Del Castillo, último aviso
El ministro de Gobierno se ha mostrado como el más duro contra Evo Morales y no descarta pelear la candidatura con el arcismo
El evismo lo describe como un “plan negro” que dice más o menos así: en un determinado momento de 2022, cuando el círculo de Evo Morales y el propio expresidente empezó a exigir más protagonismo y ajustes en los ministerios, el círculo de hierro de Luis Arce – María Nela Prada, Eduardo del Castillo, Iván Lima - decidió apartarlo del camino.
El asunto fue gradual, pero básicamente se combinan acciones políticas con las jurídicas. Y sobre todo las jurídicas. El ministro de Justicia fue el primero en buscar formas de sacarlo de cualquier papeleta electoral. Aparece la sentencia 1010 y luego se intenta un referéndum mientras que en paralelo se deslegitima el Congreso de Lauca Eñe y se arma uno paralelo. Los errores de Lima lo acaban obligando a renunciar, pero en su misma despedida anuncia que retomarán el tema de las denuncias de estupro, aún así la orden de aprehensión acaba por convertirse en escándalo con intervención de CNN y evistas y arcistas votan juntos al siguiente Fiscal sustituto de Lanchipa, cuyo legado tal vez nunca sea bien ponderado.
Morales se revolvió y paralizó el corazón del país durante el mes de octubre, pero fue Del Castillo quien pasó a la ofensiva. Después de muchas amenazas inició un operativo minucioso, solo con Policías y sin muertos que acabó por minar la moral de los movilizados. Evo levantó su huelga de hambre y su bloqueo sin contrapartidas en una derrota sin paliativos. Una semana después el TCP ratificó que le quitaba la sigla y que Morales no podría candidatear nunca más ni ocupar cargos que le den acceso a la presidencia.
El caso de estupro, del que nadie duda que tenga sesgo político ni que Morales tenga una atracción tal vez delictiva por las jovencitas, ha pasado de momento a un segundo plano. Aprehender a Morales tendrá consecuencias políticas y sociales y los analistas vienen calculando al milímetro porque probablemente lo que el arcismo busca no es justicia sino chance electoral.
Del Castillo aparece en encuestas muy minoritarias, pero su ambición política es vox populi. En este tiempo se ha hecho imprescindible para Luis Arce y lo cierto es que sus misiones más peliagudas le han salido bien. La H Parlante lo ha nombrado personaje del Año ni más ni menos. No lo tenía fácil: purgó a la Policía – principal institución que provocó la caída de Morales en 2019 – sin que eso se convirtiera en motín, aprehendió a Jeanine Áñez y luego extrajo” a Luis Fernando Camacho de Santa Cruz y se dispuso a resistir con represión las protestas, que no tardaron en esfumarse ante la contundencia. Se ha metido en el Trópico, ha recuperado a la DEA – o al menos los tratos con la DEA – y aunque no logró aprehender a Morales en aquel operativo en el Chapare que el expresidente consideró un atentado contra su vida, el círculo se estrecha.
La extradición de Maximiliano Dávila a Estados Unidos, último jefe antidroga de Evo Morales y con quien festejó su último cumpleaños en el poder, es algo más que un aviso. Morales niega vínculos personales con Dávila. La concurrencia de intereses entre el narcotráfico y los cocaleros del Chapare siempre ha sido mal vista. Verdad o parte de cualquier pacto, en el evismo temen que Dávila pueda querer involucrar al Gobierno de Morales. Y las elecciones están cerca. Y no todo es izquierda o derecha, peor en Bolivia.
Eduardo del Castillo es el ministro más despreciado por el evismo, pero no le ha gustado la campaña de blanqueamiento del arcismo hacia Andrónico Rodríguez, pues no lo considera un “reprimido” de Evo Morales, sino un muy leal servidor que sabe muy bien lo que está haciendo.
El arcismo se ha quedado con la sigla del MAS, pero todas las encuestas evidencian que sus opciones son mínimas y que ha fracasado la estrategia de partir el partido azul por la mitad para dar más opciones a la oposición. Las mismas encuestas hablan o de un “hombre fuerte”” que lidere el país, o bien uno que sepa de economía. Habrá que estar atento a los próximos pasos de Del Castillo. Seguramente serán “espectaculares”.