Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

Una mujer que escribe

Una mujer muy mayor sufre una caída en su casa. Es internada, y a los pocos días muere. Una mujer de carácter difícil, tiene el hábito de la queja y un modo penoso de vivir. Perdió a su marido hace 19 años, uno de esos días inolvidables, en los que La Historia se escribió junto a la suya propia.

Sus hijos desarman su casa. Se encuentran con que esa señora mayor, su madre, guardaba 19 agendas. Mezcla de diario personal, autobiografía y correspondencia, ella sostiene durante todos esos años el diálogo y la intimidad con H. Le habla en presente, le cuenta, comparte, narra las minucias y sucesos de cada día, los acontecimientos, los nietos, las amigas, las batallas contra el cáncer, las consultas médicas, las visitas familiares, los viajes ajenos, lleva su agenda a todos lados, y le escribe a H la vida. Con H escribe la vida. Conversa con él.

No hay en todas esas narraciones ningún comentario quejoso o sufriente. Hay alegrías, conquistas, disfrutes.  Ese modo de conversar es íntimo y único. Esa que lo escribe es para su familia una desconocida, no la madre, no la abuela. Es la mujer enamorada.

La escritura ha sido y sigue siendo una forma de vida. Anna Frank, Ricardo Piglia, Virgina Woolf, Jorge Semprún, y tantos más. Escribimos para sobrevivir, escribimos para no morir, escribimos para elegir cómo vivir, escribimos para decidir cuándo o cómo morir, también, algunas veces. Reinventamos a la escritura misma como artilugio y arma, espacio de lo íntimo en el que lo anónimo se convierte en “escritora”. Un cuarto propio, escribir también es respirar. Es aire en tiempos de encierro, catástrofe, derrumbe, sin-sentido o distancia.

La última entrada de ese diario-agenda-carta que inventó para vivir con H y sin él, termina unos poquísimos días antes del “infarto silencioso”, que diagnostican los médicos como causa de esa caída.

Infarto silencioso, a contraluz de esa vida bulliciosa de agendas llenas de palabras. Nada silencioso, en verdad, porque así escribe ella en la última entrada:

“H: hoy hubiésemos cumplido 57 años de casados. Estaríamos juntos, queriéndonos como siempre. Te extraño mi amor. ¿Si pudiera irme con vos?”.


Artículos Recientes
Los secretos
Los secretos
Tema del día
Tema del día
Las vueltas de la subvención
Las vueltas de la subvención