Mundo cambiado

Hoy en día toda la humanidad ha cambiado, desde el pensamiento, la forma de vestir, e incluso la forma de mirar a la gente que circunda entre nosotros. La humanidad en su conjunto cambió y no por causas individuales, sino por la globalización, el avance a pasos agigantados de la tecnología y la decadencia de la educación.

Remontándonos a la antigüedad, escuchamos relatos de nuestros abuelos e incluso padres que nos mencionaban, como antes eran observados y criticados actos que encierren la muestra desmesurada de afecto o sentimiento; por ejemplo, antes una pareja de enamorados, no podía verse en altas horas de la noche e incluso no podía verse durante la noche, pero ¿por qué? sencillamente porque la sociedad antigua contemplaba y practicaba la moral, su uso y costumbre; las relaciones humanas, sociales e individuales, eran practicadas de mucha mejor forma, los saludos eran bien recibidos y respondidos y el ser catalogado como una persona íntegra, encerraba el merecimiento de toda la atención y admiración de la sociedad.

Antes las frases: ¡Por favor!, ¡Gracias!, ¡Buenos días!, ¡Hasta luego!, ¡Igualmente! e incluso un ¿Cómo le va?, eran frases que no solo mostraban la educación del hogar sino también reflejaban el destacado toque elegante de la partición recibida en una escuela y un colegio; el tener enamorada u enamorado, era sinónimo de madurez emocional y compromiso humano individual y colectivo hacia la sociedad, ya que un enamoramiento, casi siempre terminaba en un matrimonio y por ende en la formación de una familia.

En la actualidad observamos muchos jóvenes y adolescentes en malos caminos, se dedican al consumo de drogas, alcohol, tabaco, marihuana e incluso sustancias más dañinamente potenciales como la cocaína y practican desmedidamente el denominado sexo casual, accionar que la mayoría de las veces, contrae consigo consecuencias permanentes como embarazos no deseados, contagios de enfermedades venéreas, rupturas de familias provocadas por adulterios y traiciones e incluso suicidios; es tan odiosamente cierto admitir que tales males, son provocados por el acelerado desarrollo tecnológico de las telecomunicaciones y su cada día más frecuente uso.

En nuestro país, estudios recientes señalan que 6 de cada 10 menores de edad son poseedores de un dispositivo celular de gama baja y media, 2 de cada 10 menores de edad, portan un dispositivo celular de gama alta, pero el dato más curioso señala que 9 de cada 10 menores de edad, tienen acceso ilimitado y no controlado a Internet, ya sea porque en sus hogares tienen redes Wifi disponibles o compran bolsas de Megabytes diariamente; estos datos alarmantes son corroborados por investigaciones recientes que señalan que es posible ingresar a sitios pornográficos desde cualquier dispositivo celular, acceder a material de esta índole e incluso poder descargar dichos contenidos sin ningún control o barrera parietal de edad y para decorar con una cereza el pastel de sorpresas ya imaginadas, las investigaciones también reflejan que la mayoría de los navegantes de dichas páginas web y buscadores, son menores de edad.

De este problema nace una gran incógnita: ¿por qué los jovencitos adolescentes, jóvenes e incluso niños realizan este tipo de acciones? Preguntas como ésta son cuestionadas y asimiladas por miles y miles de personas que en escasos minutos logran darse cuenta que este periodo moderno si bien trajo consigo avances y mejora de muchas cosas, también nos trajo un lapsus de libertinaje que maltrata a las sociedades desde su más mínima expresión y deja brechas abiertas no imposibles pero si costosas de sanar. 

El poder regular el uso de Internet es algo caótico pero no imposible, las legislaciones relacionadas a normar los usos cibernéticos, no son una fantasía como se creía hacia algunos años atrás, sin embargo nuestra sociedad nacional aún está en camino de adquirir dichos avances jurídicos y mientras tanto el futuro se nos está yendo; debemos hacer algo y la educación puede ser la mejor arma a escoger frente a este gigantesco mal; recordemos que la educación  no es solo un proceso en el individuo, la educación es un camino de liberación de un país, estado, nación y sociedad, por lo tanto no debe quedar explícito.

Dentro de nuestra nación anteriormente existía crisis de identidad que trata de ser resuelta con la implementación de un autodenominado “nuevo paradigma educativo” que no solo debe propiciar el rescate de la identidad, más al contario debe impulsar el rescate de valores que en este tiempo se han perdido.

¿Dónde quedaron los valores colectivos, acaso se modernizó el poder pedir Perdón y dar las Gracias? La decadencia o el resurgimiento de un Estado, estarán sujetos al buen uso que se le dé a los Procesos Educativos; no obstante si nos quedamos obviando todo aquello que nos está atormentando en el presente como sociedad, lamentablemente seguiremos siendo en un futuro el mismo mundo cambiado.


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