de acuerdo a la Ley 1345 (12/11/20) se aprueba el Contrato de Préstamo Nº 5039/OC-BO, con el BID, por un monto de 450 millones de dólares americanos, así mismo la Ley 1346 (12/11/20) aprueba el Contrato de Préstamo 9115-BO, con el BIRF del Banco Mundial, por un monto de 200 millones de dólares americanos. Ambos fueron suscritos con estas entidades de financiamiento, para la ejecución de los Proyectos “Apoyo a las Poblaciones Vulnerables afectadas por el Coronavirus” y “Redes de Protección Social de Emergencia por el COVID-19”, ambos suscritos previamente a la Ley del Bono contra el Hambre, esto quiere decir que estos recursos estaban destinados para otro fin, no así para el pago de este bono social; estos organismos de financiamiento internacional, como cualquier banco, especifican en sus contratos el destino del crédito y son estrictos en su cumplimiento. Esto quiere decir que si bien hay leyes que respaldan los fondos para el pago del bono, falta ver si efectivamente serán desembolsados en las arcas del Estado por parte del BID y el Banco Mundial, ya que de acuerdo a sus representantes en el país, estos préstamos tienen otro destino o fin, que están bien especificados en sus contratos de préstamo.

Mas allá si hay o no los fondos para apoyar esta medida gubernamental, pienso que la mejor solución no es dar bonos solo por cumplir un lineamiento ideológico, político o promesas electorales, sino dar un impulso monetario y de liquidez que realmente reactive la economía, que de estímulos positivos a la oferta y demanda agregada, que permita que estos recursos se queden circulando en nuestro sistema financiero, que incentive al aparato productor nacional y local, que genere mayores y mejores condiciones de empleo e ingreso en el país, que deben estar acompañados con políticas económicas sostenibles y objetivas. Hay tareas muy importantes como combatir el contrabando, la corrupción, disminuir el déficit fiscal ineficiente, realizar una inversión publica optima, manejar adecuadamente las RIN, hacer un uso sensato de los recursos que entren por prestamos externos; es decir estamos en una coyuntura donde el manejo de los recursos es clave, donde ser austeros en el gasto publico es clave como también el manejo inteligente de nuestros ingresos, sean propios o prestados. La mejor manera de combatir el hambre y la pobreza de la población, no es dándole dinero como regalo sino dándole trabajo, un trabajo de calidad, más equitativo, ¡más humano!.


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