¿Bolivia, la esquizoide?

Cuando la carga emocional rebasa deja de funcionar normalmente el sistema nervioso central, provocando distorsión en la transmisión de información, alterando la  composición sináptica, impidiendo discriminar entre la realidad y la fantasía, es decir, alteraciones en los neurotransmisores,...

Cuando la carga emocional rebasa deja de funcionar normalmente el sistema nervioso central, provocando distorsión en la transmisión de información, alterando la  composición sináptica, impidiendo discriminar entre la realidad y la fantasía, es decir, alteraciones en los neurotransmisores, que dividen lo consciente de lo inconsciente.

Hoy Bolivia esta escindida, partida en dos polos extremos que bloquean la racionalidad. El síndrome de poder llamado hibris o hybris, concepto griego que puede traducirse como "desmesura" y que en la actualidad alude a un orgullo o confianza en sí mismo muy exagerada, especialmente, cuando se ostenta poder, carcome el sentido común y se apodera de la acción.

Las Elecciones Nacionales, realizadas en nuestro país el 20 de Octubre, marcan el desenlace de esta locura, cuya desfachatez digita los deseos enfermos de alcanzar el poder a como dé lugar,  dejando en el vacío los principios morales inculcados en nuestra formación cívica y patriótica, esenciales para el vivir bien.

Esta fractura social, claramente diferenciada entre ricos y pobres, configuran los complejos de la discriminación y la intolerancia, perversamente alimentados desencadenando odios y enfrentamientos.

Los síntomas esquizofrénicos en una lectura social se traducen en:

Alucinaciones: Donde la masa enardecida habitualmente tiene dificultades para diferenciar lo que son alucinaciones y lo que son percepciones reales.

Ideas delirantes: Creencias falsas y persistentes, que son constantes, no fluctuantes o simples deseos que no sean compartidos por otros, incluso aunque haya pruebas de lo contrario.

Trastornos del pensamiento: Donde el lenguaje y  los pensamientos están alterados.

Trastorno de la autopercepción: Distinción entre el sí mismo y lo que le rodea puede ser borrosa.

Ante esta sintomatología de la locura, existe un punto intermedio totalmente terapéutico cuya   salida a la cordura, puede visualizarse en la clase media de la sociedad boliviana y es, liderada por una juventud criteriosa que tiene incorporado en su ser la defensa de la democracia y el rechazo absoluto a la dictadura.

Su bandera es la rojo, amarillo y verde, despojada del estigmatizado fanatismo al cual siempre fue encasillada, manipulada y condicionada. Hoy vemos en la juventud boliviana, una convicción moral intachable que estimula la masa crítica de la clase media, para asumir racional y emocionalmente una defensa justa que unifique los desencuentros.

*Es Presidente del Colegio de Psicólogos de Tarija.

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