Rumbo al 3M: De Bachelet y el MIT a la Comisión de la Verdad
La “ofensiva” en el frente internacional de los últimos días ha obligado al Gobierno de Jeanine Áñez a mover ficha: la Cancillería comprometió la conformación de una Comisión de la Verdad “junto a la sociedad civil” y para esclarecer lo sucedido no solo en los últimos meses...



Sobre el informe de la Alta Comisionada de las #NacionesUnidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de #Bolivia comunica ➡️ https://t.co/9n4wjL28G9 pic.twitter.com/NAEZmk4t4Z
— Cancillería Bolivia (@MRE_Bolivia) February 28, 2020
El paso adelante, aunque medio encubierto al final de la respuesta oficial a las declaraciones de la Alta Comisionada para las Derechos Humanos de la ONU, la entrañable Michelle Bachelet y no tan amiga de Evo Morales como se insiste, tiene que ver con el contenido de ese informe, pero también con el enésimo informe de la enésima universidad “súper prestigiosa” como el MIT de Massachusetts – alma mater de Silicon Valley – que no solo dice que no hubo “fraude” el 20 de octubre, sino que hubo “golpe”. Todo a partir de un análisis estadístico.
Cómo el informe se publicó en The Washington Post, se replicó en toda la prensa en castellano, aunque al final habían sido dos investigadores a título particular los que elaboraron el argumento que volvió a hacer hervir las redes sociales. El MAS no acaba de definir si su campaña se basará en el pasado “glorioso” o en el pasado “víctima”, pero mientras tanto despliega músculo en el tablero internacional sin tener clara la incidencia que tendrá de fronteras para dentro.
A los investigadores del MIT que publicaron en The Washington Post le respondió la propia Organización de Estados Americanos (OEA), con un tuit donde reiteró su informe final sobre el cómputo electoral en Bolivia, que básicamente habla de servidores fuera de control e irregularidades estadísticas y físicas mínimas, pero suficientes para evitar una segunda vuelta, por lo que recomienda la repetición.
Secretaría General de la #OEA mantiene respaldo a su auditoría de las elecciones en Bolivia.
Vea respuesta (esp/ing) de OEA a las acusaciones distorsionadas y el análisis defectuoso recientemente publicado. #OEAenBolivia
Encuentre el informe final aquí: https://t.co/GkvWkxxu5E pic.twitter.com/xdBHDCDSgb
— OEA (@OEA_oficial) February 28, 2020
El cruce MIT – OEA ha opacado precisamente el pronunciamiento de Bachelet y sus repercusiones. Bachelet es la misma que hizo, por cierto, el informe más “demoledor” sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, identificando los mecanismos de control electoral del pueblo y la “persecución” a la oposición. En este caso habla de algo parecido: de la desproporcionada persecución a exfuncionarios de todos los niveles del anterior gobierno de una forma poco ortodoxa.
Las respuestas a Bachelet en redes sociales, básicamente, se ordenan sobre el “y tú más” y le exigen mirar también al Gobierno de Evo Morales y su gestión. Con todo, la Cancillería ha calculado mejor el tono de su respuesta que lo que hicieron al responder a unas declaraciones similares de la misión de la CIDH, y ha abierto una puerta para la conciliación: La Comisión de la Verdad.
OEA
La OEA ratificó su informe en el que detalla irregularidades y recomienda un nuevo proceso electoral
Cancillería cita la conformación de la Comisión “junto a la sociedad civil”, sin embargo, para que exista cualquier tipo de validación legal, se entiende que la misma debería instalarse dentro del poder legislativo, nominalmente en poder del MAS con una mayoría más que cualificada, pero últimamente bastante dispersa en lo que se refiere al ejercicio de su poder.
La bancada del MAS ha convocado diferentes interpelaciones de Ministros en el pleno de la Asamblea, a las que sencillamente no han asistido. La oportunidad abierta de forma escrita por la Cancillería, referida a Naciones Unidas, debería servir para instalar el procedimiento por la vía Legislativa en un periodo en el que la campaña electoral es la que manda.
A cuenta del duelo cruzado entre MIT y OEA por un lado y Cancillería y Bachelet por otro, diferentes ciudadanos han recordado que quedan dos asuntos pendientes que no puede demorar:
1.- Más allá de exhibir informes de unos y otros, es necesario que la Fiscalía ultime su investigación y se presente el informe completo y propio, para no andar venerando a eruditos con intereses muy lejanos.
2.- Bachelet habla 35 muertos y algunos miembros del Gobierno aún defienden lo de que “se mataron entre ellos”. No sirve un decreto de reparación que compre silencios por 50.000 pesos. Es necesaria una investigación a fondo de lo sucedido en Senkata y Sacaba.
Fraude o golpe son elecciones político-ideológicas, a nadie le importan los datos. Pero en el caso del fraude, ya q la justicia y el Gobierno andan a un ritmo frenético, debería haber ya elementos más fundados más allá de frases como "monumental fraude" para saber lo q pasó.
— pablo stefanoni (@PabloAStefanoni) February 28, 2020
Lo demás es campaña, pero ninguna campaña puede ocultar la verdad.
¿Qué se busca agitando de nuevo el fraude?
En tanto no hay un informe definitivo del Ministerio Público que cierre el debate, las opiniones continuadas vienen a mantener abierto un debate en el que lo de menos son los argumentos. Cada cual cree a los suyos.
Mientras tanto, Bolivia se encamina hacia una nueva elección en la que el Tribunal Supremo Electoral ya ha sido tocado en su fibra más íntima por la decisión del Gobierno transitorio de convertirse en Gobierno candidato. El Presidente del TSE fue nombrado por la Presidenta candidata.
El MAS sigue siendo el partido con mayor implantación territorial y fuerza social, aunque no ha reaccionado a los acontecimientos en los últimos meses. En cualquier caso, la incertidumbre amenaza al proceso.