Bolivia y Turquía: Una relación bilateral con posibles beneficios mutuos

El pasado 9 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, anunció la decisión del gobierno de la República de Turquía de abrir su sede diplomática en la ciudad de La Paz. De acuerdo a la nota oficial “como símbolo de la importancia que Turquía otorga a las relaciones...

El pasado 9 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, anunció la decisión del gobierno de la República de Turquía de abrir su sede diplomática en la ciudad de La Paz. De acuerdo a la nota oficial “como símbolo de la importancia que Turquía otorga a las relaciones diplomáticas con nuestro país”. Inicialmente es importante señalar que la República de Turquía es un Estado emergente en el contexto internacional, basta como ejemplo que en noviembre de 2017, tras la caída de las últimas ciudades en poder del grupo terrorista Estado Islámico, los presidentes Vladimir Putin, Hasan Rohani y Recep Tayyip Erdogan se reunieron en la ciudad de Sochi para preparar un diálogo entre el gobierno de Bashar al Assad y sus opositores. La participación de Turquía en la resolución de ese conflicto armado y la consecuente pacificación y reconstrucción de las ciudades sirias es una muestra clara de su cada vez mayor implicancia en asuntos globales que afectan a la paz y la seguridad internacional. Es relevante la afinidad creciente entre el gobierno turco y su par ruso para contrarrestar ofensivas políticas, económicas y diplomáticas planificadas desde Estados Unidos. Así también, el fortalecimiento del comercio entre ambos Estados para convertirse, junto a China, en un contrapeso económico a Occidente. Al respecto, el intercambio comercial entre Rusia y Turquía se incrementó un 30% en los diez primeros meses de 2017 después de una serie de desencuentros políticos que fueron rápidamente subsanados. Actualmente, ambos países avanzan en proyectos de alto valor estratégico como el tendido del gasoducto Turk Stream, para conectarse por el fondo del mar Negro y la construcción de la central nuclear de Akkuyu, entre otros proyectos bilaterales. En los últimos años los lazos políticos, económicos y culturales entre Turquía y la región latinoamericana se han profundizado considerablemente. De hecho, ese Estado euroasiático ha duplicado su presencia diplomática en la región, pasando de tener 6 embajadas en 2009 a un total de 13 en la actualidad, además de abrir oficinas de la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) en México y Colombia. Ahora bien, si el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia otorgó el plácet a la Dra. Serife Serap Ozcoskun como Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria de Turquía en Bolivia, por el principio de reciprocidad que rige en materia internacional, a Bolivia le corresponde designar Embajador o Embajadora en la capital turca y realizar las gestiones necesarias para que funcionarios desempeñen labores diplomáticas, comerciales y consulares desde nuestra sede diplomática. De esa manera se hará efectiva la relación bilateral para posteriormente avanzar en mayores intercambios económicos, comerciales y de amistad con el gobierno y pueblo de la República de Turquía. En 2016, de acuerdo a los datos estadísticos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Turquía ocupaba el puesto 33 de los países exportadores de mercancías al Estado boliviano. Respecto a nuestras exportaciones al mercado turco, en el mismo año, sólo alcanzaron un valor de casi 18 millones de dólares americanos. El mercado turco concede preferencias arancelarias a países en desarrollo como Bolivia que pueden ayudar a incrementar el flujo comercial para beneficio de ambos Estados. En ese orden de cosas, la posición política, económica, geográfica y militar hace de Turquía un Estado estratégico para el curso de las relaciones internacionales actuales y futuras tanto en Europa, Asia y Medio Oriente. La búsqueda de aliados en América Latina y el Caribe -inicialmente para intercambio comercial- con seguridad busca reforzar su creciente ascenso en la arena internacional. Por su parte, el Estado Plurinacional de Bolivia, debería aprovechar la presencia turca en la región para sus fines de desarrollo y de seguridad internacional, primero estableciendo una sede diplomática en Ankara, posteriormente realizando una cumbre empresarial boliviana-turca como señal de buena voluntad para fortalecer la relación bilateral y acrecentar el intercambio comercial entre ambas naciones. En materia cultural, Bolivia podría gestionar convenios de intercambio para formación de profesionales en las reconocidas universidades de Ankara y Estambul.


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