La Pascua

La resurrección de Jesús nos la narra Mateo en (cap-28-1,15) ya con su resurrección la aspiración humana tiene sentido, porque Jesús venció a la muerte y esa es la alegría para la humanidad por que con su resurrección Jesús nos ofrece la salvación. Jesús pasó por la humillación de...

La resurrección de Jesús nos la narra Mateo en (cap-28-1,15) ya con su resurrección la aspiración humana tiene sentido, porque Jesús venció a la muerte y esa es la alegría para la humanidad por que con su resurrección Jesús nos ofrece la salvación. Jesús pasó por la humillación de estar muerto, separado de esta vida, excluido del resto del mundo que sigue viviendo; si la resurrección hubiera sucedido de inmediato después del último suspiro de Cristo, habría podido dudarse de la realidad de su muerte. Con su resurrección pudieron entrar al cielo los santos y justos que habían muerto antes de Cristo y ninguno podía ingresar al Reino antes de la resurrección de Cristo. Como dice San Pablo “Él es el primero en  resucitar de entre los muertos, el primero de entre los hermanos” (col.1,18).Cristo inauguró el cielo y detrás de Él entraron todos los que antes de su venida habían sido dignos de la salvación. Pascua es el paso a la vida, es la alegría de los cielos y de la tierra, de toda la creación. En la vigilia pascual, un sencillo rito se convierte en proclamación de la fe de la comunidad reunida y espectante. En el cirio pascual símbolo del resucitado el celebrante graba una cruz y cada uno de los números del año; mientras dice: “ Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega a Él pertenecen el tiempo y la eternidad, a Él sea la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”. La pascua y cada Eucaristía es el clamor y el grito de la tierra: “ Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ven Señor Jesús”. La pascua es el anuncio de la última mañana del gran día del Señor, la parusía, el día que no tendrá ocaso. Todos los días son de Dios, pero este domingo es obra particular de Cristo Jesús, que en  Él hizo resplandecer su gloria, convirtiéndolo en el Día de la vida triunfante; después de las penitencias de la cuaresma y los sufrimientos de la semana santa, la iglesia descansa en el gozo de su Señor que ya no morirá jamás. Hoy todos somos enviados a los hermanos para encontrar y ver en la fe, a Cristo resucitado. El está en los demás, lo encontraremos en donde haya dos o tres reunidos en su nombre. En la asamblea litúrgica del domingo de Pascua, podremos vivir la alegría la certeza de ver al Señor, presente en el sacramento de la eucaristía. Ser cristiano es creer en la resurrección de Cristo, en creer que la muerte se torna en vida, la tristeza en gozo y la prueba en gracia. La pascua del Señor y su actualización cotidiana en cada Eucaristía, propone una respuesta definitiva: Jesús de Nazareth que ha vencido a la muerte. ¡Aleluya!

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