La semana opositora: Doria Medina pica en piedra
En las últimas dos citas electorales tomó malas decisiones que le dejaron fuera de la carrera presidencial, alguna de ellas con traición incluida. En las anteriores no le dio el cuero para ser alternativa de gobierno, pero lo cierto es que a día de hoy, Samuel Doria Medina sigue siendo el opositor que se mueve con mayor inteligencia estratégica hacia el objetivo de la “unidad”.
Unidad Nacional está fuera de la Asamblea y por lo tanto, se mete en política lo justo. Más bien dedica su tiempo a recorrer el país formando emprendedores y universitarios y a grabar todo tipo de “reels” que le hagan conectar con los electores más jóvenes.
A la par mantiene reuniones por todo el globo: un día se junta con Pedro Sánchez o el “representante del maligno en la Tierra” papa Francisco; al otro se junta en Nueva York con los emisarios de Sánchez Berzaín y al otro, visita a Luis Fernando Camacho en la cárcel y de paso, le tira un tiento a Manfred Reyes Villa a quien tilda de operador masista y condena sus prácticas ejecutivas: el alcalde de Cochabamba niega en todos los idiomas que tenga intención de ser candidato mientras su gestión propagandística lo sitúa como alternativa, y en su afán de diferenciarse y no querer mezclarse con otros opositores hay quien ve una clara intención de dividir fuerzas para ayudar al MAS.
En el entorno de Samuel señalan que “mientras unos hablan de unidad mientras insultan a otros, él ha tomado la iniciativa de reunirlos”.
Al margen de Doria Medina y de Carlos Mesa, que esta semana ha verbalizado su preocupación real de que se pueda desperdiciar este momento propicio para renovar los tribunales de justicia con pluralidad y concurrir a las ánforas con opciones diversas.
El resto de aspirantes siguen encerrados en sus estrategias:
Zambrana y el grupo más liberal sigue con el desgaste sobre el dólar, que aunque no acabe de cuajar entre las clases bajas que, ciertamente, no lo necesitan, si lo hace en una clase media aspiracional que ha sido decisiva en las grandes mayorías de los últimos años.
Además cierto silencio en la orilla del "nuevo" mirismo que se reparten Vicente Cuéllar y Rodrigo Paz Pereira a la espera de quién acaba siendo el de mayores opciones y también en los Demócratas de Rubén Costas, que ante los rechazos a sus ofrecimientos para ejercer de pivote con su sigla protectora, ha decidido arriar velas... por el momento.