La semana opositora: jugar al desgaste



Con el cariz que están tomando los acontecimientos en el Movimiento Al Socialismo (MAS), la oposición ha levantado las manos de la legislatura propiamente dicha. La anulación de las elecciones judiciales mediante un amparo constitucional en Pando ha sido el acabose de lo que era una crónica de una muerte anunciada pero que no dejó de ilusionar a las bancadas opositoras: la posibilidad de concurrir con planchas plurales ha estado al alcance de la mano… pero tampoco.
Por cierto que la ocasión sirvió para que Luciana Campero, la diputada más activa en materia de fiscalización, sacara los colores a su propio partido.
Ese levantar las manos tampoco es casual ni inquietante, sino más bien una constatación: los diferentes frentes políticos ya se van perfilando y todo apunta a que será tenso, aunque algunos de los que empezaron con más euforia ya parecen dispuestos a entenderse: esta semana fueron al Búnker- que tiene como candidato oficial a Agustín Zambrara – tanto el jefe de un partido liberal en ciernes, Tuffi Saravia, a quien se cuestiona como candidato por no cumplir con la estadía mínima de cinco años antes de la elección, como el jefe de una iniciativa llamada Al BUS que pretende recuperar esencias del republicanismo más liberal y que lidera Carlos Borth, de “militancia abierta” por decir algo. Sin demasiada expectativa de voto, insisten en que lo importante ahora es hablar de programa.
En el entorno de Carlos Mesa, y también en el de Samuel Doria Medina, que seguramente es el mismo, apuestan por mantener la presión en los grandes temas que desgastan al gobierno de Arce sin beneficiar al de Evo. Los estrategas recomiendan seguir machacando con la crisis económica yendo a cuestiones más específicas, como en el tema del litio o del gas y sin perderse en cuestiones más técnicas de otros temas que al final solo sirven para reafirmarse y no para captar.
Eso sí, Doria Medina sigue su estrategia de conectar con los jóvenes y también de salir al paso de polémicas globales para reafirmar sus pensamientos, una estrategia de transparencia poco usual por cierto en Bolivia, donde nadie habla de más si no le conviene.
Más alejado de la disputa electoral pero claro ejemplo del fenómeno político de hoy, el golpeado esta semana fue Luis Fernando Camacho que luego de ser detenido y apartado del cargo mediante norma, ahora pierde también su influencia a través de la Asamblea con la caída de Zvonko en lo que se supone ha sido una jugada entre el nuevo gobernador Aguilera y el Movimiento Al Socialismo en Santa Cruz. Como sea, sirve como ejemplo de lo que el MAS en el poder hace con el que se descuida.
Más moderado esta semana estuvo Tuto Quiroga, que se dedicó al "trabajo de oficina" apoyando la candidatura de María Corina en Venezuela y trabajando algunos conceptos económicos en la interna, todo en su estilo muy matemático.
Entre los más activos en TikTok, Rodrigo Paz Pereira, que ha decidido elegir una batalla sobre la ordenación del sistema de internet, homologable al de otros países, pero que suena popular.
Mientras que Manfred Reyes Villa, que inisiste en que no quiere ser candidato, que elude todas las polémicas nacionales y que niega haber incidido en ninguna de las encuestas que lo colocan en la parte alta, se dedicó "a la gestión"