Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

Reflexiones desde el Cursillo Domingo de Ramos

Recordamos los sucesos de la vida de Jesús, nos lo narra (Mt. 21- 1 - 17).Jesús estaba cerca de Jerusalén, llegaron a la aldea de Betfage situada junto al monte de los olivos, Jesús mandó a dos de sus discípulos a traer una burra con su cría, después colocaron sus capas en el lomo y...

Recordamos los sucesos de la vida de Jesús, nos lo narra (Mt. 21- 1 - 17).Jesús estaba cerca de Jerusalén, llegaron a la aldea de Betfage situada junto al monte de los olivos, Jesús mandó a dos de sus discípulos a traer una burra con su cría, después colocaron sus capas en el lomo y Jesús se sentó encima. Jesús fue aclamado, la gente alfombró el camino con sus capas y ramas de árboles y le aclamaban diciendo: ¡Hosanna! ¡Viva el hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna! ¡Gloria en lo más alto de los cielos!La multitud glorificaba a Jesús porque fueron testigos de los maravillosos milagros que realizó, lo proclamaron como su Rey. Pero los sacerdotes y los escribas, viendo envidiosos la enorme popularidad de Jesús estaban indignados.En ese día santo se dio una gran contradicción porque muchos aclamaron y glorificaron a Jesús, otros lo rechazaron, lo odiaron y desearon su muerte.Esa multitud que lo aclama y glorifica, luego gritará pidiendo su muerte, las mismas bocas alabando y maldiciendo.Así somos los seres humanos, muchas veces alabamos y ofrecemos nuestra amistad, nuestros favores a quienes están en el éxito de la vida, rendimos honores a quienes están pisando fuerte, con dinero y altos cargos, pero al caído, al pobre, al necesitado lo ignoramos, no lo necesitamos, no nos hace falta.Por esa ingratitud pasó Jesús, a quienes los socorrió, los curó, los perdonó;  cuando lo vieron caído y enjuiciado pidieron su muerte.Jesús siente el rechazo y la humillación de las autoridades judías que lo quieren ver sufriendo la pasión y muerte de cruz.Jesús llega a ser signo de contradicción para los hombres, porque unos lo aclaman y otros lo rechazan. Hoy como ayer muchos lo reciben como su Dios, le siguen y ponen su esperanza en Él. Otros lo rechazan, no lo reconocen, no lo aceptan en sus vidas porque no les conviene aceptar a un Dios que les exigirá honestidad, justicia, amor al prójimo, porque esto significa renunciamiento a muchos pasos torcidos como es la codicia, la injusticia, la envidia, la vanidad, el exceso de alcohol, etc.Jesús quiere entrar glorioso a la Jerusalén de tu corazón, quiere entrar en tu espíritu para darte la paz, la alegría, para liberarte de la esclavitud, para romper las cadenas que nos atan a una vida sin amor, sin Dios.Reconozcamos y glorifiquemos a Dios, abramos las puertas para que sea nuestro Rey, en los días de alegrías y en los días obscuros, nuestra fe debe ser firme y constante, no como las olas del mar que se agitan con el viento.Cuando el viento de los fracasos y sufrimientos nos azote, debemos aferrarnos mas a Ese Rey que nos ama y aunque muchas veces lo sentimos como el gran ausente, Él está siempre con nosotros.Este nuevo recordar del Domingo de Ramos, festejemos alabando, vitoreando como entonces, con palmas, con ramas de caridad, de ternura, de comprensión, extendamos también nuestras capas de solidaridad para que el Señor pase triunfante sobre ellas.Creo que es necesario reflexionar y dar un nuevo giro en nuestro diario vivir teniendo a Jesús presente en todo momento.Que este Domingo de Ramos no sea solo recordar una tradición, un sentirse obligados a asistir a misa, sino sea una vivencia que marque nuevos propósitos, nuevos rumbos en nuestro caminar.

Más del autor