La Brecha: 25N, que la violencia de género no nos gane
El lunes es 25 de Noviembre, uno de esos días marcados en el calendario para hablar de Violencia contra las Mujeres que efectivamente sigue siendo necesario, porque todos los espacios son útiles, pero que en Bolivia en particular parece mutar en el día de descargar las conciencias institucionales, y hasta otra.
En Bolivia se registran más de 100 agresiones a mujeres al día, cuatro cada hora, según el último reporte del Observatorio Boliviano de Seguridad Ciudadana y Lucha Contra las Drogas (OBSCD). Una cantidad brutal que sin embargo apenas conmociona a nadie. En los últimos meses ha recibido más atención parlamentaria ese lobby reaccionario que insiste en que la Ley 348 vulnera los derechos de los hombres (a coimear al juez, debe ser) que sobre las lagunas que deja la Ley en la protección a las víctimas o las mil trabas que siguen existiendo a la hora de poner denuncias.
La ola reaccionaria que agita el globo también tiene impacto en Bolivia, pese a que los avances son mínimos. Así, lo que nació como una propuesta feminista para abrir la Ley y corregir algunas de sus fallas se convirtió pronto en un riesgo de involución, con el consentimiento fuera del debate, la carga de la prueba y la sospecha de nuevo sobre la víctima y poco margen de avance. Acaso este año se ha logrado que se tome más en serio las reclamaciones sobre la atención que necesitan los hijos de las víctimas.
En paralelo, las denuncias contra autoridades públicas por malos tratos y otros delitos contra mujeres e incluso menores parecen haberse naturalizado con el simple hecho de alegar una intencionalidad política en las mismas, constituyendo así el peor de los ejemplos.
Corren malos tiempos para avanzar en derechos, pero al menos preparémonos para que el 25N sirva de registro para los múltiples compromisos que, al final, se pierden.
Máxima alerta
Discúlpennos que volvamos a insistir esta semana, pero es que un ejemplo de que la presión social y la disposición de recursos funciona en el marco de la Ley 348 es la cantidad de sentencias rápidas que se vienen obteniendo en casos de feminicidio. Lo que antes se convertía en un calvario para las familias de las víctimas, que demasiadas veces optaban por dejarlo ahí antes de seguir sacando plata y más plata, ahora se agiliza porque los jueces y fiscales están especializados (y bajo la lupa).
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Aún así, lo elemental sigue siendo que no nos maten, seguro que si los mismos esfuerzos se invierten en la protección de víctimas también habrá resultados.
En estas, la Gobernación de Tarija desarrolla un programa piloto derivado de la Ley de Alerta que parece estar teniendo resultados: lo metemos en el radar
El G20 es un evento curioso porque ni siquiera son 20 países, sino 19 más la Unión Europea y la Unión Africana, esta última por compensar. Además asiste el FMI y el Banco Mundial y el anfitrión puede hacer múltiples invitaciones. En el de Brasilia hubo dos fotos oficiales, una con Lavrov pero sin Biden y otra con Biden pero sin Lavrov (y sin Milei). En cualquier caso esta foto oficial, más allá de las invitadas de primera fila como Dilma Rousseff, vuelve a dejar constancia de que el poder es masculino: solo Giorgia Meloni (Italia), Claudia Sheinbaum (México), Úrsula Von der Leyen (UE) y Kristalina Georgieva (FMI) tienen silla reservada.
En el radar
Desprotección: En medio de la crisis económica que azota al país conviene no olvidar los temas importantes: la protección social sigue siendo uno de los grandes problemas para las mujeres, tanto en el entorno urbano como en el rural, por los años que se dedican sobre todo al cuidado de los demás. Se trata de un círculo nocivo que de alguna forma se debe romper. Esperemos que pronto se entre en campaña y se empiecen a escuchar propuestas.
La belleza: No vamos a traer aquí el debate sobre la significación de los concursos de belleza, porque aun con todos los esfuerzos que se hacen para intentar convertirlos en un referente de la mujer moderna de hoy, etc., no deja de ser lo que es y efectivamente cada quien tiene todo el derecho de participar donde le plazca. Nuestra Miss Bolivia tuvo al parecer una excelente participación en el Miss Universo, premiada además por su proyecto de identificar drogas en bebidas y demás y todo está bien. Lo que es tremendo es que haya gente que entre a sus redes sociales y sus vivos directamente a escracharla e insultarla. Esa violencia es un síntoma preocupante.
Acoso: Algo parecido le pasó también a la conductora Jimena Antelo, de quien se han aireado ciertos detalles de su vida privada – de 30 años atrás - a raíz de que se erigiera entre las que censuraron la supuesta conducta sexual del expresidente Evo Morales. El acoso en las redes está a la orden del día y en esas, la OEA ha empezado a buscar formas de atajarlo antes de que sea demasiado tarde:
El velo y la censura: El debate del velo, por su simbolismo y lo que hace a la libertad, es un debate extendido en todo el mundo occidental, aunque muy poco en Sudamérica y en Bolivia en particular porque apenas se convive con él. ¿Pero acaso no tenemos nuestros propios símbolos que generan lo mismo? Se lo dejo de tarea.
Breves pero importantes
Les dejo además este reportaje que hace a un tabú por lo que el Camino de Santiago supone al turismo y al área rural, - y ojo que esto aquí también nos pasa - pero que es intolerable: Las peregrinas que hacen el Camino de Santiago denuncian un acoso sexual “aterrador”
Les dejo también esta iniciativa para financiar el emprendedurismo, que siempre suma: Ganadoras de “Emprendiendo Juntas” reciben capital semilla
Y esta entrevista de mamá coraje: La madre de la primera víctima por contaminación del aire: "La muerte de mi hija no puede ser en vano"
¡Y que no falte la música!
Y para cerrar música. Les traigo algo de Natalia Lafourcade, quien se ha consolidado como la mujer latinoamericana que más premios Grammy ha ganado, con un total de cuatro premios anglosajones y 18 en su edición latina. Manteniendo su estilo rebelde y romántico, ha demostrado que no fue necesario cantar en inglés o incursionar en nuevos “ritmos” para ganarse un lugar bien merecido.