Devolución de aportes de las AFP’S, más sombras que luces para la economía
Se puso de moda por una parte de la población y de muchas autoridades nacionales, incluyendo a uno que otro candidato presidencial, solicitar la devolución de los aportes patronales que tienen muchas personas ahorrados en los Fondos de Pensiones que están operando en el país (BBVA PREVISIÓN Y FUTURO DE BOLIVIA). Esto es por la necesidad de inyectar liquidez a las economías familiares, que debido a este combo de crisis económica, sanitaria y política bajaron notablemente sus ingresos y sus posibilidades de una mejor calidad de vida. Habiendo propuestas extremas de una devolución del 100%, otras del 50%, otras del 25%, unas más mesuradas del 10% para cierto grupo definido del global de aportantes; pero realmente se miden las connotaciones negativas económicas y sociales de este pedido tan atípico.
La Organización Internacional del Trabajo, en un documento publicado en 1991 denominado “Administración de la seguridad social”, definió la seguridad social como “La protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas, contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.” Si ud. desearía retirar “ahora” todos sus aportes, debe ser consciente que perdería sus beneficios como la Pensión de Jubilación (vitalicia para el titular), Pensión por Muerte para la o el viudo vitalicia, Pensión por Muerte para los hijos o las hijas (menores a 25 años), Atención de salud en el último ente gestor donde la persona estuvo afiliada. Es por ello que se debe meditar en pedir la devolución total o parcial de estos aportes, ya que se puede comprometer seriamente la estabilidad financiera futura del aportante, y no tener una vejez digna sin privaciones económicas.
Pero echemos un vistazo general a como esta nuestro Sistema Integral de Pensiones (SIP), de acuerdo al último informe estadístico de marzo 2020, entregado por la Autoridad de Supervisión y Control de Pensiones y Seguros (APS). Se obtuvo unos datos interesantes como que en Bolivia existen 2,39 millones de asegurados, de los cuales un 78% están concentrados en el eje central; los asegurados dependientes representan un 90,32% y un 9,68% los independientes, finalmente de marzo 2019 a marzo 2020 hubo un incremento de 3,39% de asegurados al SIP. Según este informe en marzo se recaudó 872,85 millones de bolivianos, mientras que la recaudación acumulada desde que está vigente el seguro social obligatorio a largo plazo (mayo 1997-marzo 2020) fue de 111, 66 mil millones de bolivianos, con un patrimonio actual de Bs. 132,46 mil millones, de los cuales un 46,92% fue administrada por Futuro de Bolivia S.A. AFP y un 53,08% por BBVA Previsión AFP S.A.
Pero ahora expliquemos porque no es viable, en el corto plazo, la devolución de los aportes del SIP. A marzo de 2020, la cartera de inversión de los fondos de pensiones estaba puesta en 58,58% en DPF’s, 18,39% en Bonos del TGN, y solo un 1,28% en Recursos de Alta Liquidez, es decir en activos que se pueden convertir de forma rápida en dinero en efectivo. Esto quiere decir que, bajo la actual ley de pensiones y estructura financiera de cartera de inversión del SIP, no es posible devolver sus aportes; es que el SIP funciona como un ente de retención de un cierto % del sueldo básico de los trabajadores (públicos y privados) que se convierten en sus ahorros futuros para su jubilación. Pero sin embargo las AFP’s operan como un banco cualquiera, captan recursos del público, los invierten en el sistema financiero y mercado bursátil, es decir inyectan liquidez en la economía, hacen circular el dinero, o sea “hacen trabajar al dinero”, lo que significa que no lo tienen durmiendo en una bóveda para que cualquier momento el que desee lo retire, menos por una gran cantidad de gente y al mismo tiempo.
¿Entonces que hacer? Si sabemos que los recursos están invertidos en títulos, valores y acciones financieras a largo plazo, que no se pueden convertir en efectivo de manera inmediata ya que no son redimibles a corto plazo. Una propuesta de varios economistas y expertos en pensiones, plantean que el Gobierno establezca una especie de Fondo de Garantía con los propios ahorros/aportes que existen en las AFP’s, de quienes desean retirar, para que los mismos puedan acceder a créditos blandos en el sistema financiero nacional, de esta manera no se vulnera su renta presente y menos su jubilación futura. Ya que deben ser conscientes de que si retiran cierto % de sus aportes afectarán su renta solidaria futura, es decir van a recibir menos pensión de lo que tenían planeado.
Dada la coyuntura actual, el Estado debe pensar en permitir una jubilación anticipada de cierto sector aportante, crear un seguro de desempleo, y otras medidas que eviten que se afecte a la estabilidad financiera del país con posibles retiros en gran escala del SIP.
Nuestra ley de pensiones no es perfecta, tiene mucho que mejorar, pero sin lugar a dudas, el hecho de realizar aportes durante nuestros años de trabajo, garantiza tener ahorros futuros que nos permitirán tener una jubilación digna y sin privaciones sociales de ningún tipo; esto no significa que las cosas no deban mejorar, pero sin embargo hay que analizar, siempre a fondo, cualquier medida gubernamental u oferta electoral, ya que “no todo lo que brilla es oro”.