Crónica política de la jornada
De los equilibrios de Camacho al nuevo ataque de la silla azul
La asamblea cruceña, donde los cinco curules indígenas deshacen el empate entre Creemos y MAS, deberá decidir si el gobernador sigue ejerciendo su cargo desde Chonchocoro o bien cede el testigo
Mucha táctica, algunos silencios e inesperados gestos simbólicos en una jornada política atravesada por la emergencia del dengue. El tema del día era la resolución de la Acción de Cumplimiento sobre si el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho debía o no debía seguir ejerciendo el cargo desde la prisión de Chonchocoro, en territorio de La Paz aunque la “noticia” saltó en Cala Cala, Potosí, donde la silla azul volvió a entra en escena.
Lo cierto es que no tenía un estricto sentido político, o al menos así lo explica su protagonista, Martín Choque, director de Cultura de la Alcaldía de Uncía y organizador de la festividad de Qhonqhota, que decidió tirar la silla destinada a Morales en la testera como protesta por la politización del acto, pues sus seguidores acudieron al mismo coreando consignas y ataviados con banderas y bufandas del Movimiento Al Socialismo.
Al final no quedó en anécdota, pues Choque se llevó su tunda. La seriedad con la que se acogió el derribo del mueble y lo que los simpatizantes de Morales tardaron en reaccionar dio cuenta de lo grave de la afrenta al expresidente. Ahora, ni por esas, que no son las primeras, tiene Morales previsto retirarse de la primera línea.
Las cuentas de Camacho
“Una declaración o una ley autonómica” será lo que finalmente defina la suerte del gobernador Camacho al frente de la institución luego de que el vicegobernador fuera intimado a asumir el cargo por la “ausencia temporal” del detenido. Así lo determinó el vocal Alaín Núñez Rojas en el marco del uso de las competencias y atribuciones del ente deliberativo departamental establecido en el artículo 277 de la Constitución Política del Estado y el Estatuto Autonómico de Santa Cruz. Además, indica que la resolución del tema se debe ajustar a los plazos dispuestos en el Estatuto, que en este caso no existen según señaló el presidente del Legislativo Zvonko Matkovic, actualmente el más firme aliado de Camacho en el país.
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Matkovic y la jefatura de bancada de Creemos no han dudado en dar su respaldo a Camacho y asegurar que nada va a cambiar. También el vicegobernador Mario Aguilera insistió en la idea de continuidad. Aguilera había pedido varias veces clarificar el tema mientras aseguraba su plena lealtad a Camacho, alimentando por ello cada vez la idea justamente contraria a la expresada
Los números sin embargo no son tal halagüeños. La Asamblea cruceña tiene 28 curules (sí, dos menos que la de Tarija), que actualmente están repartidos 11 para el MAS, 11 para Creemos, 1 para la Alianza Solidaria Popular y cinco curules indígenas, cada uno representante de un pueblo (moxeño, guaraní, chiquitano, ayoreo y guarayo) cuya determinación de voto es individual y secreta.
Si bien la mayoría consolidada por Matkovic gobierna la cámara con solvencia, nadie garantiza que el pacto sea extensible a este asunto concreto, sobre todo porque los dos años de gestión ejecutiva no han resultado especialmente satisfactorios, y porque ya se empiezan a sentir los problemas de gobernar “desde La Paz”.
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La propia alianza de Creemos ha mostrado debilidades en la bancada de la Asamblea Plurinacional, donde está técnicamente rota y a más, los Demócratas acaban de ver una oportunidad para retomar el espacio perdido después de las malas decisiones tomadas en 2019 llevando la candidatura presidencial de Óscar Ortiz hasta el final, en 2020 apoyando el Juntos de Jeanine Áñez y en 2021 concentrando todos los esfuerzos sobre la Alcaldía dejándole todo el espacio a Camacho. Su influencia sobre una bancada inexperta y asustada puede ser decisiva en la suerte del gobernador.
Camacho sabe bien lo que le ha sucedido, por ejemplo, a Jeanine Áñez luego de perder las elecciones en Beni, o a Luis Revilla después de ceder la Alcaldía sin continuidad, o al propio Mario Cossío después de años de exilio, y en ese sentido, ceder la Gobernación no es una opción.