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Geólogos, se necesitan

Estas caracterizaciones son generalmente estereotipos, clichés, sin mayor fundamento científico. Pero influyen sutilmente a la hora de definir el destino de un país.Y no es que en Bolivia no tengamos ingenieros, los hay, y muy buenos, en todas las especialidades, pero a la hora de esbozar un...

Estas caracterizaciones son generalmente estereotipos, clichés, sin mayor fundamento científico. Pero influyen sutilmente a la hora de definir el destino de un país.Y no es que en Bolivia no tengamos ingenieros, los hay, y muy buenos, en todas las especialidades, pero a la hora de esbozar un “perfil profesional” boliviano, siguen imponiéndose los abogados, más por cantidad que por calidad, pero lo hacen.Estas reflexiones son producto de haber conocido un estudio reciente del ingeniero geólogo Fernando Alegría Uría, sobre la exploración petrolera en el departamento de La Paz, en lo que técnicamente se conoce como Subandino Norte.En Bolivia, desde la escuela, todos deberíamos tener incorporados en nuestro lenguaje  términos relacionados con los recursos naturales. Con los minerales, el petróleo y el gas, especialmente. Pero si hacemos un experimento, en cualquier lugar del país, pocos escolares sabrán explicar qué es el Subandino Norte o que es upstream, pero muchos sabrán que es una demanda, qué es una apelación y hasta sabrán, casi intuitivamente, “chicanear” como sabe hacerlo cualquier abogado.Leyendo el trabajo del ingeniero Alegría nos percatamos de cuán abandonado está el tema petrolero en nuestra cultura general. Excepto aquello de las “regalías”, de las cuales sí hablan quienes saben algo y también quienes nada saben de ellas.El trabajo de Fernando Alegría es, además de bien documentado, ameno, pues remonta el interés por el petróleo en el norte de La Paz a antes del siglo XX y apela a la literatura (“Trópico del Norte”), para aludir al “Rio Kerosene”, una arcaica afloración de hidrocarburos en aquella región.Y luego vienen los datos que nos ponen a cavilar. La Standard Oil Company (SOC), en el año 1925, encargó al geólogo G. Harrington realizar trabajos tectónicos y estratigráficos entre San Borja y Huachi, por el sudeste, y Tumupasa – Apolo, por el noroeste.Habla luego de una segunda fase y cuenta que la perforación del pozo Boya-1, por parte de Bolivian Gulf oil Company (BOGOC) en el año 1962, marca el comienzo de la etapa de perforación exploratoria en el Subandino Norte.En otra parte se menciona a la petrolera francesa Total y por supuesto, también hay exploraciones de YPFB, pero no con la intensidad ni la dedicación que algunos quisiéramos. No aparecen mencionados con la “propiedad” que quisiéramos.Y ahora es cuando debe notarse más esa dedicación. Especialmente en exploración. Y no necesitamos menear el asunto de las reservas de petróleo súbitamente mermadas, porque el tema todavía dará que hablar.En resumen. Necesitamos profesionales bolivianos dedicados a fondo al tema energético. Geólogos, especialmente. Y que se hagan notar.No tenemos nada contra los abogados, pero especialmente por ahora preferiríamos que sea el tiempo de los geólogos. ¿O no?

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