Un desastre todavía mayor

Ese funcionario de Villa Montes no pide sino que autoridades de un nivel jerárquico mucho más alto que el suyo “asuman acciones conjuntas y concretas para evitar un desastre ambiental en el rio Pilcomayo.¿Hace falta pedirlo acaso?¿No están ya sobradamente enteradas, todas las...

Ese funcionario de Villa Montes no pide sino que autoridades de un nivel jerárquico mucho más alto que el suyo “asuman acciones conjuntas y concretas para evitar un desastre ambiental en el rio Pilcomayo.¿Hace falta pedirlo acaso?¿No están ya sobradamente enteradas, todas las “autoridades nacionales” de que en el rio Pilcomayo se vive una emergencia?¿No les pagan por saberlo (y por actuar) con eficiencia, con oportunidad y con diligencia?El funcionario municipal al cual nos referimos, es Gustavo Ibarra y está a cargo de la “Unidad de cuencas y Gestión de Riesgos” del gobierno municipal de Villa Montes. Es obvio que está preocupado por la situación del rio y anunció que en los próximos días presentará al Concejo Municipal de Villa Montes un Plan de Acción, para mitigar los efectos de contaminación y degradación de esa cuenca hídrica.¿No existe hasta ahora un plan de acción en ese sentido?Todos sabemos que el deterioro del rio ha sido progresivo. Lleva décadas y es desde hace tiempo perceptible a simple vista.¿Cómo es posible, entonces, que hasta ahora no se hayan alertado las autoridades departamentales y naciones, como para gestionar acciones medianamente inteligentes?.¿Existen esas autoridades? ¿Cobran sueldos?Nos hemos acostumbrado a tener oficinas públicas inoperantes, que ni de adorno sirven, por razones estéticas, y solamente cobijan a funcionarios que mes tras mes cobran sueldos nada despreciables, sin justificarlos.Este caso del rio Pilcomayo es solo uno, que sirve para muestra. Nuestro país pasa de una emergencia a otra mostrando como males crónicos la imprevisión, la improvisación y la consecuente ineficiencia.Muy encomiable la preocupación de ese funcionario municipal de Villa Montes. Pero muy revelador que apenas ahora se vaya a elaborar un plan de acción (nos imaginamos que a las carreras) para intentar salvar un rio que se ha estado muriendo a nuestra vista y paciencia durante más de diez años.Vergonzoso, también que todavía se esté, a esta altura, convocando a “autoridades departamentales y nacionales” para que “asuman acciones conjuntas concretas para evitar un desastre ambiental.Rectifiquemos. El desastre ya se produjo, a la vista y paciencia de burócratas insensibles y satisfechos. Decenas de ellos.Ese es un desastre aún mayor.

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