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Los costos de oportunidad

Y el que apenas a esta altura, con diez años de demora, se haya firmado el convenio para construir esa bendita planta separadora de tales hidrocarburos, es triste consuelo.Es que los costos de oportunidad son para Bolivia algo crónico. Sea para fundir el estaño y otros minerales que producimos...

Y el que apenas a esta altura, con diez años de demora, se haya firmado el convenio para construir esa bendita planta separadora de tales hidrocarburos, es triste consuelo.Es que los costos de oportunidad son para Bolivia algo crónico. Sea para fundir el estaño y otros minerales que producimos en abundancia, sea para industrializar el gas o para aprovechar el litio, el hierro o cualquier otro recurso.Sería sumamente fácil culpar de estos costos de oportunidad simplemente, en forma abstracta “al gobierno”, aunque es evidente que la lentitud en adoptar las decisiones que evitarían el costo de oportunidad es característica de “todos los gobiernos” y en eso se basan algunos para postular la privatización de todo, planteando remedios que siempre resultan a corto plazo peores que la misma enfermedad.En economía, el costo de oportunidad o coste alternativo son conceptos bien definidos desde hace un siglo, cuando von Weiser publicó su Teoría de la Economía Social y se refiere a aquello de lo que alguien se priva o renuncia cuando hace una elección o toma de una decisión. En el caso nuestro cuando se prefiere repartir los recursos financieros en forma de subsidios o, peor aún, convertirlos en papeles valorados extranjeros que se mantendrán cono “ahorrito”, recibiendo unos intereses ridículos por lo exiguos.Dice la enciclopedia, como ejemplo de esto, que si con cuatro pesos puedes comprar una taza de café o dos helados  y compras una taza de café, el costo de oportunidad será dos helados. Los costos de oportunidad son “ las alternativas altamente valiosas que se debe renunciar cuando una toma la decisión de usar los recursos en determinada opción.Lo que no dice es que si le das tus cuatro pesos a alguien para que “te los cuide”, te quedarás sin café y sin helados. Que es lo que más o menos hemos estado haciendo con  nuestras Reservas Internacionales Netas.La natural irritación que estas situaciones provocan se nos reactivó al enterarnos que en materia de litio (por citar solo un ejemplo) desde México hasta la Argentina se agitan expectativas diversas, mientras nosotros permanecemos engolosinados con la cantaleta de que tenemos las mayores reservas del mundo.En México, la Pan American Lithium, corporación estadounidense, sigue evaluando una opción para participar en riesgo compartido con un socio mexicano en el proyecto de litio en salmueras geotérmicas Cerro Prieto en Baja California.Desde una provincia argentina nos llega este otro comentario: “El litio está en todos lados: celulares, notebooks, tablets. Pero ahora también en vehículos como la Lightcycle, una moto inspirada en un diseño de la película de ciencia ficción Tron”.La moto está propulsada por dos motores eléctricos de 96 voltios. En lugar de tanque de combustible, este vehículo posee una batería de litio que puede recargarse en un enchufe de 110 voltios.Dormirse es un riesgo, inclusive si se duerme sobre laureles. Pero para nosotros, ni petroquímica, ni siderurgia ni litio son aún laureles ni mucho menos.Hay que estar muy despiertos.

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